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Los viajeros y el árbol frondoso – Obra de teatro

arisitaInforme9 de Septiembre de 2014

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Los viajeros y el árbol frondoso – Obra de teatro

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Título: Los viajeros y el árbol frondoso.

Autor: Adaptado de las Fábulas de Esopo.

Personajes: viajero 1, viajero 2, árbol.

Escenario: Un desolado paraje y un árbol frondoso en el medio

. Viajero 1: ¡Pero que calor!

Viajero 2: Y todavía nos queda medio viaje.

Viajero 1: Mejor será que descansemos un poco, con tanto sol y tan poca energía no llegaremos muy lejos.

Viajero 2: Buena idea, hay que sentarnos un rato.

(Se sientan entonces bajo el árbol)

Viajero 1: ¿Cuánto es lo que nos falta de camino?

Viajero 2: Un par de horas, si nos damos prisa.

Viajero 1: Entonces que el descanso sea rápido.

Viajero 2: Si, porque ya tengo algo de hambre, y este inútil árbol no da ningún fruto, no sabe más que ser frondoso.

Viajero 1: Pues así pasa a veces, existen cosas que no sirven de mucho.

Hermano y Hermana – Obra de teatro

Título: Hermano y Hermana.

Autor: Adaptado de las Fábulas de Esopo.

Personajes: Narrador, Padre, Hermano, Hermana.

Escenario: Un salón con espejo.

Narrador: Vivía el hombre muy feliz en su pequeña casa, acompañado de sus dos hijos; un jovencito de muy buena apariencia, y una hija menos agraciada. Un día, en sus juegos de niños, por casualidad se miraron ambos en el espejo del salón. El joven de inmediato, se congratuló de su buen parecer, pero la jovencita, sintió algo de rabia ante la reacción tan exagerada de su hermano y tantas autoalabanzas que pronunciaba, pronto, interpretó todo lo que él decía como burlas directas hacia ella.

Hermano: (Con actitud sobrada y vanidosa viéndose frente al espejo) ¡Pero que guapo soy!, por eso todas las chicas andan tras de mí.

Hermana: No exageres, que tampoco es para tanto.

Hermano: ¡Solo mírame!, soy alto, atlético, con ojos claros y abundante cabello, ¡Todo un príncipe!. Salimos a la calle y te lo demuestro, todas se derretirán por mí.

Hermana: ¡Anda que si eres cabeza hueca. Deja ya de molestar!

Hermano: No hermanita, esto no es ninguna molestia, suerte que tienen tus ojos de verme hoy, seguro no ven algo tan lindo seguido.

Narrador: Ese último comentario, hirió los sentimientos de la pobre jovencita, quien fue a quejarse con su padre.

(La chica camina un poco hasta encontrarse con su padre)

Hermana: (Casi con lágrimas en los ojos) Papá, papá, tienes que castigar a mi hermano, se está portando pesado, se ha pasado el día frente al espejo admirándose y diciendo lo bonito que es.

Hermano: No seas chismosa, además no estoy haciendo nada malo.

Padre: (En tono firme)

¡vengan acá los dos!

(El padre los abrazó a ambos, otorgando besos y afecto imparcialmente a cada uno)

Padre: Quiero que los dos se vean en el espejo todos los días, y frente a él, se examinen así mismos. Tú, hijo mío, no debes estropear tu belleza con una mala conducta; y tú, hija, puedes compensar tu carencia de belleza con tus grandes virtudes. Siempre debemos respetar las cualidades y defectos ajenos, y no maltratar a los demás presumiendo de nuestras ventajas.

Narrador: Un buen consejo dado por el padre, que fue aún más allá de lo esperado, pues el chico aceptó humildemente su buena apariencia, y alabó las virtudes de su hermana, ella también aprendió a quererse más a sí misma, y no compararse con nadie.

Árbol: (Molesto, sacudiendo sus ramas e interrumpiendo la plática)

¡Ustedes compañeros sí que son mal agradecidos! ¡Se han beneficiado con mi frondosidad, están descansando bajo mi sombra, y aun así se atreven a describirme como inútil y poco servicial!, ¡hay de ustedes! Que poco saben valorar

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