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Recomentaciones Para Realizar Un Ensayo

albertomonroy18 de Noviembre de 2013

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Recomendaciones de diseño de un trabajo de investigación preliminar (ensayo)

1. Elección del tema de investigación

“Proposición o texto que se toma por asunto de un discurso” como “asunto o materia” a revisar en un trabajo de investigación.

1.1 ¿Cómo elegir un tema?

Para la elección de un tema se recuperan algunas opiniones:

Alfredo Troncoso señala sobre la elección del tema:

Preguntarnos

(1) qué materias, qué objetos de estudio nos entusiasman más… el gusto por un campo de estudio va acompañado

(2) por la propia competencia en el mismo o que el tema elegido sea atractivo y esté a nuestro alcance.

(3) “La elección del tema es tan sólo el principio, falta aún, para que el trabajo sea justificable, un problema”.

1. delimitar el tema

2. que dicha delimitación obedezca a un problema (El tema no permite hacer una tesis, el problema sí)

J. Antonio Arvizu nos dice sobre la elección de tema, lo siguiente:

- El tema, dicen, nos elige, nos vemos ya comprometidos (no entrometidos)

- la necesidad de actualización (no oportunismo) para evitar prejuicios y anacronismos.

En tres preguntas se podrían condensar predisposiciones para un abordaje de investigación:

i. Frecuentación de pensamientos –da el tema-,

ii. Gravedad de problemas –da el desarrollo- y

iii. Afluencia de expresión –da el estilo-” (Arvizu, julio 23, 2005).

Umberto Eco propone las siguientes Reglas para elegir un tema:

1. Que el tema corresponda a los intereses de quien desea investigar

2. al alcance físico del próximo investigador;

3. Que las fuentes a que se recurra sean manejables, es decir, al alcance cultural del investigador;

4. Que el cuadro metodológico de la investigación esté al alcance de la experiencia del tesista (Eco, 2003: 23).

2. Aspectos a considerar

- Seleccionar alguno de los temas de algún programa de las clases.

- Determinar orígenes del conocimiento previo del tema que se quiere tratar (el que permite proponerlo): de oídas (profesores, compañeros, amigos, televisión, cine, etc.), de lectura (obras generales, citas, obras específicas).

- Exponer los motivos de su elección: razones de interés, referencias anecdóticas, posesión de información, acceso a fuentes, posibilidad de entrevista, visita a centros de producción, encuesta a consumidores, etc.

- Justificar la importancia del tema elegido:

a) En relación con:

• los otros temas (por qué éste y no otro),

• su personal interés por

b) Por las implicaciones:

• culturales (continentales, nacionales, regionales),

• religiosas (culto, devociones, ritos),

• sociales (convivencia, tradiciones, festejos, identidad, prestigio, etc.),

• estéticas (artísticas, artesanales, aprecio, disgusto, simbolismo),

• científicas (nutricionales, curativas, usos no ingestivos, aplicaciones tecnológicas),

• varias (...decir cuáles)

- Proponer una ruta de estudio e investigación:

• Cómo se lo quiere tratar: (desde los datos científicos, la historia general, la cultura popular, el gusto propio, la experimentación culinaria, reporte testimonial, etc.).

• Qué recursos piensa usar: (libros, entrevistas, visitas de campo, información museográfica, consultas a expertos de alguna institución, estadísticas oficiales del gobierno, averiguación periodística, intercambios por la red, etc.).

• A cuáles resultados espera llegar: (cumplir con el requisito escolar, documentar la cultura personal, dar a conocer el trabajo, iniciarse profesionalmente en la investigación, etc.).

- Precisar las fuentes de acceso a la información del tema que pueden usarse: manuales, obras, documentales, revistas, televisión, internet.

- Clasificar las fuentes de lo general a lo específico:

1. Manuales históricos: dan panorama general dentro de un marco histórico;

2. estudios monográficos de tema o autor, obras: aportan datos intra e intertextuales sobre lo que quiere tratarse además de dar un modelo de lo que puede hacerse con el tema.

- Proponer un esquema-índice-capitulado con los conceptos clave definidos

3. Fuentes de información

La investigación documental depende fundamentalmente de la información que se recoge o consulta en documentos, entendiéndose este término, en sentido amplio, como todo material de índole permanente, es decir, al que se puede acudir como fuente o referencia en cualquier momento o lugar, sin que se altere su naturaleza o sentido, para que aporte información o rinda cuentas de una realidad o acontecimiento.

Las fuentes documentales pueden ser, entre otras:

• documento escritos: libros, periódicos, revistas, actas notariales, tratados, encuestas y conferencias escritas;

• documentos fílmicos: películas y diapositivas;

• documentos grabados: discos, cintas y casetes y

• documentos electrónicos: páginas web.

Y los estudios documentales pueden ser:

1.- Estudios de desarrollo teórico: presentación de nuevas teorías, conceptualizaciones o modelos interpretativos originales del autor, a partir de análisis crítico de información empírica y teorías existentes.

2.- Revisiones críticas del estado del conocimiento: integración, organización y evaluación de la información teórica y empírica existente sobre un problema, focalizando ya sea en el progreso de la investigación actual y posibles vías para su solución, en el análisis de al consistencia interna y externa de las teorías y conceptualizaciones para señalar sus fallas o demostrar su superioridad de unas sobre otras, o ene ambos aspectos.

4. Lectura, acopio de información y tematización

Identificar los lugares en donde es posible encontrar la información

Una vez definidos el tema y el objetivo de la investigación es posible identificar los lugares pertinentes a visitar para obtenerla. Lugares múltiples, desde luego: bibliotecas (públicas o personales), internet, archivos, hemerotecas, etcétera. Sin embargo, es evidente que asistir a dichos lugares no hace que la información aparezca: hay que saber buscar, es decir, hay que saber usar los “buscadores” de internet, los catálogos de las bibliotecas, hemerotecas, archivos. Saber buscar es reconocer la forma en que un lugar organiza lo que guarda.

Cuando decimos “libro” nos podemos referir, también, a revistas, artículos de periódico o a textos que se encuentren en internet, es decir, a cualquier soporte que contenga un texto que hemos considerado apropiado para conocer algo sobre el tema que estamos explorando.

La bibliografía, prólogos o introducciones que los textos presentan son un material fundamental para conocer el libro que tenemos en las manos; siguiendo la propuesta de algunos críticos literarios estos fragmentos de los libros son llamados paratextos, es decir, “explicaciones” o “indicaciones” que los “autores” introducen para recuperar el contexto de discusión en el que los textos participan y fijar así el “contrato de lectura”; en este sentido muestran de cierta forma qué se puede encontrar ahí adentro, cuál es el acuerdo que hay que seguir para comprender el conocimiento que se ofrece. Una buena lectura de dichos apartados permite obtener una idea del libro con el fin de decidir qué tan útil puede resultarnos su lectura.

5. Hojear y ojear

Lo importante es, sobre todo, “hojear” los libros para ver qué se encuentra en ellos. Ir al índice, revisar la introducción, las conclusiones, los prólogos, los índices temáticos o de autor (si los tiene); pero principalmente, tratar de identificar cuál es la pregunta que el libro trata de responder, es decir, cuál fue el objetivo que su autor persiguió al hacerlo. Mientras más logramos pensar que los textos ofrecen conocimiento y que el conocimiento es la respuesta a una pregunta elaborada en un contexto de discusión, más fácil será decidir si el libro es importante o no para la investigación que estamos realizando.

Otro aspecto a considerar para decidir usar el libro de manera más detallada o mejor dejarlo en el estante, se relaciona con la necesidad de comparar los diferentes libros que hemos detectado en la primera búsqueda. Si uno revisa la bibliografía de ellos, los prólogos o las introducciones, seguramente encontrará referencias a otros libros que hablen sobre el tema. Esto amplía el mundo de textos que uno siente el deber de consultar; pero también lo restringe.

Al revisar las bibliografías, los estados generales de la discusión y los prólogos, es posible encontrar a uno, dos, tres o cuatro autores que aparecen citados en todos los libros y que son ubicados como referencias ineludibles, ya sea porque ofrecieron una respuesta interesante o porque han permitido plantear muchas preguntas nunca antes formuladas por otros, incluso porque son la manera de trabajar o de pensar el tema del cual muchos autores quieren desmarcarse. Estos autores, evidentemente, habrá que leerlos, conocerlos y acercarse a ellos con mucha más calma.

Hemos hablado fundamentalmente de la selección de libros (revistas también) de donde podemos obtener información. Es evidente que resulta

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