Tipos de Sistemas políticos
iuscivileMonografía21 de Octubre de 2011
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Tipos de Sistemas políticos:
Existen diversas tipologías de sistemas políticos y muchas de ellas comparten una misma carencia: son construidas con fines esquemáticos o comparativos, pero en la medida en que, como se vio antes, no hay una teoría de los sistemas políticos validada y general, están demasiado atadas a las circunstancias históricas y a la naturaleza específica de los casos incluidos en ellas. Dicho de otro modo, son básicamente esquemas de ordenación de datos elaborados, la mayor parte de las veces, a partir de generalizaciones empíricas.
En las tipologías que aquí vale la pena mencionar destaca la de Samuel Huntington. La misma obedece al cruce de dos variables que el autor identifica como claves para explicar el desarrollo político: el nivel de institucionalización y el de participación política. Según su nivel de institucionalización, los sistemas políticos pueden estar gobernados principalmente por leyes o por personas. La participación, a su vez, puede ser baja, estando restringida a un pequeño grupo de personas pertenecientes a la élite burocrática o la aristocracia tradicional; puede ser media, cuando los grupos de las clases medias acceden a la política o puede ser alta, cuando a estos dos tipos de grupos sociales se suman los sectores populares.
La relación entre ambas variables no pretende sólo crear esquemas de clasificación, sino que obedece a una hipótesis que pretende explicar la estabilidad: a medida que aumenta la participación política, debe crecer la institucionalización o de lo contrario no se mantendrá la estabilidad del sistema. De la relación hipotética entre institucionalización y participación Huntington deduce las diferencias entre dos tipos básicos de sistemas políticos: cívicos y los pretorianos. Los sistemas cívicos son los que gozan de un alto nivel de institucionalización respecto de su nivel de participación, mientras que los pretorianos son los que tienen bajos niveles de desarrollo institucional y elevados niveles de participación que se expresan en el hecho de que las fuerzas sociales, usando métodos propios, actúan directamente en política. Los niveles de desarrollo institucional y de participación son variables de una sociedad a otra por lo que los sistemas cívicos y pretorianos pueden darse en diversos niveles de participación política, pero en definitiva el pretorianismo es el resultado de un nivel de participación mayor que aquel que las instituciones pueden enfrentar.
Huntington identifica finalmente seis tipos de sistemas políticos, la primera tipología muestra como el estudio de la política desde la perspectiva del comportamiento del sistema político da autonomía a la politología. Ella ofreció una perspectiva para el estudio de los problemas de estabilidad, orden y cambio de los Estados y sociedades en desarrollo virtualmente imposible de llevar a cabo desde la perspectiva más tradicional del estudio de sus formas de gobierno y, como se sabe, produciendo un importante cambio de perspectiva respecto de la compleja relación entre modernización y estabilidad política al mostrar que no necesariamente una mayor participación política conduce a un sistema político desarrollado y sostenible.
Desde una perspectiva teórica distinta, Apter clasifica los sistemas de acuerdo a como se expresan simbólicamente las normas de una sociedad en combinación como se define la autoridad, es decir el grado de responsabilidad de los dirigentes con los dirigidos. Los valores pueden representarse como ideologías o como religiones, como preceptos éticos o como metas sociales concretas; es decir, de modo instrumental o de manera consumatoria. La autoridad puede ser ejercida jerárquica o piramidalmente.
Según David Apter los sistemas de movilización (cuyo ejemplo típico es el de la China de Mao) poseen una ideología política universalizante que permite que las cuestiones de interés se pacten como cuestiones de valor. El sistema no tiene que ser necesariamente de "izquierda", puede combinar elementos de ésta y de la "derecha" o ser puramente de "derecha". Incluyen un líder carismático o profético que moviliza con una ideología proselitista y que tiene que enfrentar el problema que Weber identificó como "ritualización del liderazgo" que conduce, a su vez, a la declinación de las creencias y la búsqueda del interés personal sobre el comunitario. Los sistemas de conciliación son representativos, aunque no necesariamente democráticos (la categoría incluye casos de sistemas de un solo partido muy representativo). La vida pública es entendida en términos de fines instrumentales por lo que enfrentan el problema de la pérdida de significación de la misma y aparición de conflictos que violentan el marco legal o los mecanismos de negociación de los que depende el sistema. Los sistemas burocráticos son el resultado del cambio de alguno de los dos sistemas previamente descritos como consecuencia de la búsqueda de soluciones al problema de la accesibilidad de la élite. Propenden a favorecer los reclamos de representación basados en el interés y los regulan de acuerdo a patrones institucionalizados y reconocidos. Los sistemas teocráticos son sólo casos históricos, según Apter, el ejemplo típico es el feudalismo europeo.
Por su parte, Duverger analiza lo que él llama "los grandes sistemas políticos" del momento histórico en el que escribió su obra. Para ello usa dos combinaciones contrapuestas: de una parte, el régimen político (liberal o autoritario) y del otro, el sistema económico (socialista o capitalista). De la combinación de las dos contraposiciones se obtienen cuatro tipos de sistemas políticos como:
La democracia liberal es el sistema político típico de occidente con todas sus variantes institucionales (presidencialismo, el semi presidencialismo y parlamentarismo; los sistemas republicanos y las monarquías constitucionales). La dictadura socialista es el sistema político de la URSS y los países de la Europa del Este antes de la caída del muro de Berlín. El régimen autoritario capitalista es la monarquía arcaica y las dictaduras fascistas o conservadoras. Sólo ha habido dos casos históricos y de muy corta duración de democracia socialista (Checoslovaquia en 1968 y el gobierno de Salvador Allende en Chile derrocado en septiembre de 1973).
Ninguna de las tipologías presentadas aquí resulta del todo satisfactoria. La de Duverger está fuertemente influida por la situación histórica que analizó para construirla, su elaboración teórica, en consecuencia, es bastante más pobre que las otras presentadas aquí. Su valor está, sin embargo, en que pone de manifiesto la importancia de tener en cuenta las instituciones efectivamente existentes a la hora de teorizar sobre los sistemas políticos. La de Apter muestra el valor de tener en cuenta aspectos del funcionamiento del sistema, además de las instituciones, pero a veces es especialmente vaga. No obstante, la misma puede servir de base para estudio de fenómenos políticos de una enorme relevancia en Iberoamérica, como es el caso del populismo14. La tipología de Huntington pone de relieve la importancia de analizar aspectos de comportamiento político (la participación) con aspectos institucionales (los canales por los cuales se conduce, se maneja o se impide la misma), pero sus conceptos a veces se alejan demasiado de las realidades institucionales de los países que estudia. En suma, la tarea de combinar de modo apropiado las variables políticas y de construir una teoría política de los sistemas que con-tenga al mismo tiempo generalidad y aplicación empírica está aún por realizarse.
Orígenes de los sistemas políticos:
Algunos politólogos e historiadores afirman que el concepto de sistema político se empieza a vislumbrar con Aristóteles y dentro del enfoque pseudosistémico aplicado a la política en el Leviatán de Hobbes. Sin embargo, es en el marco de la teoría general de sistemas, que surge del marco de estudio biológico desarrollado por Ludwig Von Bertalanffy a mediados del siglo XX, cuando aparece con entidad el concepto dentro de la Politología y la Sociología occidental. Su origen se atribuye a autores como David Easton, Almond, M. Weinstein o H. Jaguaribe, que aplican por primera vez la teoría sistémica a la vida política, añadiendo a su fundamento la concepción estructural funcionalista del sociólogo estadounidense Talcott Parsons sobre el análisis sistémico y estructural de la vida social que define funcionalmente los procesos de cambio en la sociedad y la política.
Características de los sistemas políticos
1. La especialización de las funciones existe en todas las sociedades. La división de trabajo (especialización de funciones) crea diferencias en el acceso a os diferentes recursos políticos.
1. Por causa de las diferencias que se heredan, no todas las personas empiezan a vivir con los mismos accesos a los recursos, y los que empiezan con ventaja a menudo la aumentan.
2. La diferencia de herencia biológica y social, junto con las diferencias de experiencias, todo ello provoca diferencias en los incentivos y objetivos de gente diferente de una sociedad. Las diferencias en motivación llevan a diferencias en habilidad y en recursos, las influencias que adquieren las personas para meterse en la política, no siempre son las mismas.
3. La diferencia de incentivos y objetivos son estimuladas en una sociedad con el fin de proveer a los individuos para las diferentes especialidades
4. La gente quiere tener influencia política no solo para disfrutarla
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