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La ofrenda prehispánica


Enviado por   •  24 de Marzo de 2014  •  Ensayos  •  493 Palabras (2 Páginas)  •  378 Visitas

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La ofrenda prehispánica

La ofrenda prehispánica consistía en un círculo de sal o cal, elementos santos que purificaban la ofrenda, seccionado en cuatro partes orientadas a los puntos cardinales. Dentro del círculo se ponían los alimentos y bebidas, además de objetos que gustaran al difunto. La flor de cempasúchil y las llamas no podían faltar, pues guiaban el alma de los ancestros hasta el hogar donde se colocaba la ofrenda.

El círculo completo representaba el universo en su totalidad, infinito y eterno, pero cíclico. Cada una de estas secciones representaba un elemento, una hora del día, una estación del año, una región del universo y un Dios determinado.

El sur se pintaba de rojo y simbolizaba el fuego, elemento del poder, la vivacidad, creación y destrucción. Símbolo del verano, tiempo de la siembra, del calor y la lluvia, cuando la vida crece desmesuradamente y la Tierra está más cerca del Sol; era el astro rey al mediodía, cuando hay más luz y calor. Se honraba a Huitzilopochtli, Xiuhtecuhtli y Huehueteótl.

El oeste era de color azul y representaba el agua, elemento de transformación, cambio y renovación; el otoño, cuando las hojas caen y se recogen las cosechas, cuando el Sol comienza a morir y a decaer y el frío y la obscuridad comienzan a tomar fuerza, el ocaso. Se celebraba a Tláloc y Chalchitlicue, los señores del agua y la fertilidad.

El norte se pintaba de negro y simbolizaba la tierra, el elemento de la estabilidad y la firmeza, de la fuerza. Era el invierno,la época cuando el mundo se sumerge en tinieblas, y la noche, cuando Coatlicue, la señora de la Tierra devoraba simbólicamente a su hijo Huitzilopochtli, el Sol. Este fragmento de ofrenda representaba el Mictlán y sus reyes: Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl. También se honraba a Tezcatlipoca, señor de la ilusión y la obscuridad.

El este era de color amarillo y representaba al aire, elemento de transmisión y libertad, de la inteligencia; era la primavera, tiempo de renacimiento, cuando el frío comienza a pasar y la vida regresa, el amanecer, cuando el Sol renace triunfante sobre la obscuridad. Esta parte representaba la región de Quetzalcóatl donde también se ubicaban Xólotl, Ehécatl y Xochipilli.

De esta manera, nuestros ancestros mesoamericanos no sólo ofrecían a sus muertos alimentos y bebida, sino también ofrendaban a sus Deidades y representaban al Universo y su ciclo eterno, por lo que era muy importante realizarla, no sólo por los difuntos sino por los vivos, no para recordar la muerte sino la importancia de la vida y que ésta es cíclica.

Posteriormente con la llegada de los españoles y la religión católica, esta tradición se amalgamó con el “Día de todos los santos” y el “Día de los fieles difuntos” que misteriosamente eran fiestas celebradas para conmemorar a los muertos y que se llevaban a cabo por las mismas

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