Tipos De Etica

La ética es una reflexión filosófica sobre el tipo de conducta humana. La ética convencionalista trata justamente de un convencimiento que rige a la sociedad que posee una ética de reciprocidad, en que ‘yo te doy lo que espero que tú me des’ y ‘no te hago lo que no quiero que me hagas’. Tal y como lo propuso Hans Küng para evitar enfrentamientos de poder “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan”, Necesitamos encargarnos de lo que pensamos pero al mismo tiempo respetar los pensamientos de los demás. La comprensión y transformación de una sociedad global requiere una perspectiva tan amplia como sea posible.

Ética sin moral representa propuestas éticas, como las “éticas de la virtud”, las “éticas feministas”, las “éticas del cuidado” o las “éticas ecológicas”. Para estos planteamientos éticos, la pretensión de afirmar normas morales universales se encontraría indefectiblemente ligada al destino de la razón moderna, y ya no tendría cabida en un horizonte posmoderno como el nuestro, en el que, a lo sumo, solo cabría desarrollar perspectivas particulares sobre lo bueno o la vida buena. Para estas éticas, la moral, término bajo el cual entienden precisamente ese conjunto de normas universales habría muerto. Las personas sin moral o ética no podrían ser buenos ciudadanos ya que no podrían llevarse bien con otros puesto que podrían lastimarlos o causar problemas.

La praxis es la práctica que se combina de saber, actuar moral y hacer. Además, la praxis es necesariamente crítica de la realidad social injusta y por ello tiende a revocar toda forma de dominación. El agente de la praxis es sujeto, es conciencia individual, capaz de mirarse a sí misma, con el poder de decir "Yo". El sujeto, se define en términos de esfuerzo y anhelo, pero también en términos de carencia y fragilidad, y su acción se realiza básicamente como resistencia. También es resistencia responsable en la medida en que ese poder de decir "Yo" significa asumirse como aquél a quién se le imputan los actos y acciones, con las consecuencias de las mismas. El sujeto práxico es, entonces, no sólo agente (el que hace), sino autor (el Yo que se autoriza a hacer), y actor en la medida en que se asume como ser social capaz de actuar con otros en el cambio social.

La ética y la moral son establecidas por el individuo o lo que es lo mismo el amor por sí mismo. Dando a entender, el ideal del amor propio nunca es objetivo, sino una orientación del individuo a traves del hacer. Se lo presenta como un ejercicio en la búsqueda del propio perfeccionamiento. El hombre como única base real de los valores hace regir las acciones e instituciones.

La ética por amor propio rechaza toda norma procedente de entidades supuestamente superiores y entallece la libertad del individuo. Una ética basada en el amor propio tiene al individuo como principio y fin de su actuar en y

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