Primeramente, les voy a decir que la amistad es una manifestación del amor de Dios hacia ti, expresado a través de tus amigos

Primeramente, les voy a decir que la amistad es una manifestación del amor de Dios hacia ti, expresado a través de tus amigos. La amistad es el más puro de todos los amores. En el amor filial, en el amor de los padres hacia los hijos y en el amor de los amantes, existe obligación. Pero en la verdadera amistad eso no existe. Si abres la puerta al poder magnético de la amistad, serán atraídas hacia ti almas con una vibración similar. Cuanto más amigable te vuelvas hacia todos, más amigos auténticos tendrás. Cultiva la verdadera amistad, pues sólo así atraerás a verdaderos amigos. Bien es cierto, que hay personas que no confían en nadie y dudan totalmente de la posibilidad de tener jamás auténticos amigos. Probablemente, por experiencias pasadas con personas conocidas o propias. Algunos, de hecho, alardean realmente de arreglárselas bien sin amigos. Pero lo cierto es, que si no eres amigable desacatas la ley divina de la auto-expansión, la única gracias a la cual tu alma podrá crecer hasta la unidad con el Espíritu. La amistad es la llamada de la trompeta de Dios, que nos avisa para que destruyamos los muros que nos separan de los demás y de Él. Nadie que no consiga inspirar amor en otros corazones puede esperar expandir su conciencia en la conciencia cósmica. Si no puedes conquistar los corazones humanos, no puedes conquistar el Corazón Cósmico. Por eso, te exhorto a que extiendas los límites de tu amistad.

Tal vez te preguntes, ¿es esta persona un verdadero amigo? Pues te digo, la amistad verdadera es desinteresada, pues más consiste en dar que en recibir; no busca el provecho propio, sino el del amigo. El amigo verdadero no puede tener, para su amigo, dos caras: la amistad, si ha de ser leal y sincera, exige renuncias, rectitud, intercambio de favores, de servicios nobles y legítimos. El amigo es fuerte y sincero en la medida en que, de acuerdo con la prudencia sobrenatural, piensa generosamente en los demás, con personal sacrificio.

...