Jacinto

Jacinto

Podría considerar una manifestación de indiferencia, diría la madre de Jacinto, hacia una atracción peligrosa y quizás hasta enfermiza, que sentía su hijo de una mujer bella, cuerpo no tan esbelto pero atractivo al fin diría Jacinto, joven veinteañero mayor de tres hermanos más pequeños, acostumbrado a informarse sobre los acontecimientos diarios, sobre todo de política y cultura ya que los deportes y sociales le resultaban aburridos y difíciles de entender, compraba alguna revista o diario cuando tenía la necesidad de leer y sobre todo cuando su bolsillo se lo permitía, ya que laboraba en una fábrica de zapatos con un sueldo raquítico que le alcanzaba únicamente para sus más apremiantes necesidades y uno que otro antojo, amante de la naturaleza, Jacinto se empeñaba y no movía el dedo del renglón, manifestaba que insistiría en llamar la atención de aquella bella dama, que para la madre de Jacinto era una estrella más en el firmamento tan lejana que su hijo jamás alcanzaría, pero eso no le importaba a Jacinto el insistía y sentía la necesidad de contarle a todo el mundo sobre su amor soñado, sobre su bella dama, que según le habrían contado era de grandes ojos y muy hermosa, mujer inteligente que soñaba viajar por todo el mundo, que había conseguido un empleo en el Aeropuerto, en una aerolínea que realizaba viajes muy seguidos al Congo, área geográfica del áfrica ecuatoriana con mucha vegetación y vida silvestre con gran diversidad y donde podría encontrar 10.000 especies de plantas,1000 de aves y 400 de mamíferos que algún día ella visitaría, y que de acuerdo a la Organización Mundial de Salud el ebola había aumentado considerablemente al pasar de 3000 a 4500 casos.

Jacinto 1

Jacinto atormentado por el amor que sentía por aquella hermosa dama no dejaba de visitar el aeropuerto con la esperanza de solo mirarla, ya que no se atrevía por vergüenza a hablarle y decirle que le gustaba, que era su amor secreto, su estrella lejana y menos entablar conversación alguna, quizás por su soberbia que destilaba a flor de piel, eso que le había ocasionado problemas con sus anteriores novios, se conformaba con verla correr aprisa para llegar temprano y cuidar a su madre enferma, Jacinto sin remedio alguno imaginaba con el amor de su vida, ¿Cómo podría hacerle para que ella se fijara en él ?, le había comentado a su madre de sus anhelos y de la bella dama como el la llamaba, de la impotencia que sentía de no poder acercarse a ella, su madre y hermana por cierto muy amiga de ese amor de locura de Jacinto le comento que lo ideal sería que la invitara a la fiesta que se celebraría próximamente con motivo de las fiestas patronales del pueblo donde se veneraba a San Francisco labrador, y donde Jacinto sacaría a bailar a su amor soñado, así quedaron.

Jacinto

...