Tipos De Carga
ximena13922 de Febrero de 2013
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ANIMALES VIVOS
Serán todo tipo de animales domésticos o de vida salvaje que sean transportados vivos. Cuando se maneja animales vivos, el mayor cuidado debe estar dirigido a proteger su bienestar.
Los animales deben tener prioridad sobre las mercancías. En general, solamente se deben transportar animales en buen estado de salud, pero pueden darse casos en que sea necesario, por bien del animal, trasladarlo a un lugar donde recibirá un tratamiento apropiado. En esos casos, es probable que un veterinario calificado o una persona experimentada acompañen al animal.
No se debe transportar nunca animales preñados o todavía dependientes de la madre; pero hay excepciones, no siempre resulta posible comprobar si un animal está preñado; ciertas especies soportan bien el traslado en la primera fase de la gestación; puede ser muy conveniente para el animal su traslado a un lugar donde las condiciones para el parto sean mejores. Las hembras de muchas especies están preñadas gran parte de su existencia y, por ello, podría resultar difícil evitar su traslado cuando están en tales condiciones. Por supuesto, no es aconsejable transportar animales todavía dependientes de la madre; pero puede haber buenas razones para hacerlo.
No es aconsejable administrar calmantes porque no se conocen totalmente los efectos secundarios y, por consiguiente, los animales en estado letárgico son muy vulnerables si hay un movimiento brusco del avión, del barco, del camión o del tren. Si se dan circunstancias excepcionales que induzcan a administrar calmantes, normalmente un veterinario calificado debería acompañar al animal.
En general, se debe evitar de ubicar en el mismo contenedor, animales de especies diferentes; pero puede haber excepciones. La compatibilidad depende de varios factores, tales como sexo, estado de madurez, tamaño y naturaleza de los animales concernidos. Además, no debería haber en el mismo contenedor animales de la misma especie, a no ser que se sepa que son compatibles. Bajo ciertas condiciones, cada unidad de un contenedor dividido en compartimientos puede ser considerado como un contenedor individual.
Sólo se debe manipular los animales cuando es absolutamente necesario, es decir, en caso de enfermedad o de remoción de cadáveres. Los manipuleos molestan mucho a los animales; además, hay peligro de infección, pues muchos animales son portadores de enfermedades que pueden contraer los seres humanos.
La manera de curar las enfermedades o las heridas durante el traslado depende de un cierto número de factores. Si la enfermedad o la herida sobrevienen durante un viaje aéreo, tal vez no sea posible intervenir, pues los animales estarán, probablemente, en el pañol de equipajes del avión, y sólo podrán emprenderse las gestiones correspondientes tras el aterrizaje. Al llegar al aeropuerto, se deberá avisar al veterinario más cercano o, en el caso de una especie exótica, al parque zoológico. Dígase lo mismo si se trata de viajes marítimos o terrestres; se debería actuar, sin demora, en la primera escala.
Matar al animal durante el traslado es también una cuestión que depende de varios factores. Sólo podría recurrirse a suprimir la vida del animal por indicación de un veterinario, o de una persona que tenga experiencia, según el animal de que se trate. En el caso de peligro para la vida humana, debido al estado o al comportamiento de un animal, el comandante del avión o el capitán del barco decidirán como considere necesario para preservar la seguridad. Normalmente, sacar de los contenedores animales enfermos o muertos sólo es posible en las escalas, excepto en el caso de viajes marítimos, durante los cuales se podrían hacer desaparecer los cadáveres y, eventualmente, cambiar a los animales enfermos de lugar. La remoción de cadáveres es una cuestión que depende en gran medida de las circunstancias. Algunas veces, especialmente cuando se trata de muy cortos trayectos, podría ser conveniente dejar los animales muertos en sus contenedores, y no molestar a los otros; esto vale, sobre todo, para las aves. Por otra parte, muchas compañías aéreas no aceptaran contenedores en que haya animales muertos. Es importante recurrir al asesoramiento de un veterinario, o al de una persona que tenga experiencia por lo que atañe al trato y a los cuidados de la especie, antes de hacer desaparecer el cadáver, para determinar la causa de la muerte, y ver si se corre el riesgo de infección.
Lo que ha de hacerse, en cuanto a la alimentación y a la bebida, depende de la especie del animal y de la duración de su traslado. Para viajes largos, terrestres o marítimos, se debería disponer de amplias facilidades para la adecuada alimentación. Para muchas especies, es importantísimo disponer de una apropiada provisión de agua, y se deben tomar las oportunas medidas con objeto de evitar eventuales ahogos.
Algunos peces, reptiles, anfibios e invertebrados pueden sobrevivir, sin peligro, privados de alimentación durante largo tiempo; algunos reptiles, anfibios e invertebrados pueden sobrevivir privados de agua durante largo tiempo. Además, sería conveniente no alimentar a los animales durante las 24 horas que precedan a su envío, porque disminuye, así, la polución del agua o del material de embalaje empleado para el transporte.
Cuando los peces soportan largos viajes, se debería prestar mucha atención a la temperatura del agua, y no se deberían escatimar esfuerzos para mantenerla a la temperatura que se indica en la correspondiente etiqueta. Así pues, podría ser necesario re oxigenar el agua para ciertas especies empleando el dispositivo de que está provista la pecera.
Para que no haya infecciones, y por razones sanitarias e higiénicas, se debería evitar el contacto humano con los animales. Estos no deberían entonces permanecer cerca de artículos alimenticios o en lugares a los que tengan acceso personas no autorizadas. Ningún animal deberá transportarse junto a material radioactivo o a otras substancias peligrosas para la salud.
Los contenedores se deberían acondicionar para evitar los efectos de todo posible movimiento en avión, tren, camión o barco y, cuando haya que trasladarlos, se prestará mucha atención para que siempre permanezcan en posición horizontal.
PLANIFICACIÓN DEL TRASLADO
Cuando el transporte de animales es de larga distancia y se pasa de una zona climática a otra, es importante planificar el viaje de modo que los animales no lleguen, sin más, a un país de clima muy distinto al clima que están acostumbrados, a no ser que se disponga de un entorno apropiado.
Se puede causar grave perjuicio a los animales si hay, durante el traslado, paradas prolongadas en aeropuertos, puertos o puntos de selección. Por ello, cuando tales paradas sean probables, sería muy importante realizar gestiones previas para estar seguros de que los animales no han de soportar rigores de temperatura. En esas circunstancias la calefacción y el aire acondicionado en los aviones suelen cesar y, por consiguiente, se debería procurar que los animales sean descargados y puestos en mejores condiciones hasta que se reanude el viaje, o que funcionen ventiladores o radiadores durante la escala intermedia.
Los animales deben ser recogidos sin tardanza a su llegada al lugar de destino. En caso de retraso, se debe recurrir a los servicios de un veterinario, de una organización local competente, o de una persona que tenga experiencia en el trato y cuidado de los animales concernidos. Si los animales han de permanecer largo tiempo en aeropuertos, puertos, estaciones de ferrocarril, etc., deberían ser alojados en lugares a los cuales 'no tengan acceso personas no autorizadas. Los animales, ya sometidos a una gran tensión, por el hecho de ser transportados, sufren mucho si hay intervención innecesaria de simples curiosos. Se debería evitar la exposición directa de los animales al solo a temperaturas desfavorables.
No se debería pagar contra entrega cuando se trata de animales.
CONTENEDORES
Para que puedan emplearse los materiales locales más convenientes, no se especifica de qué deberían ser los contenedores. Para muchos animales, el mejor material es la madera; pero bambú, cartón, aglomerado, plástico y metal pueden convenir, con frecuencia, para hacerlos.
Se recomienda el empleo de poli estireno foraminado para reptiles, anfibios, peces e invertebrados, porque ese material tiene excelentes propiedades de aislamiento térmico. Cuando sea necesaria una considerable fuerza mecánica, debería existir un consistente revestimiento exterior.
A fin de que haya rigidez y resistencia suficientes, casi siempre es necesario, si se emplea madera o aglomerado, hacer los contenedores en armadura. En el caso de ciertos animales de gran tamaño, se recomienda el empleo de pasadores y tuercas, en lugar de tornillos para paredes y techo y de refuerzos metálicos para los rincones.
Es importante que en las superficies interiores de todos los contenedores no haya clavos, tornillos, puntas de malla u otros materiales puntiagudos o ásperos que pudieran herir al animal. Además si se emplean productos o pintura para conservar la madera del contenedor, se debería tener la seguridad de que no son tóxicos, y de que no irritan la piel.
Para algunos animales, es preferible que la base del contenedor sea de listones o de malla, para que la orina y los excrementos pisoteados caigan en las bandejas, que hay, debajo del piso, con material absorbente. Las dimensiones de los listones y la distancia entre los mismos dependerán de la especie concernida; la distancia debería ser tal que no haya posibilidad de que las patas queden entrampadas.
Los animales que acostumbran roer o arañar mucho, se deben
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