Sida

El Sida

Consiste en la incapacidad del sistema inmunitario para hacer frente a las infecciones y otros procesos patológicos. El SIDA no es consecuencia de un trastorno hereditario, sino resultado de la exposición a una infección por el VIH, que facilita el desarrollo de nuevas infecciones oportunistas, tumores y otros procesos. Este virus permanece latente y destruye un cierto tipo de linfocitos, células encargadas de la defensa del sistema inmunitario del organismo.

Propagación

• Contacto con sangre y ciertos fluidos corporales (esperma, flujo vaginal y leche materna)

• Relaciones sexuales con alguien que tiene VIH, especialmente si no usa un condón de látex

• Inyectarse drogas con equipo usado

• Una madre infectada lo transmite al bebé antes o durante el nacimiento o a través de la lactancia

Síntomas

• Cambios en la capacidad para pensar

• Cambios en la coordinación

• Diarrea y pérdida de peso

• Fiebre y sudores nocturnos

• Dolor en las articulaciones

• Salpullido en la piel y úlceras en la boca, garganta, vagina o recto

• Inflamación de las glándulas del cuello, mandíbula, axila o ingle

• Repetición de infecciones no comunes

Prevención

• No intercambiar jeringas o agujas con otras personas, porque la sangre infectada pasaría directamente al torrente sanguíneo, y esta es la forma más rápida y eficaz de contagio.

• Usar siempre instrumentos estériles o desechables para perforar la piel (tatuajes, análisis de sangre, inyecciones...). Por el motivo explicado en el punto anterior.

• Utilizar correctamente preservativos de látex (masculino o femenino) al mantener relaciones sexuales con penetración (ya sea anal, vaginal u oral).

• Evitar el sexo oral sin protección. Aunque parece que la boca es un entorno hostil para el VIH, se han dado casos de transmisión del VIH por vía oral (boca-pene, boca-vagina y boca-ano), por lo que el contacto de semen, secreciones vaginales o sangre infectados en la boca supone un riesgo.

• Las mujeres embarazadas portadoras del virus deben recibir tratamiento para disminuir el riesgo de transmisión al feto durante el embarazo y el parto, y no amamantar al niño.

• La sangre que se emplea en las transfusiones, y cualquier producto sanguíneo que se vaya a utilizar en algún tratamiento (como el de la hemofilia, por ejemplo) tienen que ser analizados para descartar la presencia del virus. Al igual que la sangre y sus derivados, también es imprescindible analizar el semen donado con la prueba de anticuerpos del VIH antes de ser utilizado.

Tratamiento

El principal tratamiento consiste en la combinación de fármacos antiretrovirales que buscan neutralizar el VIH en el cuerpo, focalizándose en anular su presencia lo máximo posible, restaurando el sistema inmunológico del paciente. Este tipo de terapias son individualizadas y han de ser prescritas, revisadas o alteradas por especialistas que sigan la evolución de dicho paciente.

Con este tratamiento se consigue replicar el virus, propiciando que no se multiplique, que disminuya la carga viral y en consecuencia, que se reduzcan los riesgos de transmisión y contagio.

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