LA ETICA EN ENFERMERIA
YaneMG20 de Febrero de 2014
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La ética de enfermería estudia las razones de los comportamientos en las prácticas de la profesión, los principios que regulan dichas conductas, las motivaciones, los valores del ejercicio profesional, los cambios y las transformaciones a través del tiempo.
La enfermería es una actividad humana que no ha definido perfectamente su campo de acción, tiene un reglamento y un código de ética que le ha sido transmitido de generación en generación.
Sus fuentes se encuentran en todas las actividades humanas, teniendo como base las normas morales, las de trato social y las de comportamiento moral.
Las normas y comportamientos de la enfermera en la práctica obedecen postulados que han surgido de diversas posturas ideológicas en las sociedades a través del tiempo:
- Atención de enfermería
- Liderazgo comunitario en acciones de salud
- Coordinación con otros profesionales de salud
La profesión de enfermería se identifica por dos rasgos que sirvieron como hilo conductor para el análisis crítico de lo que se piensa de las enfermeras. Estos son:
- El ideal de servicio
- Y la vocación
Es fácil observar como este tipo de ideología cohesiona al grupo profesional de enfermería con intereses, valores y normas comunes.
La vocación, al parecer para las enfermeras es el elemento principal de identidad como grupo profesional y así se reitera en el discurso: “Se les pide abnegación, espíritu de servicio, entrega a la institución y fidelidad a la vocación que conscientemente abrazaron”.
La relación enfermera-persona enferma o sana es una especie de vínculo que se establece entre dos o más seres humanos, que han determinado su mutuo acuerdo, e interdependencia: la enfermera, proveedora de cuidados, administradora de tratamientos, compañera y confidente que intentará proporcionar confort, tranquilidad, comprensión, escuchará atentamente las vicisitudes, inquietudes y emociones del enfermo y de sus familiares sobre el problema de salud y de aquellas problemáticas que están alrededor de ella, intentará ponerse en su lugar para comprenderlo y atenderlo mucho mejor, convocando cuando considere necesaria la participación de otros profesionales; y por otro lado, el enfermo o persona sana, aquel que intenta colocar su problema de salud y su humanidad bajo el cuidado del profesional de la salud, en busca de mejores soluciones y alivio de su malestar, que espera ser escuchado, comprendido u orientado.
Es aquí donde la ética en enfermería se plantea el desenvolvimiento de los cuidados cotidianos al paciente, no los grandes dilemas; cuestiones tan aparentemente banales como llamar a un paciente por su nombre, tratarle de usted o llamar a su puerta antes de entrar en la habitación, y no son estas normas de cortesía, sino el mínimo y necesario respeto por aquel que ha acudido solicitando nuestra ayuda profesional, sin que por ello pierda su identidad o su derecho a la intimidad. Esta idea conecta con la descripción que realizó la insigne enfermera Virginia Henderson de la función propia de la enfermería: "La función singular de la enfermería es asistir al individuo, enfermo o no, en la realización de esas actividades que contribuyen a su salud o a su recuperación (o a una muerte placentera) y que él llevaría a cabo si tuviera la fuerza, la voluntad o el conocimiento necesarios. Y hacer esto de tal manera que le ayude a adquirir independencia lo más rápidamente posible.
El secreto profesional se ha abordado desde diferentes perspectivas educativas, como la relación que se establece entre el cuidador y el paciente, o con sus connotaciones éticas y legales.
En general, se considera secreto aquello que es informado de manera confidencial, sin embargo, en el entorno sanitario,
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