Modelación Del Riesgo

La modelación del riego en una central de energía colombiana.

La actividad de las centrales de energía en Colombia plantea un problema en cuanto a la estimación del riesgo de inversión al cual se ven enfrentados. La modelación de riesgos en las centrales energéticas se encuentra apartada de un enfoque que incentive la cultura inversionista de los agentes económicos del país.

Según Cortés (1994) La energía eléctrica es: “el estudio desde un punto de vista cualitativo y cuantitativo de los fenómenos eléctricos en cuanto tienen una importancia práctica y de sus aplicaciones. La energía eléctrica es una de las formas en que se nos manifiesta la energía natural” (p. 1). Por otra parte la energía térmica se define como: “la parte de la energía interna que cambia cuando se modifica la temperatura del sistema” (Serway, 1999, p.373). Sin embargo resulta necesario relacionar este último concepto con el de riesgo, definido como la probabilidad de que se presente un evento inesperado, independientemente de sus repercusiones.

Es importante relacionar ambos conceptos debido a la conexión que los caracteriza; el mercado energético constantemente se enfrenta a eventos inesperados como la inestabilidad de precios o el cambio abrupto de políticas por lo que dicho mercado debe prever posibles adversidades con el fin de garantizar el bienestar y continuidad del mismo.

La historia de las centrales energéticas comienza con la aparición de la energía eléctrica a finales del Siglo XIX como un proyecto de ciertos inversionistas privados con el fin de generar, distribuir y comercializar electricidad. Posteriormente muchas de las centrales eléctricas que fueron creadas pasaron a manos del Estado como parte de la politización de empresas estatales. No obstante, aquella idea de politizar el abastecimiento de energía en el país, terminó en un rotundo fracaso, que no muy tarde se materializó en una crisis con consecuencias tan devastadoras como la quiebra del sector energético y el racionamiento eléctrico nacional a comienzos de los años 90.

Es en ese momento en el que se decidió reestructurar el mercado energético colombiano, era de vital importancia, realizar cambios profundo en la administración de este consorcio pues de no ser así, la economía se vendría abajo. No es un secreto que la energía es uno de los insumos fundamentales en las familias por lo que la falta de éste, afecta notablemente el bienestar del país.

En Colombia, la reestructuración del mercado eléctrico se da con las Leyes 142 y 143 de 1994. La Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) a la fecha ha realizado un importante esfuerzo por desarrollar un marco regulatorio, cuyo objetivo básico es el de crear las condiciones para asegurar la disponibilidad de una oferta energética eficiente, capaz de abastecer la demanda bajo criterios sociales, económicos, ambientales y de viabilidad financiera. (Bello & Baudillo, 2010, p.297)

A finales de los años 90, el mercado energético se repuntaba de nuevo como uno de los más prometedores para el país. No obstante las dificultades no tardaron en llegar, después de la reestructuración se dio la creación del Mercado Energético Mayorista (MEM) con el cual sobrevinieron variaciones en los precios que crearon

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