AFIRMACIONES Y DECLARACIONES
fabian_elpanaResumen14 de Abril de 2019
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LENGUAJE I
AFIRMACIONES
Y
DECLARACIONES
Según nuestra concepción tradicional, el lenguaje describe la realidad. Nuestro sentido común, considera obvio que el lenguaje describe el estado de las cosas. Esta concepción supone que la realidad ya estaba allí muchísimo antes que el lenguaje, y que el lenguaje simplemente la describe. De esta manera asignamos al lenguaje un papel pasivo. También decimos que las cosas estaban allí antes de que nosotros apareciésemos como observadores de esa realidad. Aquí cabe la pregunta: y si no hay observador ¿de qué realidad habla quién?
Esta interpretación de la realidad proviene de los griegos, que consideraban que lo importante en la vida era acercarse a “la verdad”, que “el saber” era uno sólo y había que des – cubrirlo. Acompañando esta concepción y a la base de ella, está la concepción acerca del ser del ser humano, es decir, aquello que lo constituye como tal. La concepción tradicional en la que hemos crecido los occidentales, considera al ser humano como un animal racional, y considera a la razón como el dominio fundamental y constitutivo de lo que es nuestra esencia. Nos vemos a nosotros mismos como seres racionales, dotados de un alma inmutable, rodeados de una amplia gama de entidades que podemos controlar a través del poder de la razón.
Nosotros nacemos en una cultura que tiene incorporada una concepción del ser humano, una concepción acerca de lo que es la realidad, y por tanto, incorporamos esta misma concepción en nuestro cuerpo desde nuestra más tierna infancia, desde este punto de vista, somos aún hijos de los griegos en cuanto a concepción del ser humano y de la observación de la vida. Por supuesto que cuando nacimos ya existía el lenguaje como práctica humana y para nosotros, era parte de la realidad, al igual que las piedras, las cosas en general.
Aquí interpretamos al lenguaje como un consenso de significado para una comunidad determinada. Es decir, el lenguaje es una creación humana, no tiene existencia independiente de los seres humanos.
Ya hemos postulado que a través del lenguaje no sólo describimos lo que es real para nosotros, también, a través del lenguaje, generamos realidades, generamos mundos de posibilidades, hacemos que ocurran ciertos acontecimientos, por último, a través del lenguaje, modelamos nuestra identidad y coordinamos acciones.
Al contratar a una persona para que trabaje con nosotros, estamos creando una nueva realidad, afectamos la identidad pública de esa persona y le estamos abriendo a ella un nuevo ámbito de posibilidades de acción. A su vez, al contratarla, estamos abriendo nuevas posibilidades de acción para nosotros, de echo, la relación contractual con ella, nos obliga a desarrollar en tipo de conducta, la cual está fijada en la ley laboral, a la cual nos obligamos mediante la firma del contrato. Cuando un Juez de Registro Civil casa a un apareja está generando una nueva realidad para la pareja, y esto da origen para ellos a un nuevo dominio de acción (las obligaciones, derechos y deberes que significan el estado de casado dentro de nuestra sociedad). Queremos destacar que el Juez, con su declaración hace que el matrimonio exista, pues si no realiza la declaración, el matrimonio no tiene validez legal, pese a que la pareja esté constituida como pareja y que conviva y realice el mismo tipo de actividades de una pareja casada. Si un profesor califica a un niño como "malo para la historia", "excelente alumno", "incumplidor", está abriendo (o cerrando) un horizonte de posibilidades para esos niños y declarando una expectativa de relación entre ellos.
La interpretación del lenguaje como generativo nos abre un inmenso terreno de aprendizaje, ya que si mejoramos nuestra forma de comunicación, podemos elevar nuestra efectividad, nuestro bienestar personal y nuestro poder personal, y la coordinación de acciones con otros.
Gran parte del sufrimiento e ineficacia personal y profesional está relacionada con dificultades en nuestro lenguajear, o lo que es lo mismo, en aplicar nuestros actos del habla. Algunos no sabemos pedir y entonces nos quedamos esperando que otros realicen acciones por nosotros que compensen la petición nunca realizada; al establecer compromisos no fijamos con claridad los tiempos de cumplimiento y las condiciones de satisfacción; nos cuesta perdonar o reclamar y entonces mantenemos conversaciones internas con nosotros u otros que sólo ocupan nuestro tiempo y energía sin generar ninguna realidad nueva.
Todo nuestro hacer se basa en infinidad de redes conversacionales: pedimos un favor, establecemos compromisos, concretamos un negocio, declaramos amor, ofrecemos venganza, estructuramos soluciones, reforzamos a un amigo en su autoestima, nos enfurecemos con un proveedor, pedimos perdón, imaginamos las vacaciones, hablamos por teléfono, saludamos y nos despedimos; en fin, realizamos diariamente una infinidad de conversaciones, al punto que podemos afirmar que los seres humano vivimos en “redes conversacionales”.
Básicamente ejecutamos cinco tipos de actos del habla: afirmamos, declaramos, pedimos, ofrecemos y prometemos.
La hija pide permiso para ir a una fiesta, dice o afirma que es en casa de determinada amiga, se compromete a llegar a determinada hora y nosotros le ofrecemos ir a buscarla, ante lo cual ella declara su agradecimiento.
El cliente solicita un producto, nosotros afirmamos tenerlo y ofrecemos despacharlo a tal hora a la casa de éste. Al recibirlo el cliente declara su satisfacción por el producto o su insatisfacción por no cumplir con sus expectativas.
El director técnico del equipo de fútbol declara sus objetivos y su estrategia a seguir en el próximo partido, así como la familia declara sus proyectos para el fin de semana. El hijo declara su admiración al padre, el creyente declara su gratitud a Dios, etc.
Todas las culturas y organizaciones ejecutan, aunque de muy diversas maneras los cinco actos del habla. Puede que no sepamos japonés o no conozcamos el trabajo específico que realiza una organización determinada, sin embargo, dentro de ambas culturas se afirma, declara, pide, ofrece y promete.
Es fácil a estas alturas darnos cuenta del poder de observación y acción que nos da el "reconstruir" las conversaciones y coordinación de acciones, a partir de los actos del habla que están comprometidos.
Muchos de los conflictos y problemas que declaramos tener en la vida personal y organizacional, pueden ser resueltos a partir del perfeccionamiento de nuestra comunicación, por ejemplo, la superación del agobio puede estar vinculada a la falta de capacidad de decir que No a los pedidos que recibimos; el sufrimiento, a la ausencia en nuestro repertorio de peticiones de ayuda; la incompetencia, a nuestra incapacidad de declarar ignorancia en ámbitos que consideramos significativos; la falta de innovación a la ausencia de conversaciones de posibilidades, la resignación o la desmotivación a la falta de una declaración de misión motivadora y que alinee las acciones en torno a ella.
La interpretación de la realidad está constituida por un conjunto de distinciones consensuadas dentro de la comunidad que habitamos. Lo que hacemos con las distinciones es destacar objetos, individuos, propiedades y acciones. Desde otra perspectiva podemos señalar que, distinguir es destacar una parte del todo.
El ámbito y la cantidad de distinciones que poseemos como personas o como cultura determina nuestras posibilidades de acción en el mundo y el tipo de observadores que somos. De esta manera, podemos decir que nosotros vemos y nos constituimos a través de las distinciones que poseemos. Somos en el mundo de acuerdo a la capacidad de observar que tenemos, y claro, ¿cómo podríamos actuar en un ámbito que desconocemos? ¿cómo podríamos re-conocer y en consecuencia actuar en relación a algún ámbito en el que no tenemos distinciones?
El profesor, el mecánico, el médico, el economista, el gásfiter presentan mayor poder de acción en sus respectivos ámbitos, porque manejan u operan con más distinciones que el "común de las personas". Cuando se nos apaga el computador, el especialista reconoce la falla, cuando nosotros no sabemos que hacer, cuando nosotros sentimos un dolor de estómago, el médico observa gastroenteritis.
Si nos sentamos a mirar el firmamento en una noche seremos capaces de distinguir estrellas, la luna y planetas. Si acompañamos a un astrónomo veremos como distingue satélites, soles, hoyos negros y enanas blancas. Si estamos con un astrólogo, observaremos como distingue las diversas constelaciones, seguramente si somos acompañados por una persona de una tribu distinguirá en el firmamento sus antepasados.
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