La trama de la película Plan

La película que encarna jack Nicholson en una actuación extraordinaria, nos recrea la vida de Warren Schmidtt quién después de trabajar como vicepresidente de una compañía de seguros trata de realizar un digno retiro laboral después de jubilarse al cumplir 66 años de edad.

Warren no sabe qué hacer con su tiempo libre y poco a poco se da cuenta de que estuvo casado por cerca de 43 años con una mujer que realmente no amaba y con quién tenía una hija que estaba próxima a contraer matrimonio con alguien que no cumplía los requerimientos qué cualquier padre pudiese tener. Viendo comerciales de televisión, Warren se siente totalmente conmovido con un programa humanitario que se desarrolla en África y decide apadrinar a un niño de seis años con quién comienza una relación epistolar que lo acompaña en toda la historia.

, la película narra la historia de un ciclo de vida de una persona que como cientos de muchas otras, llega al ocaso de su vida el cuál se representa con la jubilación laboral y se da cuenta que la vida era todo eso que le estaba sucediendo mientras él estaba ocupado trabajando. Las relaciones que construyó a lo largo de su vida no eran a prueba de tiempo y fueron tan frágiles que sólo eran consistentes con la agonía de quién sólo procura tener una nueva oportunidad de vivir. Pero aprender a vivir no es fácil y a ese reaprendizaje y a esa sensación de soledad, le sucede la muerte repentina de su esposa y Warren queda sumido en una soledad absoluta.

La desesperanza entonces hace de las suyas y Warren busca recuperar el tiempo perdido. Se lanza a fórmulas de utilidad comúnmente aceptadas e inicia un recorrido de aventura en una camioneta camper por Denver y Colorado, lo cual le permite iniciar fases de reencuentro personal y el cierre de ciclos de dolor, muerte y desengaño.

Siento que la película está cargada de una mezcla de biología y que lo que siempre pudimos concebir como una fase natural de nacer-reproducir y morir, toma la connotación de una historia cargada de drama y melancolía en donde logramos sentirnos cómplices de un envejecido Sr. Schmidtt que se parece tanto a nuestros padres y amigos más íntimos, que logra robarse ese cariño y volvernos solidarios con una historia que puede ser la nuestra. La vida, en su significado más terrible y más anónimo, parece levantarse y decirnos a grandes bocanadas que procuremos vida digna y que seamos fieles al más grande legado que cualquiera puede conocer: no aferrarnos a nada, porque nada tenemos y nada nos llevamos. Esa es la gran lección de Warren…y es posible que de este modo, al final haya por lo menos la posibilidad de un reencuentro personal y lúcido con la vida que uno decide vivir….

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