Reportajes

El reportaje es uno de los géneros periodísticos más completo, ya que combina otros géneros, como la entrevista, la noticia y la crónica, siendo de esta forma una información más completa. Está relacionado con un tratamiento objetivo de la información, y debe aportar mucha más información, de la que normalmente se recoge al responder las preguntas básicas. Tiende a incluir opiniones propias del periodista, lo cual debe evitarse en lo posible.

De allí que, Corona y otros (2005) afirman que “el reportaje como relato periodístico debe ser libre en cuanto al tema, así como objetivo y directo en cuanto a la redacción para contar un hecho o suceso de interés actual”.

En ese sentido, Grijelmo (2003) dice que “el reportaje incluye elementos noticiosos, declaraciones diversas, fundamentalmente tiene carácter descriptivo y por lo general parte de una recreación de algo que fue noticia y que en sus momento no se abarcó por completo”.

Es importante destacar que los reportajes no tienen porque ser hechos noticiosos o de actualidad, puesto que en este género periodístico se trabaja con información fría que requiere de tiempo para realizar una buena investigación, incluyendo datos estadísticos, antecedentes y entrevistas a expertos en el área que se aborda.

Tipos de reportajes

Para Lluís Albert Chillón (1994), el criterio temático permite reconocer reportajes judiciales, de sucesos, de viajes, biográficos, autobiográficos, de sociedad, de costumbres, histórico o de interés humano.

Si se toman en cuenta las funciones que ejercen y las modalidades de tratamiento de la información, pueden distinguirse reportajes informativos, interpretativos, de precisión, de investigación, de saturación, de encuesta, de pronóstico o de servicios. Si se considera el formato, reportajes breves, grandes reportajes, reportajes seriados, informes, dossiers, etc.

Si se consideran las características estéticas y formales, reportajes narrativos, explicativos, descriptivos, de citas, así como modalidades híbridas tales como el reportaje-diario, la crónica-reportaje, el reportaje cinematográfico, el reportaje epistolar, el teatro-reportaje, el feature, el reportaje novelado, y la novela-reportaje; en último lugar, ateniéndonos al soporte y al canal de difusión, se puede hablar de reportajes impresos, televisivos, radiofónicos, cinematográficos, videográficos, libros-reportaje, etc.

Existen muchas posibilidades para su clasificación, según el interés relativo de los factores que integran el relato. J.L. Martínez Albertos distingue los siguientes tipos:

De acontecimientos: presenta una visión estática de los hechos. El periodista es un observador que escribe desde fuera de los acontecimientos. Éstos se agrupan por orden de importancia. Es idóneo para la descripción, ya que se presentan los hechos de modo simultáneo.

De acción: Visión dinámica de los hechos como algo que está ocurriendo. El periodista sigue el ritmo de la evolución, ya que escribe desde dentro del acontecimiento. Es un modelo recomendado para la narración. El relato sigue la evolución temporal del acontecimiento. Además, no sólo aparecen hechos sino incidentes, descripciones de los protagonistas, etc.

De citas: Es lo que se conoce comúnmente como entrevista. Se alternan las palabras textuales del personaje interrogado con descripciones o narraciones del periodista. No hay normas establecidas, pero se considera aconsejable seguir ciertos criterios como guiar el diálogo sin forzarlo, no hacer preguntas desconcertantes, entre otros.

Reportaje corto: Son relatos que actúan como nexo de continuidad entre hechos importantes y su misión es, por tanto, mantener viva la atención del público; por eso, hace hincapié en los detalles ambientales y de interés humano.

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