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INFLACION

politologiagrec26 de Julio de 2013

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ENSAYO:

Globalización

La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global. La globalización es a menudo identificada como un proceso dinámico producido principalmente por las sociedades que viven bajo el capitalismo democrático o la democracia liberal y que han abierto sus puertas a la revolución informática, plegando a un nivel considerable de liberalización y democratización en su cultura política, en su ordenamiento jurídico y económico nacional, y en sus relaciones internacionales.

Este proceso originado en la Civilización Occidental y que se ha expandido alrededor del mundo en la últimas décadas de la Edad Contemporánea (segunda mitad del siglo XX) recibe su mayor impulso con la caída del comunismo y el fin de la Guerra Fría, y continúa en el siglo XXI. Se caracteriza en la economía por la integración de las economías locales a una economía de mercado mundial donde los modos de producción y los movimientos de capital se configuran a escala planetaria (Nueva Economía) cobrando mayor importancia el rol de las empresas multinacionales y la libre circulación de capitales junto con la implantación definitiva de la sociedad de consumo. El ordenamiento jurídico también siente los efectos de la globalización y se ve en la necesidad de uniformizar y simplificar procedimientos y regulaciones nacionales e internacionales con el fin de mejorar las condiciones de competitividad y seguridad jurídica, además de universalizar el reconocimiento de los derechos fundamentales de ciudadanía. En la cultura se caracteriza por un proceso que interrelaciona las sociedades y culturas locales en una cultura global (Aldea global), al respecto existe divergencia de criterios sobre si se trata de un fenómeno de asimilación occidental o de fusión multicultural. En lo tecnológico la globalización depende de los avances en la conectividad humana (transporte y telecomunicaciones) facilitando la libre circulación de personas y la masificación de las TICs y el Internet. En el plano ideológico los credos y valores colectivistas y tradicionalistas causan desinterés generalizado y van perdiendo terreno ante el individualismo y el cosmopolitismo de la sociedad abierta. Mientras tanto en la política los gobiernos van perdiendo atribuciones ante lo que se ha denominado sociedad red, el activismo cada vez más gira en torno a las redes sociales, se ha extendido la transición a la democracia contra los regímenes despóticos, y en políticas públicas destacan los esfuerzos para la transición al capitalismo en algunas de las antiguas economías dirigidas y en economías subdesarrolladas de algunos países aunque con distintos grados de éxito. Geopolíticamente el mundo se debate entre la unipolaridad de la superpotencia estadounidense y el surgimiento de nuevas potencias regionales, y en relaciones internacionales el multilateralismo y el poder blando se vuelven los mecanismos más aceptados por la comunidad internacional.

La valoración positiva o negativa de este fenómeno, o la inclusión de definiciones o características adicionales para resaltar la inclusión de algún juicio de valor, pueden variar según la ideología del interlocutor. Esto porque el fenómeno globalizador ha despertado gran entusiasmo en algunos sectores, mientras en otros ha despertado un profundo rechazo (Antiglobalización), habiendo también posturas eclécticas y moderadas.

Se conoce por globalización el fenómeno de apertura de las economías y las fronteras, como resultado del incremento de los intercambios comerciales, los movimientos de capitales, la circulación de las personas y las ideas, la difusión de la información, los conocimientos y las técnicas, y de un proceso de desregulación. Este proceso, tanto geográfico como sectorial, no es reciente, pero se ha acelerado en los últimos años. La globalización es fuente de múltiples oportunidades, aunque sigue siendo uno de los mayores retos a los que debe enfrentarse hoy la Unión Europea. Para poder explotar plenamente el potencial de crecimiento de este fenómeno y garantizar un reparto justo de sus beneficios, la Unión Europea procura establecer un modelo de desarrollo sostenible mediante una gobernanza multilateral a fin de reconciliar el crecimiento económico, la cohesión social y la protección del medio ambiente.

El término “globalización” ocupa un lugar central en las ciencias sociales contemporáneas, constituyéndose en la actualidad en uno de los temas más controvertidos. Aparece en todos los debates públicos, sean breves comentarios en la televisión, carteles, sitios en la red, periódicos, debates parlamentarios, etc.

Curiosamente, siendo un término de uso tan extendido, no existe, al parecer, una definición precisa y ampliamente aceptada.

En Francia este concepto es conocido como “ mondialisation”, los alemanes lo denominan “globalisierung”, en España y América Latina utilizan la palabra “globalización”.

Lo que sí es una realidad es que está reestructurando nuestra forma de vida; dirigida por Occidente lleva el sello del poder político y económico de los Estados Unidos. La globalización tiene que ver con la idea de que todos vivimos ahora en un mismo mundo, fenómeno complejo de carácter internacional. Su acción consiste principalmente en lograr una penetración mundial de capital (financiero, comercial e industrial), nuevas relaciones políticas internacionales y el surgimiento de la empresa transnacional.

El término fue propuesto por Theodore Levitt en 1983 para designar una convergencia de los mercados del mundo.” En todas partes de vende la misma cosa y de la misma manera”.

En 1990, Kenichi Ohmae amplió sustancialmente el contenido del término. Ohmae pensaba que estábamos frente a un proceso que desembocaría en una forma de gestión integrada a escala mundial de la gran empresa multinacional. Es en realidad a partir de estas tesis cuando comienza a generalizarse el uso del término globalización.

Ante ella se han adoptado posturas completamente opuestas, desde aquellos que se resisten a ella en bloque, A. Giddens, les llama “escépticos”, dicen que la mayoría de los países ganan sólo una pequeña parte de su renta con el comercio exterior, además afirman que el intercambio económico se da entre regiones, en lugar de ser verdaderamente mundial. Según ellos la idea de globalización es una ideología propagada por los neoliberales que quieren desmantelar el “Estado del Bienestar “.

Frente a la postura anterior, existiría otra a la que Giddens denomina “radical” que mantendría tesis totalmente opuestas a la anterior, para ellos, el mercado global está incluso más desarrollado que en los años sesenta, los estados han perdido soberanía, los políticos ya no tienen tanto poder como antes, esto explicaría, según algunos, el alto grado de abstención que se está produciendo en las elecciones de los distintos países. Afirman que la era del Estado-nación ha terminado.

A. Giddens piensa, que ambos grupos consideran el fenómeno de la globalización en términos puramente económicos, para él, esto es un error, ya que la globalización es política, tecnológica y cultural además de económica, afirma que es una suma compleja de procesos y no uno sólo.

La globalización supone también la desaparición de las fronteras geográficas, materiales y espaciales. Las redes de comunicación, desde Internet a los teléfonos móviles, ponen en relación e interdependencia a todos los países y todas las economías del mundo, haciendo realidad la llamada “ALDEA GLOBAL “.

Gracias al avance de las telecomunicaciones, en la nueva economía electrónica global, gestores de fondos, bancos y empresas, al igual que millones de inversores individuales pueden transferir cantidades enormes de capital de una parte del mundo a otra con solo apretar un botón del ratón. El valor del dinero que podemos tener en nuestros bolsillos o en nuestros bancos cambia por momentos según las fluctuaciones de los mercados.

Es un hecho también que la globalización no está evolucionando equitativamente y no están siendo buenas todas sus consecuencias. Para muchos, está ampliando las desigualdades mundiales y empeorando la suerte de los marginados, cada vez los pobres son más pobres y los ricos son más ricos.

Los beneficios del crecimiento económico no han sido distribuidos equitativamente; las rentas de las clases medias y obreras se han estancado e incluso caído, mientras que los ingresos de los empresarios, directivos, inversores,se han disparado gracias a las retribuciones salariales, bonos, opciones sobre acciones y ganancias en bolsa .

La globalización aumenta la riqueza, pero ésta acaba en manos de dos tipos de personas, aquellos que se benefician del amplio acceso a las tecnologías y al capital (trabajadores de los países emergentes) y los sectores de los países avanzados que directa o indirectamente venden tecnología y capital, es decir, los ricos y aquellos que poseen cultura.

En resumen, la globalización supone indudables ventajas, pero también grandes desventajas.

El 20% más rico de la población mundial ganaba 30 veces más que el 20% más pobre en 1960. En 1990 la proporción era de 60 a 1, y en 1997 la diferencia era de 74 a 1. El siglo XX ha acentuado la desigualdad en vez de reducirla.

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