Funcionalismo

Funcionalismo

Surgió a finales del siglo XIX, principalmente en EE.UU. Vivió su máximo esplendor entre 1890 y 1910. Nació como respuesta al estructuralismo. Finalmente derivó en el conductismo y en la psicología aplicada.

El funcionalismo toma por objeto de estudio la consciencia. La cual es interpretada como una herramienta que ayuda al ser humano a adaptarse al entorno en que se encuentre. Por tanto, el funcionalismo se interesa en los propósitos y función de los procesos mentales. La psicología funcional procura responder el cómo las distintas propiedades y características de la conciencia permiten el desenvolvimiento del individuo en su medio.

Los representantes de esta corriente consideraron que era necesario múltiples niveles de análisis y una metodología flexible para el estudio de su objeto. Reconocieron técnicas como la introspección o la observación, empleaban igualmente el método experimental, además incluyeron el método comparativo.

Los personajes más importantes que contribuyeron al desarrollo del funcionalismo son: William James (Nueva York, 1842 - 1910) formuló la teoría Funcionalista de la vida mental y del comportamiento, que no sólo se ocupaba del aprendizaje y la sensación o percepción. Sino que además, se intereso en cómo es que un organismo hace uso de dicho aprendizaje y de las capacidades preceptúales para vivir en su ambiente. También insistió en que la psicología debería de centrarse en las experiencias comunes de la vida real. John Dewey (Burlington, 1859-1952) quien aludía mediante el concepto de arco reflejo, que los estímulos sensoriales, las conexiones centrales y las respuestas motoras deberían ser considerados como divisiones de factores laborales y funcionales dentro de una sola totalidad concreta. Lo que quería afirmar Dewey era que el movimiento representaba más que la suma de las reacciones musculares y los reflejos que lo constituyen.

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