NO HAY PREGUNTAS ESTUPIDAS.

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Autor: Isabel Cristina Gómez Méndez (1360234)

Ciencias Humanas I

Ensayo: “NO HAY PREGUNTAS ESTUPIDAS”

SAGAN, Carl. (1995). El mundo y sus demonios; La ciencia como una Luz en la oscuridad. Cap. 19, “No hay preguntas estúpidas” Trad. Dolores Udina. Editorial Planeta, Santafé de Bogotá, 1997. Págs. 347-364.

DEWEY, John. (1916). Educación y democracia. Trad. Lorenzo Luzuriaga. Editorial Losada S.A., Buenos Aires, sexta edición, 2004. Págs. 301

Desde la época primitiva podemos ver como el aprendizaje no ha cambiado, pasa intacto de generación en generación, los métodos de enseñanza son los mismos. Dice el autor “pero cuando lo que se debe aprender cambia de prisa, especialmente en el curso de una sola generación, se hace mucho más difícil saber que enseñar y como enseñarlo”^[1].

El problema de la educación actual, es que se espera poco, por ello los estudiantes rinden poco, las escuelas deberían crear mejores ambientes estudiantiles, con mejores programas académicos donde se les cree la necesidad de aprender más como dice el autor “si uno recibe poca motivación y poca educación, no sabrá mucho”^[2] así mismo John Dewey “plantea que la escuela debe ser una institución donde los avances de la sociedad se pueden transmitir directamente a las nuevas generaciones, no a través de métodos formalizados o de una pedagogía inerte, sino a partir de una escuela que permita al niño construir, crear e indagar activamente en un ambiente colectivo; lo que haría posible convertir a los niños y a los jóvenes en miembros participantes y constructivos de una sociedad democrática.”^[3]

Dewey argumenta que “el que es joven en un momento dado constituirá en días posteriores la sociedad de ese periodo, la naturaleza de ella dependerá en gran parte de la dirección que se dé a las actividades del niño en un periodo anterior”^[4]. La escuela forma uno de los principales factores  sociales que influyen en el comportamiento y construcción del ser humano, Sagan dice que “los niños hacen preguntas como ¿Por qué la luna es redonda? Y padres y maestros contestan con irritación, dándole a entender a los niños que este tipo de preguntas enojan” esto solo lleva a que pierdan el interés por el saber, por tanto estoy de acuerdo con lo que dice Carl sagan “los niños listos que tienen curiosidad son un recurso nacional y mundial. Se los debe cuidar, mimar y animar”^[5] y la escuela es el lugar indicado para ello.

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