ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

La Anciedad


Enviado por   •  12 de Septiembre de 2012  •  1.257 Palabras (6 Páginas)  •  541 Visitas

Página 1 de 6

La ansiedad

Es un estado que se caracteriza por un incremento de las facultades perceptivas ante la necesidad fisiológica del organismo de incrementar el nivel de algún elemento que en esos momentos se encuentra por debajo del nivel adecuado, o -por el contrario- ante el temor de perder un bien preciado.

La ansiedad tiene una función muy importante relacionada con la supervivencia, junto con el miedo, la ira, la tristeza o la felicidad. En la actualidad se estima que un 20.5% o más de la población mundial sufre de algún trastorno de ansiedad, generalmente sin saberlo.

Antecedentes de la ansiedad

La ansiedad aparece como respuesta a las situaciones estresantes de la vida diaria (como por ejemplo, conflictos laborales, situaciones de abandono, pérdida de algún ser querido, traumas sexuales, enfermedades crónicas o largas convalecencias, etc.), en asociación con otros trastornos médicos (incluyendo otros trastornos psiquiátricos), por la toma de determinados fármacos, o bien puede aparecer de forma primaria constituyendo el síntoma cardinal de los trastornos por ansiedad. En las causas de los trastornos de angustia se entremezclan una serie de factores como:

• Los conflictos ambientales o acontecimientos de la vida como los anteriormente citados. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la relación entre el acontecimiento y la clínica no es lineal, ya que no todos los enfermos que padecen ansiedad refieren algún conflicto amenazante ni toda persona que se enfrenta a una situación de este tipo desarrolla ansiedad.

• Una personalidad determinada, estructurada a su vez en base a una dotación genética y a una serie de experiencias aprendidas.

Los trastornos de ansiedad pueden darse en cualquier persona, simplemente unos estarán más predispuestos que otros dependiendo de su personalidad y su vulnerabilidad biológica, así como del soporte social en el que se desenvuelvan. De este modo, los sujetos con una organización estable de la personalidad necesitarán estímulos intensos o persistentes para descompensarse, mientras que las personas inestables pueden desequilibrarse ante estímulos irrelevantes.

Síntomas

Los síntomas de ansiedad son muy diversos y tal vez los más comunes consistan en hiperactividad vegetativa, que se manifiesta con taquicardia, taquipnea, midriasis, sensación de ahogo, temblores en las extremidades, sensación de pérdida de control o del conocimiento, transpiración, rigidez muscular, debilidad muscular, insomnio, inquietud motora, dificultades para la comunicación, pensamientos negativos y obsesivos, etc.

La ansiedad se puede manifestar de tres formas diferentes: a través de síntomas fisiológicos, cognitivos y conductuales. Éstos hacen referencia a tres niveles distintos, los cuales pueden influirse unos en otros, es decir, los síntomas cognitivos pueden exacerbar los síntomas fisiológicos y éstos a su vez disparar los síntomas conductuales. Cabe notar que algunos síntomas de la ansiedad suelen parecerse a los de padecimientos no mentales, tales como la arritmia cardíaca o la hipoglucemia. Se recomienda a los pacientes someterse a un examen médico completo para descartarlos.

La ansiedad también puede convertirse en un trastorno de pánico, en el cual la persona cree que va a desmayarse, fallecer o sufrir algún otro percance fisiológico. Es común que las personas con este trastorno visiten la sala de urgencias con cierta frecuencia, y, típicamente, se sienten mejor después de ser atendidas.

Control amiento

Para un correcto tratamiento, en primer lugar y tras haberse descartado otros problemas médicos que justifiquen la sintomatología, debe identificarse el tipo de trastorno de ansiedad que padece el paciente para adoptar las medidas terapéuticas adecuadas. En líneas generales, el esquema terapéutico consiste en la combinación de fármacos con psicoterapia. Los fármacos, aunque no curan la enfermedad, pueden ser muy efectivos a la hora de aliviar los síntomas de la ansiedad. Como norma, se debe comenzar el tratamiento con dosis bajas que se aumentan progresivamente hasta encontrar la dosis mínima eficaz. Del mismo modo, cuando se considere que el fármaco puede ser suspendido, su retirada se hará también gradualmente. Respecto a la psicoterapia, el explicar al sujeto su enfermedad es parte fundamental de la misma. Las formas de psicoterapia más empleadas son:

• Conductista, enfocada a cambiar acciones específicas para disminuir o eliminar el comportamiento no deseado. Utiliza técnicas de relajación (como la respiración diafragmática) o técnicas de de sensibilización-exposición a la situación desencadenante de la ansiedad.

• Cognitiva-conductista, que enseña al paciente a reaccionar de forma diferente ante situaciones y síntomas que pueden desencadenar ansiedad, tras comprender que sus pensamientos pueden contribuir a modificar la sintomatología ansiosa.

Por último, debemos hacer notar que el tratamiento debe realizarse de forma individualizada, dependiendo de la severidad del cuadro y de su repercusión sobre la vida del paciente. El objetivo del tratamiento de las crisis de angustia es el minimizar su expresión clínica y reducir su frecuencia. Para ello, se emplean diversos fármacos:

• Antidepresivos: Antidepresivos tricíclicos (imipramina y clorimipramina), inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS (fluoxetina, paroxetina, sertralina) o los inhibidores de la monoaminooxidasa o IMAO. Tardan entre 2 y 6 semanas en producir efecto y las dosis deben ajustarse a la respuesta clínica.

• Benzodiacepinas (alprazolam, clonazepam): pueden ser útiles al inicio del tratamiento y posteriormente de forma esporádica, para aliviar los síntomas inmediatos de las crisis y mejorar la ansiedad anticipatoria. Debe vigilarse estrechamente el tratamiento con estos fármacos ya que algunos pacientes pueden desarrollar dependencia a los mismos.

El tratamiento farmacológico se debe completar con psicoterapia que consiste en explicar al paciente su enfermedad, enseñarle a reconocer y controlar los síntomas y a realizar ejercicios de relajación. Una vez lograda una respuesta satisfactoria el tratamiento debe mantenerse entre 1 ó 2 años para evitar las recaídas.En el tratamiento de la ansiedad generalizada se emplean benzodiazepinas o la buspirona (con escaso riesgo de dependencia a diferencia de las benzodiazepinas, aunque con un inicio del efecto diferido) conjuntamente con la psicoterapia. Para el tratamiento de las fobias se ha comprobado la eficacia de ciertos fármacos como los betabloqueantes, que resultan especialmente efectivos en la "ansiedad de actuación" (aunque no en la fobia social general), los IMAO o los ISRS. Las benzodiazepinas pueden ser útiles para disminuir la conducta de evitación. De todas formas, el tratamiento farmacológico aislado es ineficaz (presenta una tasa alta de recaídas), por lo que debe completarse con psicoterapia conductista (técnicas de de sensibilización o exposición, entrenamiento de habilidades sociales, etc.) y cognitiva (enseñar al paciente a identificar los pensamientos específicos asociados a la situación productora de ansiedad, ayudándolo a disminuir su temor a perder el control). Hay que tener en cuenta que sólo se tratarán las fobias que repercutan de modo significativo sobre la vida del paciente. El tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo se realiza mediante la combinación de psicoterapia destinada a la modificación de la conducta junto con tratamiento farmacológico (ya que éste por si solo suele ser ineficaz). Los fármacos más indicados son: la clomipramina (ATC) y los ISRS (fluoxetina y fluvoxamina); estos últimos pueden ser los de elección puesto que presentan efectos secundarios más leves que la clomipramina. En casos rebeldes, pueden emplearse también como coadyuvantes la buspirona, un neuroléptico o una benzodiazepina. Cuando se consigue una respuesta terapéutica es necesario un tratamiento de mantenimiento a largo plazo. En los trastornos por estrés, las situaciones agudas suelen ser auto limitadas y se tratan con benzodiazepinas durante un breve período de tiempo y psicoterapia de apoyo. El tratamiento del trastorno por estrés postraumático es más complejo; incluye el uso de fármacos como: antidepresivos tricíclicos (imipramina, amitriptilina), IMAOs (fenelzina), ISRS (tioxetina, sertralina, paroxetina), trazodona (antidepresivo sedante utilizado en ocasiones para corregir el insomnio) y otros fármacos (carbamazepina, ácido valpróico, alprazolam). Junto a la terapia farmacológica es preciso realizar psicoterapia, fundamentalmente conductista y dirigida a ayudar al paciente a superar las conductas de evitación, así como a afrontar el miedo a la repetición de la experiencia traumática.

...

Descargar como  txt (8.7 Kb)  
Leer 5 páginas más »
txt