LEYENDA LA MALINCHE
azaflores8 de Noviembre de 2012
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LA MALINCHE
Cuenta la leyenda que doña Marina, pidió permiso a su amo y señor el Capitán Hernán Cortés, para bañarse en la laguna de Acuitlapilco, (La laguna de Acuitlapilco se en encuentra a unos tres kilómetros de la ciudad de Tlaxcala, está formada por las aguas -de manantiales, y de las lluvias que recibe de las vertientes cercanas, aunque en la actualidad, ya no tiene la belleza que en el pasado se veía, debido a los efectos del desequilibrio ecológico) cosa que le fue concedida por el extremeño, para tenerla más de su parte.
Acompañada de cuatro esclavas, de las que como ella, habían sido obsequiadas a Cortés por los Caciques tabasqueños, se en caminó a ese lugar, luciendo un huipil de vistosos -colores; en su turgente pecho, pendían las gargantillas de cuentas de vidrio, imitando esmeraldas, turquesas y amatistas, que como valiosas joyas había recibido de Cortés y que resaltaban su singular hermosura; pues era de broncíneo Cutis pupilar cintilantes, cabellos de azabache, dientes perlados, cuerpo grácil y labios ardientes, como toda --mujer tropical. Una vez que se desnudó, se zambullo en las tersas aguas, sin fijarse que en el lado opuesto de la laguna, la estaban mirando los Xiloxoxtla, (poblado cercano a la laguna de Acuitlapilco), que entusiasmados por su belleza, hasta confundirla con una hada, le pidieron que desencantara a la montaña Matlalcuéyatl, (Malinche o Matlalcuéyatl, son nombres que se refieren a la misma montaña), pero ---ante esa sorpresa y creyéndose perdida, exclamó: ¡Malinche!, ¡Malinche! y apresuradamente se vistió y regreso de prisa, en tanto sonaban los caracoles y la gente corría tras de ella. Al tener conocimiento Cortés, ordenó a sus arcabuceros que le prestaran auxilio a doña Marina, cuyo nombre se tomó por el de la Malinche, quedándole también a la preciosa montaña.
EL NAHUALT DE TLAXCALA
El nahual es uno de los seres sobrenaturales más extraordinarios dentro de la cultura mexicana. El término “nahual” proviene del nombre castellanizado de nahualli, palabra de origen Náhuatl relacionado con la magia. Los nahuales eran sacerdotes hechiceros, que poseían grandes secretos, entre otros, la manera de hacer caer la lluvia sobre los campos, de desviar la corriente de los vientos, de enmudecerle trueno y de alejar el granizo de la helada. En el imperio azteca los nahuales eran amparados por Tezcatlipoca, el dios azteca de la guerra y el sacrificio. La leyenda contaba que un nahual podía desprenderse de su piel y transformarse en una de estas criaturas.
No obstante sus poderes, no eran insuperables ya que se les aconsejaba a la gente en los pueblos que para que los brujos o nahuales no entrasen a hacer daño a sus casas era bueno usar como protección una navaja de piedra negra en una escudilla de agua, puesta tras la puerta, o en el patio de la casa de noche.
Cuentan que por el rumbo de Chiautempan, hace muchos años, antes de que estuviera tan poblado el municipio, había varios lugares que eran los preferidos de los cazadores, que en esas tierras aún agrestes solían encontrarse conejos, coyotes y uno que otro venado, En una ocasión tres cazadores iban por la noche buscando una presa, cuando vieron a lo lejos un hermoso perro negro y grande de una raza desconocida para ellos.
Como no había casas por ahí y no habían encontrado ninguna presa, al ver el perro que era muy bonito decidieron atraparlo porque pensaban que habiéndose criado en el campo les sería útil para cazar, Sin embargo, al acercarse, el perro les gruño muy agresivo y echó a correr, los cazadores pensaron que un animal tan salvaje podría atacar a otro cazadores y le dispararon hiriéndolo en una pata.Trataron de seguir las huellas de sangre, decididos a rematarlo, porque un animal herido es más peligroso; de repente, al llegar a un claro del monte encontraron una choza, se acercaron a preguntarle al dueño
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