Oratoria Juridica
emilyamaya2 de Octubre de 2014
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Oratoria Jurídica
La oratoria es el arte de hablar con elocuencia y su finalidad es persuadir, es pues, unos de los elementos fundamentales en la unificación de criterios, y la comprensión y el estímulo de masas. El poder de la convicción, de representantes de cada país, es menester en un mundo de transformación. Estas transformaciones si fuesen en su totalidad, colmadas de ética y moralidad, cuán grande y evolucionado sería la existencia de cada ser.
El desempeño profesional de un abogado requiere inexorablemente de un óptimo desempeño oral y gestual. La persuasión será el método más eficaz para la obtención de resultados. Para el profesional de la ley, conocer las técnicas y estrategias de la expresión oral y gestual le otorgará una importante ventaja competitiva.
Los abogados ya no pueden ser generalistas. La capacitación continua y la profundización en diferentes especialidades son una tendencia mundial que busca la cualificación de los profesionales, para que puedan responder de manera adecuada a los requerimientos de la profesión.
REGLAS DE LA ORATORIA JURIDICA
Presentaciones y Exposiciones orales
La presentación: es el proceso mediante el cual dispone de contenido de un tema para una audiencia.
Una presentación es una forma de ofrecer y mostrar información de datos y resultados de una investigación. Es utilizado, generalmente, como apoyo para expresar los resultados de una investigación pues con la presentación se dispone de un contenido multimedia (es decir cualquier apoyo visual o auditivo) que de una referencia sobre el tema y ayude a explicar los datos obtenidos de una investigación. Una presentación puede llevar textos, imágenes, vídeos y archivos de audio. Se puede dividir en dos tipos: la presentación multimedia que es generalmente más utilizada a través de un programa de presentaciones pero que también es posible realizar a través de carteles con imágenes y audio generalmente grabados para su reproducción (utilizado para presentar productos, proyectos, etc.). O la presentación común (esta solo utiliza imágenes y texto en carteles), una presentación que contiene sólo imágenes, a menudo acompañadas de efectos o texto superpuesto; Lo mismo que ocurre con la presentación multimedia ocurre con este tipo de presentación pues se puede realizar tanto en un programa de presentaciones como a través de carteles de apoyo que ayuden a expresar un tema.
Exposición Oral: Exponer un trabajo específico, mediante el uso del lenguaje. Utilizando a su vez, recursos distintos al del habla, como el lenguaje no verbal. En las situaciones académicas puede constituir un medio a través del cual se evalúan los conocimientos que poseemos sobre un tema y la claridad y precisión con que son presentados.
Objetivos: La historia enseña que los oradores tuvieron un objetivo; persuadir al oratorio. (…)Aristóteles y Cicerón indicaron que la oratoria, tiene tres medios muy poderosos; enseñar, deleitar y conmover
En este tipo de trabajos académicos, como lo es la Exposición oral, hay que determinar una idea, desarrollarla y hablarla, mediante argumentos lógicos y persuasivos.
“Quién habla debe saber a qué clase de personas se dirige”
La utilización de la palabra:
Históricamente, primero existió la lengua y luego la gramática.
La comunicación Oral tiene sus propios canales, distintos a los de la comunicación escrita. Su medio principal es la palabra, a estos se le suma el mensaje no-verbal (que hace referencia a
gestos, modos, aspecto personal etc.) Y las competencias paralingüísticas (parafrasear, reordenar, relacionar, etc.)
Este acto psicosocial de comunicación debe generar una relación recíproca de ida y vuelta con la palabra, el oído y la vista.
El orador es quien debe esforzarse para que su mensaje llegue correctamente, mediante un pensamiento ordenado para producir un mensaje ordenado también.
Orden de ideas= Orden al hablar
Una palabra que no se entienda es una palabra que no fue.
El expositor debe tomar una posición, como y que vocabulario va a utilizar, cuál es el
objetivo de su mensaje, sin olvidar conocer qué clase de público estará presenciando el discurso, para poder graduar la intensidad de la voz, las pausas y los matices.
Forma y contenido se interrelacionan.
El orador y sus cualidades
En este tema el autor nos habla que todos los hombres tenemos en mayor o menor grado la facultad de persuadir, y sin embargo, no todos somos elocuentes. Se llama elocuente a la persona que al hablar tiene la facultad de deleitar y persuadir usando la palabra elegante, eficaz y persuasiva. Indudablemente hay personas que nacieron con el don, pero no lograron desarrollarlo porque les faltó cultivar esa cualidad al estudiar las reglas de oratoria. No es un buen orador el que teniendo dotes naturales maravillosas no sabe aplicar las reglas de oratoria, son buenas esas dotes pero perfeccionadas con el estudio de la retórica son mejores.
Un buen orador es el hombre naturalmente elocuente que ha perfeccionado esas dotes con el estudio y el ejercicio. Es conveniente tratar acerca de las cualidades que son útiles y necesarias en el desempeño de tan privilegiada actividad.
Las palabras bien pronunciadas, el gesto metódicamente estudiado, el ademán perfectamente calculado, la entonación, las pausas y la dicción rítmicamente balanceadas causan mejor impresión que las palabras balbuceadas las poses desaliñadas y una voz sin ritmo y sin gracia.
Una regla muy valiosa para practicar la oratoria, es pronunciar un trozo literario compuesto por uno mismo. También es muy práctico proponerse un plan sencillo acerca de un tema; se divide en tres puntos o más, se desarrolla cada uno de ellos y se unen del otro, para concluir con una proposición que ha de ser la tesis del discurso; este trabajo es parecido al de la investigación.
La investigación consiste en aplicar la inteligencia a la compresión de una exacta realidad, penetrando y arrancando su secreto. El tema escogido distribuido en puntos se plantea en un esquema para que su concreción sea más fácil, y al mismo tiempo ver que el segundo punto en consecuencia del primero y a la vez el tercero dimane del segundo, para que al final la conclusión sea el resultado lógico de los puntos anteriores.
Actitudes del orador
Todo esto a que el orador ha de adoptar ciertas actitudes que le son necesarias para cumplir con su función social se debe ejercer en bien de la comunidad.
El orador, por simple hecho de pronunciar un discurso en el que desarrolla un tema, está ejerciendo la nobilísima profesión de instruir. La función social de todo comunicador docente es instruir pronunciando discursos didácticos. El verdadero orador se dirige a un auditorio heterogéneo, no solo a un grupo de personas que pertenecen a un mismo nivel, sino que está capacitado para hablar a un grupo complejo de perosnas de distinta índole; hombres, mujeres, jóvenes, estudiantes, obreros, empleados, profesionales, ricos, pobres, políticos, burgueses, burócratas o aristócratas. Un orador que escogiera su público o su auditorio no sería un auténtico orador.
Cualidades morales
De las cualidades que mejor cuadran al orador, está la probidad. Hombre probo no solo el que goza buena fama, sino que además no tiene maldad de que lo acusen es un hombre íntegro. Marco Fabio Quintiliano en su obra Instituciones Oratorias sienta como base de la oratoria formar al hombre probo y hacerlo diestro en el arte de hablar.
El orador debe proceder, por consiguiente, con la verdad para no defraudar a su auditorio, ya que la primera virtud del orador es veraz. Si la pieza oratoria trata un tema científico, debe prevalecer en todo el discurso la verdad. Si el tema es moral, con mayor razón debe enaltecer en todo el discurso la verdad. Si el tema es moral, con mayor razón, debe enaltecer la virtud de la que debe tener claros conceptos.
Dadas las circunstancias actuales en que se encuentra el mundo, cualquiera pensaría que nadie tiene deseos de ser bueno, y no es así, en medio de sus flaquezas humanas. Si el orador se acomoda al auditorio cosecha muy buenos resultados; para contrarrestar al vicio. La virtud no es innata, se adquiere mediante el ejercicio serio y duradero de acciones buenas. La virtud es permanente, pero si se le frena, entonces se corre el riesgo de caer en lo opuesto, el vicio. Las virtudes se dividen en dos clases: Virtudes del entendimiento y Virtudes de la voluntad.
Virtudes del entendimiento o dianeticas
Perfeccionan al hombre en relación con el conocimiento de la verdad. Respecto a la verdad especulativa las virtudes del entendimiento son: la inteligencia o habilidad para juzgar; la sabiduría o capacidad para alcanzar hasta los últimos fundamentos de la verdad.
Virtudes de la voluntad
Entre éstas se destaca la prudencia, que en la disposición y el ánimo resuelto con que se debe de actuar para resolver con rectitud los casos más difíciles. Las virtudes intelectuales por si solas, no hacen al hombre moralmente bueno, a excepción de la prudencia.
La esencia de las virtudes morales de la voluntad consiste en una disposición permanente y firme de la voluntad para seguir lo que la razón le presente como justo. La virtud en sentido estricto confiere al hombre bondad moral y perfección. Las virtudes de la voluntad están íntimamente entrelazadas entre sí y forman un conjunto cerrado. La virtud no significa carencia de pasiones, pues éstas no le son contrarias si la prudencia las mantiene dentro de los límites
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