La Huelga De Cananea Y El Sindicalismo Mexicano: Respuesta A Isabel Dorado Auz
geogariki8 de Marzo de 2013
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La huelga de Cananea y el sindicalismo mexicano: Respuesta a Isabel Dorado Auz
Por: Gustavo A. Moreno Martínez
Jueves, 01 de julio de 2010
Cananea, ¿una lucha global?
Por: Isabel Dorado Auz / auz3@correom.uson.mx
Una vez más, los mineros de Cananea nos muestran el camino a seguir en cuanto a la defensa de las conquistas laborales. Un sindicato que ha resistido una de las peores embestidas del poder político, sólo similar a la embestida de Salinas en contra del sindicato petrolero encabezado por Joaquín Hernández Galicia, La Quina. y que le sirvió, a la postre, para afianzarse en el poder después del fraude de 1988.
En aquella ocasión, el poder político logró doblegar al poderoso líder sindical y con ello, controlar al resto de los viejos liderazgos priistas, mismos que sufrieron una mutación que les permitió adaptarse a las nuevas exigencias empresariales. Desde entonces, la defensa de las conquistas laborales empezó a perder fuerza y, poco a poco, el sector empresarial terminó por imponer condiciones. A 22 años del fraude de 1988, el saldo es totalmente negativo en cuanto a los derechos laborales. Se reformaron los sistemas de pensiones y jubilaciones a tal grado que no se garantiza una vejez digna ni, mucho menos, mejores condiciones de trabajo.
Hoy, como nunca, se percibe una drástica regresión a los tiempos del Porfiriato y la historia se repite con una sorprendente similitud a los acontecimientos de 1906. Tenemos, por ejemplo, a un empresario que se siente dueño de Cananea y que tiene a su servicio al presidente espurio; unas fuerzas federales que cumplen el papel de empleados de Germán Larrea, en lugar de proteger a la nación de los embates del narcotráfico y del crimen organizado; alrededor de 2,000 efectivos pagados con nuestros impuestos al servicio de los intereses de un empresario que anuncia una gran inversión en infraestructura carretera, pero se niega a invertir en la seguridad de los mineros.
El mensaje es bastante claro, la vida de sus empleados no es tan importante en tiempos que sobra mano de obra barata y, en consecuencia, el contrato colectivo de trabajo es una ofensa para quien ha logrado enriquecerse con nuestros recursos naturales, esos sí, propiedad de la nación.
Ante todo esto, el sindicato minero decide agruparse y formar una nueva organización que tendrá influencia en todo el territorio del llamado Tratado de Libre Comercio. Se unen pues, con los Steelworkers de Estados Unidos y Canadá, para enfrentar juntos, en instancias internacionales, toda la embestida del espurio y demás mafia que le acompaña. Previamente, ya se habían integrado a la Federación Internacional de Trabajadores de la Industria de la Metalurgia y denunciado al gobierno mexicano ante la Organización Internacional del Trabajo y la Corte Interamericana de los Derechos Humanos. De esta manera, el sindicato minero nos muestra que la lucha dejó de ser local y que para enfrentar a las grandes transnacionales es necesario agruparse con las distintas fuerzas sindicales que se manifiestan a nivel mundial. Por eso, no fue sorpresa que los mineros de Sudáfrica aprovecharan los partidos de futbol donde juega México, para denunciar las arbitrariedades del gobierno mexicano en contra de los mineros de Cananea.
Como en 1906, los mineros de hoy en día, están estableciendo nuevos paradigmas en el ámbito laboral y el triunfo en su lucha puede representar el mantener vigentes las conquistas que con tanta sangre derramada ha logrado obtener el sindicalismo mexicano. Una derrota pudiera desencadenar una nueva revolución, sobre todo cuando en nuestro país las instituciones que se crearon para darle estabilidad política han perdido su razón de ser y se han convertido en alcahuetes de clase empresarial.
Cananea me enseñó que la paciencia y la prudencia pueden conservar la unidad, a pesar de casi tres años de huelga. Cananea me enseñó que el odio social puede contenerse para evitar derramamientos de sangre. Cananea me mostró la inutilidad de nuestro sistema político y me enseñó que hay luchas que bien vale la pena apoyar, porque con un triunfo de ellos, lograremos un triunfo para el resto de la fuerza laboral de nuestro país. Me enseñó además, que son tiempos de pensar en una defensa global de nuestros derechos. ¿Será que Cananea inicia esta nueva etapa del sindicalismo mexicano?
Isabel Dorado Auz:
Soy hijo de un minero que dejo 39 años de su vida en la principal fuente de trabajo de Cananea, la que en 1906 se denominaba Greene Copper CO., la que para 1936 ya se denominaba The Cananea Consolidated Copper Co. (Las 4C), la que en 1983 se denominaba Compañía Minera de Cananea y la que actualmente se denomina Mexicana de Cananea. No solo mi padre era minero, sus hermanos también, y muchos de mis primos, también lo eran todos los vecinos de la manzana donde vive aun mi padre y la mayoría de los padres de los compañeros de escuela y amigos que tengo y tuve en Cananea, incluso compañeros de la prepa eran mineros y estudiaban.
Mi padre ingresó a laborar en 1943 y le tocó la huelga de 1944 que duró 36 días, también la de 1961 con duración de 85 días. Mi padre escaló todo el escalafón al que podía aspirar en ese entonces un obrero con estudios primarios, que de mozo de limpieza llegó a operador de palas, tuvo cartera en varias ocasiones dentro del sindicato, fue propuesto como confidencial (de confianza), pero la empresa no acepto por su activismo sindical, ya que era un permanente luchador por que se cumpliera el contrato colectivo de trabajo. Fue presidente de comisionados de ajustes en varias ocasiones dentro del sindicato. Entre sus principales logros por su activismo personal consiguió la bonificación para los veladores, consiguió pipas nuevas para el riego de los caminos en el tajo, además de una serie de pequeños, pero significativos logros, independientemente de los muchos logros que como sindicato se consiguieron en la época en que el trabajó para la empresa. Es más, era tan sindicalista que le compuso una canción a Napoleón Gómez Sada.
Somos una familia de 9 miembros, incluyendo a mis padres, jamás vivimos con lujos, pero en mi casa jamás faltó comida y ropa, vivíamos y aún viven mis padres en casa propia, pero sobre todo, los estudios eran de primordial importancia para ellos, de tal manera que todos, sin excepción, tuvimos estudios en escuelas oficiales y particulares. En la familia hay 2 ingenieros, 1 profesor en educación física, 1 licenciado, 2 contadores privados y 1 secretaria ejecutiva. Como te habrás dado cuenta (eso espero), todo salió de la empresa minera que según ustedes es una empresa explotadora que no ve por sus trabajadores y sus familias. Falso, nada mas falso, nosotros estudiamos gracias al salario y a las becas que nos proporcionó la Compañía, tuvimos casa propia gracias a los prestamos sin intereses que hizo la empresa a mi padre, mientras los lideres sindicales se robaban las cuotas de los trabajadores y vendían el contrato colectivo.
Te comento esto para que sepas (no espero que lo entiendas), que lo que voy a decirte lo digo con conocimiento, sin atavismos y sin tendencias partidistas, ya que crecí en un ambiente 100% minero y mi formación profesional es en el área de ciencias de la tierra. En ese ambiente no había día en que no se hablara de una u otra forma de la “Compañía”, como coloquialmente la llamábamos. Todo giraba, en esa época, alrededor de ella, todavía ahora, aunque en menor grado, económica y socialmente Cananea depende de ella, si la “Compañía” está mal, Cananea también lo está.
Bien, establecido el marco de referencia, quiero decirte lo siguiente:
A pesar del activismo sindical de mi padre y de su admiración por los líderes sindicales como Napoleón Gómez Sada, en cuanto tuve noción del tipo de sindicatos y de dirigentes sindicales que hay en México, dejé de compartir su admiración por ese sindicalismo, pero seguí apoyando moralmente su activismo laboral para conseguir mejoras, sobretodo en materia de seguridad e higiene laboral, por que a El no le interesaban gran cosa la carteras dentro del Comité Ejecutivo de la Sección 65, que para entonces, era claro que la gran mayoría de los lideres sindicales no buscaban la mejoría en el ámbito laboral y económico de los trabajadores, más bien buscaban y buscan enriquecerse a costa de lanzar a los trabajadores por delante, para después vender la negociación del contrato colectivo, robarse las cuotas sindicales y conseguir puestos políticos, si no me crees, pregúntate de donde salió la grosera fortuna multimillonaria de Napoleón Gómez Sada, que a la postre heredó “napito” junto con el sindicato, o si lo quieres hacer localmente, pregúntale a Jorge ”El Carrito” Acedo Samaniego o a Carrillo (si los encuentras), o a cualquier otro líder sindical de los que ha tenido la Sección 65 de los últimos 40 años, quienes solo han utilizado a los trabajadores para amasar ofensivas fortunas y utilizarlos como plataforma para lograr puestos políticos, una vez logrado esto, abandonan Cananea y se retiran a otras partes a vivir de lo que le robaron a los obreros pertenecientes al sindicato, y en ocasiones hasta lo que le robaron a los Cananenses cuando ocuparon puestos públicos. Ese es el sindicalismo que estas defendiendo y con el que no estoy de acuerdo.
En tu escrito denominado Cananea, ¿una lucha global? , no mencionas, para empezar, que “napito” heredó, si, heredó el sindicato, ya que jamás fue minero y por lo tanto no tenía derecho a ocupar una cartera dentro de este, sin embargo pasó
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