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Romeo Y Julieta


Enviado por   •  25 de Abril de 2014  •  479 Palabras (2 Páginas)  •  160 Visitas

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Romeo y Julieta

William Shakespeare

Dos familias, los Capuleto y los Montesco; en la bella Verona, lugar donde suceden las escenas; inician nuevas peleas por viejos odios. De las más profundas entrañas de estos rivales, nacen dos amantes con mal sino, su fin, su desventura lamentablemente entierra con sus muertes el rencor de los padres. El terrible desarrollo de su amor mortal; solo el fin de los dos hijos conseguirá desaparecer estos desacuerdos.

Narrador.- Era raro que en una de las tantas riñas entre los Montesco y los Capuleto no se encontraba Romeo. Después de esta pelea, Benvolio (amigo de Romeo) fue a encontrarse con Romeo y al preguntarle la causa de su aislamiento, Romeo le confesó que estaba deprimido a causa de estar privado del amor de Rosalinda, de quien estaba enamorado. Benvolio para intentar distraerlo y en un intento de diversión le propuso ir a la tan esperada fiesta de los Capuleto. Consiguieron la invitación y se dirigieron hacia la fiesta.

Transcurrida la fiesta, Romeo se dirige hacia el baño y se pone a contemplar la gran pecera que ahí se encuentra.

Acto 1

Inesperadamente Julieta se encontraba del otro lado de la pecera y sus miradas se cruzaron por primera vez.

Entra la Nana.

Nana.- ¡Julieta, tu mamá te está buscando! (Jala a Julieta)

Romeo sale corriendo tras Julieta.

La Nana lleva a Julieta con París

París.- ¿Te niegas a bailar conmigo?

Señora Capuleto.- ¡Que hermosos se ven!

París y Julieta bailan.

Romeo los observa de lejos.

Romeo.- ¿Sabia yo lo que es el amor? Mis ojos juran que no… Porque nunca he visto belleza así.

Romeo jala a Julieta.

Romeo.- Mis labios quisieran hacer penitencia con un dulce beso.

Julieta.- Los santos tienen manos que tocan las manos de los peregrinos. Enlazar palma con palma es el beso de los piadosos palmeros.

Romeo.- ¿Y no tienen labios los santos?

Julieta.- Si, peregrino. Labios que deben usar para rezar.

Romeo.- Entonces, deja que hagan los labios lo que hacen las manos. ¡Ellos rezan, a

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