Conjuguemos La Anciedad Frente A Las Prácticas

Conjuremos la ansiedad frente a las prácticas

(Un camino compartido)

No hay formulas mágicas, pero si se pueden ensayar múltiples estrategias para destrabar ”el ataque de prácticas”

¿Qué es practicar?

Practicar es poner en juego la conceptualización teórica, la instrucción recibida, la normativa propia de un campo de trabajo, haciéndola operar en la realidad, aplicar lo que se sabe para resolver una situación, actualizar, poner en acción, ejecutar en el campo de lo concreto algo que se tiene pensado o sabido.

Al practicar las futuras maestras aplican saberes, que provienen de lo que han leído en su formación académica y de lo que han vivido en sus experiencias educativas.

Las prácticas, posibilitan un acercamiento gradual, orientado y supervisado, a lo que luego será el ejercicio profesional cotidiano.

De los maestros que trabajan con niños pequeños, se espera que tengan en calo el significado y la significación de lo que enseñan y los efectos que estos puedan producir en los niños y sus familias.

Se aspira que los educadores tengan en cuenta los sentimientos de los niños así como sus propios sentimientos, miedos, ansiedades, que tengan en claro que es educar en el mundo en el que viven, puedan planear el espacio de trabajo, balance de actividades y porque se proponen.

¿Puede generar ansiedad el comienzo de las prácticas?

Hay 2 temores: la pérdida de lo conocido y el ataque a lo sabido.

Los caminos de defensa son caminos que a veces nos permiten superar la ansiedad y actuar de manera apropiada y otras veces nos llevan a negarla, evitarla o proyectarla en otros.

Una forma saludable de de enfrentar los temores se traduce en tomar en cuenta como son los niños, que materiales disponen, que actividades realizan espontáneamente, como se relacionan entre si y sus maestros antes de diseñar el plan de trabajo.

La reflexión en grupo, la lectura de los diferentes autores y la consulta a personas más experimentadas ayuda a resolver inquietudes.

Los primeros pasos

Una forma de iniciar la experiencia de observación en el Jardín, implica enfrentar la situación con actitud abierta, alerta y con la humildad que se necesita para poder aprender algo que no es desconocido

Ser observador significa detectar, analizar y registrar estilo y ritmo, dejar constancia de la sonrisa de uno, de la huida de otros, el sobrenombre de una auxiliar, la distribución de lugares, materiales y equipos.

Cuando nos acercamos a observar no es para “fiscalizar”, ni juzgar, vamos para conocer, para descubrir, para plantearnos preguntas, conjeturas, hipótesis.

Gran parte de la experiencia dependerá de la realización que se pueda ir construyendo entre maestros y estudiantes.

Conviene que escuchemos a la maestra antes de hacer nuestras propias propuestas.

No debemos arriesgarnos ni por temor ni por valentía, a decidir todo por nosotras mismas.

¿Qué hacer al iniciar una práctica?

Todo primer contacto es atemorizante y por lo tanto solemos recurrir a múltiples trucos para pasar “el mal trago” un par de respiraciones profundas, sonreír, quedarnos al lado de la maestra o en el ángulo opuesto son algunas posibilidades.

¿Cuánto tiempo llevará la o las actividades? ¿De qué depende esto?

Es bastante difícil anticipar con precisión cuanto a de interesar a los chicos lo que les ofrecemos. A menos que estemos decididos a imponer.

*ES MÁS IMPORTANTE EL GRUPO

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