Ágora

Ágora

Primeramente, el título lo dice todo: el sitio donde los antiguos griegos, subsecuentemente los romanos hacían sus reuniones para filosofar, y la escena de empezar con una mujer filósofa, que vive la vida diaria enseñando a sus alumnos. Bastante buen comienzo. La opinión que me formó de esta cinta fue el implícito ideal que seguían todas las religiones, sectas que eran grupos separados en esa comunidad en Alejandría. Cada quien con sus ritos y actos religiosos propios, y respetando a los demás por ello.

Pero como siempre, como sucede actualmente, y sucederá a futuro, se cuestiona al otro sobre sus pensamientos, se le acusa de no tener una forma de pensar idéntica a la propia y al cerrar su mente a otras posibilidades, crea conflictos para instaurar su método, sus ideas en otra cabeza a la fuerza.

La poca tolerancia que se tenía (y actualmente sigue vigente) provoca caos en la sociedad, por el egoísmo que experimentamos al no ponernos en los zapatos del otro. Y en la antigüedad parecía más grave, ya que el meterse con lo religioso es algo bastante peligroso. Desplazamos a los que se oponen a nuestra forma de pensar (y a veces les causamos la muerte) porque la sociedad tacha de herejía la mentalidad única que un individuo puede llegar a ejercer, y se vive sólo como otro más que va a la corriente, en vez de preguntarse si esa corriente es la correcta, o la que quiero seguir.

A la conclusión que llegué: debemos dejar de criticar a los demás porque no pensamos como nosotros y ponernos en sus zapatos. En el caso de la película, muchas vidas se habrían salvado si se pensara que deben tener derecho a tener sus creencias o ritos propios, en vez de alzar la voz y decir “paganos” a los 4 vientos y atacarlos sin fundamento lógico alguno. Enfoquemos esta idea a nuestra actualidad. Si hay alguien diferente y que va contra corriente, es su pensamiento, es su forma de ser, es su filosofía de vida la cual le dicta que las cosas que hace están bien porque no lastima a alguien. Y la publicidad, los medios, a veces las mismas instituciones encasillan la genialidad, la presencia del uno con estereotipos, con la idea rebuscada de cómo debe ser el hombre y la mujer, aprisionando la libertad de ver periféricamente la vida a una estancia de verla hacia enfrente, sin querer salir del cuadro.

La película fue entretenida, y expuso una idea, una vivencia que se da todos los días, que la gente no entiende que hay que primero ver, educarse y saber antes que criticar, ya que eso ocasiona muchos problemas, que la falta de tacto, de querer entender a los demás y cerrarse a si mismo provoca la diferencia, y una manera insana de relacionarse con la sociedad.

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