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MICROECONOMIA


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2014  •  502 Palabras (3 Páginas)  •  135 Visitas

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ENSAYO: PREPOTENCIA

La soberbia consiste en concederse más méritos de los que uno tiene. Es la trampa del amor propio: estimarse muy por encima de lo que uno vale. Es falta de humildad y por tanto, de lucidez. La soberbia es la pasión desenfrenada sobre sí mismo. Apetito desordenado de la propia persona que descansa sobre la hipertrofia de la propia excelencia. Es fuente y origen de muchos males de la conducta y es ante todo una actitud que consiste en adorarse a sí mismo: sus notas más características son prepotencia, presunción, jactancia, vanagloria, estar por encima de todos lo que le rodean. La inteligencia hace un juicio deformado de sí en positivo, que arrastra a sentirse el centro de todo, un entusiasmo que es idolatría personal.

La soberbia es más intelectual y emerge en alguien que realmente tiene una cierta superioridad en algún plano destacado de la vida. Se trata de un ser humano que ha destacado en alguna faceta y sobre una cierta base, el balance propio saca las cosas de quicio y pide y exige un reconocimiento público de sus logros. Para un psiquiatra, estamos ante lo que se llama una deformación de la percepción de la realidad de uno mismo por exceso.

La prepotencia, en esta hora de tergiversaciones y absurdos, es –según el revolucionario lenguaje del régimen– no acatar ciegamente los dictámenes que salen de los estamentos públicos, que deben ser obedecidos ante las amenazas de sanciones que, afiladas en los talleres de la obsecuencia, caen desde lo alto como una guillotina.

Prepotentes son, entonces, todos quienes no asumen la palabra oficial como una ley, cuyo dictamen resulta obligatorio. El funcionario público ha arrumado en el cajón su rol de servidor y lo ha cambiado por el de usufructuario de los derechos que emanan de su cargo, el principal de los cuales es mandar.

Y así mandan. Mandan lo que hay que escribir y lo que no. Lo que hay que pensar y lo que no. Lo que hay que leer y lo que no. Lo que hay que ver y lo que no. Lo que hay que decir y lo que no. ¡Y pobre de aquel que se atreva a alzar cabeza!

¿Dónde entonces está la prepotencia? ¿En aquel que cuestiona o en aquel que, creyéndose dueño de la verdad absoluta, por sí y ante sí manda, prohíbe o permite? ¿Dónde está la prepotencia? ¿Está en aquel que emite una opinión o en aquel que lo somete al escarnio valiéndose de los medios públicos, sin posibilidad alguna de defensa?

De actuar con prepotencia calificó un funcionario del Gobierno a un canal de televisión por haber protestado ante la imposición de transmitir un programa producido en un medio gubernamental. De prepotente calificará mañana ese mismo funcionario a un diario independiente si protesta porque se lo obliga a llenar su página editorial con artículos de uno de los periódicos oficiales. Y de prepotente, si una radio no transmite una entrevista realizada a alguien cuya

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