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Tenga Para Que Se Entretenga

mayatimidimis8 de Septiembre de 2014

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Bajo la perspectiva del crítico, semiólogo y novelista italiano Umberto Eco, nos acercaremos al cuento del escritor mexicano José Emilio Pacheco: “Tenga para que se entretenga” en lo que pudiera ser una conjetura más sobre esta interesante narración, pero a fin de cuentas, una interpretación nuestra, personal de uno de los cuentos más interesantes de este autor. Para Umberto Eco, una lectura crítica se debe siempre plantear conjeturas, es decir, es conjetural o abductiva. La abducción es, dice:

“un proceso inferencia (llamado también hipótesis) que se opone a la deducción en cuanto la deducción parte de una regla, considera un caso de esa regla e infiere automáticamente un resultado necesario… Obviamente mi hipótesis deberá ser sometida a prueba para poder transformarse en una ley pero hay (en la semiosis) muchos casos en los que no se buscan leyes universales, sino una explicación capaz de desentrañar la ambigüedad de un acontecimiento comunicativo concreto… Resumiendo: la abducción es un proceso típico mediante el cual, en la semiosis, somos capaces de tomar decisiones difíciles, cuando se están siguiendo instrucciones ambiguas”. (ECO, 1991: 249).

En principio, “Tenga para que se entretenga” es una narración con múltiples posibilidades de interpretación y su lectura no debe hacerse desde un punto de vista convencional. No pretendemos hacer un análisis semiótico formal, sino un acercamiento de una interpretación, entendiendo como interpretación crítica o semiótica lo que Eco define como:

“aquélla por la que se intenta explicar por qué razones estructurales el texto puede producir esas (u otras alternativas) interpretaciones semánticas”. (ECO, 1991: 36).

Las incógnitas que podría dejarnos una primera lectura de este excelente cuento nos motivan al análisis. Umberto Eco afirma que el signo por sí mismo no existe. Es el interpretante lo que permite dar rienda suelta al análisis. En su libro La estructura ausente se pregunta: ¿Qué es el significado de un término? Desde el punto de vista semiótico no puede ser otra cosa que una unidad cultural. En toda cultura es, simplemente, algo que está definido culturalmente y distinguido como entidad.

El cuento inicia con una carta de un detective privado, dirigida a un cliente (supuestamente, el hermano del presidente Ávila Camacho). El detective es a su vez narrador y personaje. Inicia con el género epistolar, un informe redactado por un detective sobre la historia de un niño desaparecido jugaba mientras su madre lo esperaba en una banca del parque, en el bosque de Chapultepec.

“Tenga para que se entretenga” es como un juego, pleno de acertijos, símbolos y recursos literarios. Es verdaderamente sorprendente la capacidad del autor para situarnos también en dos espacios, uno real, la Ciudad de México, es decir, un medio social e histórico real, y otro ficticio, el surreal, el de la imaginación y destreza literaria. Como muchas novelas policíacas empieza por el final y termina en el principio. En él se mezclan la realidad objetiva y la realidad subjetiva, la identidad objetiva e identidad subjetiva, todo esto expresado en un cúmulo de significados que nos da el lenguaje con el que construye la ficción, pero siempre dentro de la verosimilitud, lo que no impide encontrar múltiples sentidos al texto.

El detective es el sujeto o protagonista cuya función es buscar y encontrar al objeto que en este caso es el niño que desaparece:

Sujeto Función Objeto

a) el detective busca al niño

El oponente, antagonista u opositor es el hombre que se lleva al niño. Juegan también un papel de oponentes varios factores, como son: el despiste y la excesiva confianza de la madre del niño, la prensa que va distorsionando la historia para vender más periódicos, la policía que acusa a los inocentes torerillos.

El destinatario, receptor o beneficiario es la madre (aunque al principio del cuento es sujeto o protagonista). El dador es Maximino Ávila Camacho, pero también, como dice Mieke Bala “pueden haber varios poderes a un tiempo”, lo que implica que haya un dador positivo y un dador negativo. Un dador positivo sería Maximino Ávila Camacho que otorga poderes y facultades al detective para investigar el caso del niño extraviado a la vez que está apoyando al sujeto como ayudante (madre) en la realización de su intención (son ayudantes también para esclarecer el misterio, el viejo periódico de la época del imperio, la rosa negra y el prendedor); pero también existe un dador negativo, que sería algo abstracto, como lo sobrenatural, que puede hacer que el niño desaparezca o aparezca.

Algunos personajes de este cuento son enigmáticos, son y se parecen, aunque a veces se convierten en otros (por ejemplo, el hombre que se lleva al niño puede ser un guardián del bosque, un transeúnte, un muerto o puede ser Maximiliano). Personajes visibles e invisibles, porque desaparecen. Los espacios también desaparecen: el hoyo o túnel por el que se meten el niño y el hombre, desaparece; cuando la policía busca los rastros, también las pisadas del muerto desaparecen. Espacios implícitos y explícitos. En este cuento el antagonista no es vencido ya que la incógnita de ese misterio nunca se despeja del todo; aunque se sospecha que el niño fue conducido al reino de los muertos.

Hay personajes actuantes y ausentes, siendo los primeros los que participan directamente en los acontecimientos y los ausentes aquellos de los que solamente se hace una alusión. En este texto, hay personajes de los dos tipos. Actuantes serían: la madre, el niño, el detective (que también es el narrador en la medida en que no sólo es protagonista sino sujeto de la enunciación). Bajo el nombre del investigador se ocultan dos imágenes: la del personaje-sujeto que busca y desea encontrar al objeto, que en este caso es el niño desaparecido), los torerillos, el viejecillo, los periodistas, etcétera, y, como personajes de tipo ausente, estarían el aludido Maximiliano, o la hermana de la madre.

El tipo de narrador, personaje y sujeto, es evidente que:

“está en la situación más ambigua pues es uno de los personajes y participa en el hecho relatado, pero a la vez es ese otro personaje de estatuto distinto, que cuenta la historia, que aporta un criterio; un punto de vista que proviene del sujeto de la anunciación”. (Beristaín, 1984:115).

Las acciones o acontecimientos:

Los elementos o material del cuento son básicamente cuatro: los acontecimientos, los actores, el tiempo y el espacio. Los acontecimientos más importantes de la vida del personaje podrían resumirse así:

M= Madre

N= Niño

D= Detective

H= Hombre

C= Cliente

T= Torerillos

P= Prensa

G= General Maximino

D escribe una carta y un informe a C

M sale a pasear con N

M y N van al bosque de Chapultepec

N juega mientras M lee

H invita a N a entrar en el hoyo

M se desespera y pide auxilio a T

P involucra a T y a la madre del N

G interviene para que se aclare el caso

D investiga en el lugar de los hechos

D entrevista y busca a N

N no aparece

P publica que N fue encontrado muerto

D va a entrevistar a M

D hace deducciones sobre el caso

Como puede observarse, está alterado el orden de sucesión de los acontecimientos. Hay una inversión total de las acciones. De hecho empieza por la última acción o acontecimiento, pues los hechos ya están consumados y el investigador no hace más que narrarlos.

El narrador:

El narrador del cuento “Tenga para que se entretenga” de José Emilio Pacheco tiene como referente a un actor definido completamente: es detective. Es así personaje de ficción y desempeña dos papeles: construye el relato (el discurso narrativo) y actúa al lado de los demás protagonistas a diferencia de otras novelas donde el narrador no actúa. No está implícito, ni en otro plano distinto, es un narrador-personaje. También da opiniones:

“En México siempre que hay una desaparición y se busca un cadáver se encuentran muchos otros en el curso de la pesquisa”. (Pacheco, 1992).

El narrador (protagonista) hace una retrospección. Es a la vez personaje que actúa dentro de la historia y también narrador que cuenta los acontecimientos, es decir, las acciones que comprenden la historia. Narra y participa en la historia, es decir, es otro personaje más, su papel tiene dos valores distintos: es testigo y actor. Es objetivo, porque ve los hechos desde fuera y subjetivo porque también se involucra como actor. Narra a otro una historia en la que él mismo cumple un papel, es así, un narrador diegético (participa en la diégesis). El narrador no sólo es el que narra, es decir, la voz, es a la vez, el que ve (el foco) y da su punto de vista, actúa como agente. En este caso, es testigo, ve, observa y narra en primera persona.

El narrador da a entender que en México suceden cosas fuera de la ley, que hay muchos asesinatos, con lo cual podemos plantear muchas conjeturas que se perciben implícitamente o también de tipo semántico sobre algunas frases.

Por otra parte, es cierto que no es la cronología lo que hace el relato, sin embargo, en este caso, por tratarse de un informe, la cronología o secuencia de los acontecimientos o acciones, es de suma importancia. Sin embargo, el texto huye

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