Iraculus el dios de la ira

Iraculus el dios de la ira

En el Olimpo conversaba el Dios Sabius el dios de la sabiduría con su hijo el Dios Iraculus, su padre en reiteradas ocasiones reprendía a su hijo por su mal carácter y reaccionaba con mucha ira frente a cualquier situación que no pudiese controlar.

Un día Sabius dijo a su hijo Iraculus que cada vez que reaccionara con ira frente a un suceso debía enterrar un trueno en la gran roca mitológica que estaba al lado oeste del Olimpo, Iraculus extrañado por el consejo de su padre, pero sin entender el trasfondo de su mensaje, obedeció.

Y así ocurrió un evento donde Iraculus no controló su ira y recordó las palabras de su padre y fue corriendo a tomar un trueno y lo estrelló con todas sus fuerzas en la gran roca mitológica, tal fue el estruendo que se escuchó en todo el Olimpo.

Vez tras vez ocurría lo mismo, hasta que un día vio que ya no estrellaba con tantas fuerzas el trueno en la roca y fue poco a poco apaciguando su ira, hasta que ya no lo hizo más, aprendió a controlar su ira.

En una ocasión discutiendo con su hermano el Dios Exitor el dios que siempre gana en todo, se dio cuenta que ya no se airaba al discutir, sino que podía exponer su punto de vista, sin molestarse, en ese momento fue donde su padre Sabius y le dijo: padre ya no estrellaré más truenos en la gran roca mitológica ya no me da ira el discutir o el perder frente a alguna situación, gracias padre he aprendido la lección, pues aún no ha terminado, dijo el padre, ven acompáñame, y fueron los dos al lado Oeste del Olimpo y le mostró como había quedado la gran roca toda agrietada por tantos y tantos truenos lanzados contra ella, ahora cada vez que notes que no te da ira alguna situación o discusión con algunos de tus hermanos vendrás a la gran roca y repararás una grieta hasta que las hayas reparado todas.

Pasaron los días y Iraculus fue reparando cada grieta hecha por los truenos hasta que se dio cuenta que las había reparado todas, y fue nuevamente muy contento donde su padre y le dijo: padre ya he aprendido la lección, ya no me enojo y además ya reparé mi error, más el padre le dijo: mira hijo mío todas las marcas que han quedado en la roca aunque las has reparado aún puedes notar que no es la misma roca, quedaron cicatrices que no podrás borrar jamás, aunque pidas perdón el daño ya fue hecho, por tanto la lección es, piensa antes de hablar, piensa antes de actuar, y medita si lo que dices o haces a quienes puedieras dañar, por lo tanto se paciente al escuchar, al hablar y al actuar y a muchas personas podrás ayudar, y así lo hizo, y Sabius dijo a su hijo tengo algo importante que comunicarte desde hoy ya no serás más el dios Iraculus hoy te rebautizo como Pacificus el Dios de la paciencia.

...