Susan Sontag y el realce fotográfico

Susan Sontag y el realce fotográfico.  

El recuerdo que deja una fotografía es netamente proporcional al grado de propósito y deseo con la que se realizó, a medida que van surgiendo los años parece cada vez más importante avanzar en cuanto a la toma fotográfica, hoy en día lo inimaginable de capturar en una cámara se vuelve cada vez más posible, sin embargo los diversos avances no han permitido olvidar las diferentes maneras de presentar una fotografía en años atrás, ya que el revelado mediante luces rojas y un cuarto oscuro causo gran repercusión en la sociedad siendo uno de los principales métodos empleados, el avance ahora fue mayor ya que no solo se podría percibir a las personas “congeladas” en imágenes si no que también se podían captar en videos transformando este gran invento que apenas comenzaba a emanar sus frutos.

Las fotografías no tienen un mensaje por sí solas, sino que existe una gramática que es conocida por el que la ve, que la descifra por una condición inconsciente que subyace en la propia ideología y en la propia cultura del observador. En la mayoría se expresa una realidad donde se resaltan las mayores cualidades que tengan cada una de las imágenes.

La fotografía crea una nueva forma de visión, la visión fotográfica, esta nueva visión es un nuevo modo de ver el mundo. Al contrario de la creencia original de que la fotografía solamente copiaría lo que el lente observa, pronto se aprendió que dependiendo de quién está detrás de la cámara se podría hacer múltiples lecturas de un mismo objeto. De esta forma aparece un tipo de fotógrafo “héroe” que se esfuerza por captar algo no visto en lo que es cotidiano y conocido.

Desde nuevos puntos de vista se logra crear innumerables nuevas visiones, donde cualquier cosa que tengamos a la mano puede resultar algo digno de fotografiar gracias a este tipo de visión fotográfica. El fotógrafo logra que veamos algo como nunca lo hemos visto, pero siempre necesitamos la pista de qué es lo que estamos mirando, cuando lo descubrimos nos maravillamos, nos resulta más interesante y es allí donde se ejecuta la magia.

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