Marginación Y Desocupación
Luke311 de Octubre de 2013
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1. Introducción
Antes de empezar con el desarrollo de la presente monografía, queremos aclarar los objetivos que nos planteamos y que esperamos cumplir. Uno de ellos es el de profundizar nuestros conocimientos acerca del fenómeno de la globalización. Otro, es el de descubrir algunos de los problemas que acarrea dicho fenómeno. Además, intentaremos proponer posibles soluciones a los problemas encontrados. Finalmente, esperamos adquirir la capacidad como para poder aplicar lo aprendido durante la realización del proyecto a la situación actual que estamos viviendo.
En este trabajo intentaremos demostrar que la globalización acentúa y agrava los procesos de marginación y desocupación y explicaremos, además, cómo afectan éstos al hombre.
Ante todo, debemos hacer mención del sistema en el que se encuentra inmerso la mayor parte del mundo: la globalización. La palabra globalización no se usa sólo referida a la globalización económica o financiera, sino que abarca otros aspectos. Se
trata de un proceso que integra las actividades económicas, sociales, culturales, laborales y ambientales.
Las principales características de este fenómeno son: la desaparición de las fronteras entre países, con la consiguiente pérdida de soberanía e identidad, en pos de la creación de bloques políticos, económicos o militares; el auge de los medios de comunicación, capaces de llegar hasta los lugares más remotos y de conectar a todo el planeta; el predominio del poder económico por sobre el político, situación simbolizada por los especuladores bursátiles quienes sólo buscan satisfacer sus propios intereses y la decadencia de los valores humanos.
Es válido aclarar que globalización y neoliberalismo no son términos sinónimos, aunque actualmente se produce una repetida concordancia entre el fenómeno físico de la globalización y el fenómeno ideológico del neoliberalismo.
A continuación, describiremos cómo se ven afectados el hombre y su entorno por la exclusión social que genera la globalización. Esta exclusión se manifiesta de diferentes maneras. Las más significativas son el desempleo y la marginación, concepto que incluye a la pobreza y a la hambruna.
2. Desocupación
La toma del modelo neoliberal como mundial, es principal causa del actual desempleo. Al favorecer a sólo algunos sectores productivos, parte de la industria se ve deglutida por el sistema. Veamos: al haber privilegios para ciertas empresas (grandes nacionales o multinacionales) comienza la desaparición de algunas otras (las PyMES).
Además, el neoliberalismo trae como consecuencia la ruptura de la relación entre las actividades económicas y los lugares donde se desarrollan, es decir: por la implementación de tecnología, no es necesario manufacturar un producto enteramente en una misma región, debido a que los adelantos en los sistemas de comunicación y transporte posibilitan el fácil traslado de materias primas y bienes intermedios entre los diferentes centros de producción.
Todo esto lleva a que cada vez sea menos la mano de obra necesaria para hacer funcionar a una empresa. Por ejemplo, los fabricantes de automóviles han experimentado con miles de innovaciones con la finalidad de incrementar la producción y reducir la mano de obra en el proceso de montaje.
Ford, pionero de la fabricación en serie, se enorgulleció de la capacidad de su propia empresa para sustituir por tecnologías la mano de obra física, y estuvo siempre interesado en la búsqueda de nuevas formas para la reducción de tareas, hasta convertirlas en operaciones para las que no se requería ningún esfuerzo. Posteriormente, fueron los japoneses los que marcaron la pauta, iniciando la robotización de muchas de sus cadenas de producción.
Así es como, hoy en día, vivimos bajo un sistema que valora cada vez menos la actividad esencial y dignificante del hombre: el trabajo. Esto fomenta la lucha constante tanto por la obtención como por el mantenimiento de los puestos de trabajo, que son cada vez más escasos. La causa primordial del desempleo es el invisible mercado financiero que todo lo rige y, más concretamente, los empresarios sin escrúpulos que no dudan en explotar a millones de trabajadores con tal de mejorar su productividad. La protección del medio ambiente y de la salud, la democracia y los derechos humanos tiene que quedar en segundo plano si esto sirve a los fines de la economía mundial.
"El error básico de una política que declara fin en sí mismo la competencia global [es que] ignora la perspectiva. La competencia sin barreras por conseguir cuotas en el mercado (de trabajo) mundial devalúa en ciclos cada vez más rápidos la fuerza de trabajo y se configura, desde el punto de vista de la abrumadora mayoría, como una carrera entre la tortuga y la liebre. Siempre hay algún competidor más barato [...] Quien se ‘adapta’ tan sólo fuerza una nueva adaptación en algún otro sitio y pronto le vuelve a tocar el turno. Da igual lo que hagan, la mayoría de los trabajadores sólo puede perder en este juego. Sólo una minoría de adinerados [...] lleva ventaja..." (MARTÍN, Hans-Peter. Op.cit, p. 200)
Mercado financiero
Actualmente, se vive una dictadura del mercado mundial, ya librado de competencia desde la caída del comunismo. El ‘turbo capitalismo’ está erosionando las unidades sociales más rápido de lo que pueden regenerarse o desarrollarse nuevas formas organizativas. Esto implica un mundo con cada vez mayor desigualdad que incrementa la distancia entre la clase alta y la trabajadora, destruyendo a la clase media y haciendo a un lado al 80% de la población mundial que es ajena al desarrollo económico. Basta el 20% restante para mantener en marcha a la economía mundial. Continuamente aumenta "la población sobrante" y esa población no satisfecha pasa a incrementar la marginación a niveles incomparablemente más elevados que en otros momentos de crisis sistémica.
El mundo laboral se está transformando. Los trabajos que antes eran para toda la vida se convierten en trabajos ocasionales y una profesión que antes tenía mucha salida laboral puede transformarse, de la noche a la mañana, en un oficio sin valor. Ya casi no existen los trabajos de tiempo completo. La mayoría están siendo reemplazados por puestos de media jornada, trabajos temporales y trabajos mal remunerados.
Las empresas utilizan la nueva movilidad del dinero y de la producción para concentrar su actividad allí donde las condiciones y el precio del trabajo están más despreciados. Como sostiene Bangemann, Comisario de Economía de la Unión Europea, la producción masiva europea con altos salarios no tiene futuro dada la competencia que ofrece la mano de obra china y vietnamita. La sociedad occidental de la exigencia colisiona con las sociedades asiáticas de la renuncia. El modelo del trabajador satisfecho con su sueldo, con vacaciones anuales, aguinaldo y jornada laboral limitada es insostenible. Que la empresa crezca y produzca beneficios no significa que los trabajadores también se vean beneficiados. El éxito de una empresa se mide, actualmente, por el beneficio que le aporta a los accionistas.
Hace varios años que aumenta la cantidad de despidos masivos. En el caso de los bancos, se avecina un drástico reemplazo de pequeñas sucursales por cajeros automáticos, de modo que sólo se necesitará un pequeño número de bancarios que reciban información continuamente para actualizarse. Se predice que en el sector financiero, en los próximos diez años, la mitad de los trabajadores perderá su empleo. Innumerables profesionales del sector servicios desaparecerán como los archiveros, bibliotecarios, empleados de agencias de viajes, comerciantes minoristas y colaboradores de periódicos. Otros sectores que se ven amenazados por fuertes descensos de empleo son las empresas de telecomunicaciones, las compañías aéreas y el sector público.
En el Apéndice (p.20-23), incluimos gráficos correspondientes al despido por sectores que facilitarán la comprensión del tema (Fuente: MARTÍN, Hans-Peter. Op.cit., p.133-136).
Está claro que en la sociedad de hoy ya no hay trabajo para todos. El sueño de un empleo para cada uno se ha desvanecido. El desempleo se está configurando como un elemento estructural de la actual realidad económica y no como un aspecto meramente coyuntural, desmintiendo las tesis neoliberales que proclamaban su carácter pasajero.
Para peor, los gobernantes se encogen de hombros y dicen que las condiciones que se han generado son consecuencia de fuerzas que están más allá de su control. Se encuentran atrapados entre las exigencias populares y las condiciones impuestas por los organismos internacionales y los dueños del capital. Simplemente, miran para otro lado, tomando a la desocupación como un índice más de la situación económica. La ignoran como realidad social, no sólo económica, que constituye una bomba de tiempo puesta bajo los pies de todos que no se sabe cuándo se puede activar. Algunos signos ya se vislumbraron...
Pérdida de la dignidad
Trabajo se llama a la ocupación diaria a la que el hombre debe su salud, su subsistencia, su serenidad y su sentido común. Por todas estas características, se puede afirmar que dignifica al hombre, ya que lo hace obrar de manera que merece el respeto de los demás y de sí mismo. Lo hace sentirse útil y realizado, lo que convierte al trabajo en una actividad necesaria y esencial para su vida.
El desempleo provoca vergüenza, frustración e impotencia en quienes lo sufren al generarles un sentimiento de no ser merecedores de lo que tienen y de no aportarle nada a la sociedad en la que viven.
El neoliberalismo no ayuda al trabajador
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