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Guion teatra de la abeja haragana


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2015  •  Tareas  •  1.817 Palabras (8 Páginas)  •  24.880 Visitas

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LA ABEJA HARAGANA

PERSONAJES

  • Abeja haragana
  • Abeja joven 1
  • Abeja joven 2
  • Abeja Reyna
  • Abeja Guardiana 1
  • Abeja Guardiana 2
  • Culebra
  • Narrador

ESCENOGRAFIA

Escena I

Un día de sol, en un bosque florido con muchas abejitas trabajando menos una que descansa tranquila.

Escena II

Una caverna, fría y oscura, donde interactúan abeja haragana y culebra.

Escena III

Una colmena, custodiada por dos abejas guardianas.

OBRA

ESCENA I

NARRADOR: Hola amigos, esta noche estoy acá para contarles una historia que ocurrió hace mucho, pero mucho tiempo atrás, se trata de una abejita a la que no le gustaba trabajar; y si quieren saber más de esta historia observen con atención lo que sucede a continuación.

Había una vez en una colmena una abeja que no quería trabajar, volaba de flor en flor y se tomaba el  néctar que recolectaba.

ABEJA HARAGANA: ¡Qué lindo día! Saldré a dar un paseo y me recostaré debajo de esos árboles, (buscando su cartera) ¿dónde dejé mi bloqueador?.

(Mientras se aplica el bloqueador en sus patitas) ¡Que trabajen las demás! Yo estoy muy cansada por haber dormido tanto.

NARRADOR: Y así fueron pasando los días sin que la abejita haragana trajera ni un poquito de néctar a la colmena.

ABEJA JOVEN 1: ¿Qué haces? Ya ponte a trabajar como el resto!

ABEJA HARAGANA: Me canso mucho volando todo el día.

ABEJA JOVEN 2: Si acabas de despertar. No es cuestión de que te canses, sino que hagas algo por el panal como todas nosotras.

ABEJA JOVEN 1: (Un poco molesta y moviendo la cabeza en señal de negación) Ponte a trabajar, harás enojar a las demás abejas o quizá a toda la colmena.

ABEJA JOVEN 2: Recoge néctar, aunque sea un poco, no seas perezosa.

(La abeja haragana se encoge de hombres y ni caso hace)                

NARRADOR: Y así pasaron los días sin que la abejita haragana trajera ni un poquito de néctar.

ABEJA REYNA: (Con actitud de realeza) Guaaaaardias!!!!

ABEJA GUARDIANA 1: (Firme como un soldado) A sus órdenes.

ABEJA REYNA: Es necesario que ustedes le adviertan a la Abeja haragana que trabaje, ya que no es justo que mientras todas se maten trabajando para llenar la colmena de miel, ella se tome todo el jugo de flores sin traer nada y sólo llegue a dormir.

ABEJA GUARDIANA 1: Así lo haremos ya que hemos observado su comportamiento.

ABEJA REYNA: Sí, háganle saber que no se le permitirá ese tipo de comportamiento.

ABEJA GUARDIANA 2: Ahí viene. (A la abeja que pretende entrar) Compañera, es necesario que trabajes por que todas las abejas deben trabajar.

ABEJA HARAGANA: Yo ando todo el día volando, y me canso mucho.

ABEJA GUARDIANA 1: No es cuestión de que te canses mucho, sino de que trabajes un poco. Es la primera advertencia que te haremos. Por ahora puedes pasar.

(Se apagan las luces, es de noche)

NARRADOR: En la noche del día siguiente la abejita haragana regreso a su colmena muy cansada, pero no por haber trabajado, sino porque se la paso todo el día jugando.

ABEJAS GUARDIANAS: Hay que trabajar, hermana.

ABEJA HARAGANA: No manches, ¡uno de estos días lo voy a hacer!

ABEJA GUARDIANA 2: No es cuestión de que lo hagas, uno de estos días, sino que mañana mismo. ¡Acuérdate de esto!, puedes pasar.

(Se apagan las luces, es de noche)

NARRADOR: Y al día siguiente la abejita haragana llego nuevamente muy

cansada, pero sin una gota de néctar.

ABEJA HARAGANA: ¡Sí, sí hermanas! ¡Ya me acuerdo de lo que he prometido! Palabra empeñada, palabra cumplida.

ABEJA GUARDIANA 1: No es cuestión de que te acuerdes de lo prometido, sino de que trabajes. Hoy no recolectaste nada. Mañana 20 de abril trata de traer aunque sea una gota de miel.

NARRADOR: Llego el 20 de abril y era el día en el que la abejita debía trabajar.

Al llegar la tarde hacia mucho frio, la abejita llego al panal temblando, sin imaginarse lo que le iba a pasar.

ABEJA HARAGANA: (Huyendo del frío llega apurada a refugiarse) Permiso, permiso, permiso hermanas, que hace mucho frio.

ABEJAS GUARDIANAS: (A una sola voz) ¡Tenemos órdenes superiores de no dejarte entrar!

ABEJA  HARAGANA: ¡Yo quiero entrar! Esta es mi colmena. Cuál yo quiero, yo debo y puedo entrar.

ABEJA GUARDIANA 1: Te equivocas, esta es la colmena de unas pobres abejas que se matan el día trabajando. No hay entrada para las flojas.

ABEJA HARAGANA: Mañana sin falta voy a trabajar, ok?

ABEJA GUARDIANA 2: No hay mañana para los que no trabajan. (La empujan afuera)

NARRADOR: La abejita se fue de la colmena muy triste, ya era de noche y para su mala suerte empezó a llover, por lo que volvió a su colmena suplicando

que la dejen entrar.

ABEJA HARAGANA: ¡Ay no! Va a llover, y me voy a morir de frío (tratando de entrar a la colmena, las guardianas le cierran el paso). ¡Perdón! ¡Déjenme entrar!

ABEJAS GUARDIANAS: (A coro)         ¡Ya es tarde!

ABEJA HARAGANA: ¡Por favor, hermanas! ¡Tengo frío!

ABEJAS GUARDIANAS: ¡Es más tarde aun!

ABEJA HARAGANA: ¡Compañeras apiádense de mí! ¡Tengo sueño!

ABEJA GUARDIANA 1: ¡Imposible! Tenemos órdenes superiores

ABEJA HARAGANA: ¡Por última vez! ¡Me voy a morir!

ABEJA GUARDIANA2: No, no morirás. Aprenderás en una sola noche lo que es el descanso ganado con el trabajo. Vete.

NARRADOR: Las suplicas de la abejita no fueron escuchadas y las abejas guardianas poco a poco la fueron sacando cuando resbaló y cayó en el fondo de una caverna.

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