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maurocortesgr29 de Agosto de 2013
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EL SERVIDOR PÚBLICO
Comenzaremos por definir lo que es un servidor público, ya que es importante antes de esclarecer las funciones conocer a quienes las ejecutan.
Un servidor público es una persona que brinda un servicio de utilidad social. Esto quiere decir que aquello que realiza beneficia a otras personas y no genera ganancias privadas más allá del salario que pueda percibir el sujeto por este trabajo.
Los servidores públicos, por lo general, prestan servicios al Estado. Las instituciones estatales como hospitales, escuelas o fuerzas de seguridad son las encargadas de hacer llegar el servicio público a toda la comunidad.
El buen servidor público invita a no olvidar la importancia de estar guiados por los principios y valores humanos, este tema constituye uno de los pilares principales que favorecen la integridad de las personas que están al servicio de una sociedad, los cuales debe poseer la actitud adecuada para el éxito, lo cual demanda una disposición mental con sentido positivo, ya que lo contrario es una actitud mental negativa, lo cual conduce al fracaso.
No se trata solo de llamarse un servidor público, sino; portarse como tal, ya que estudios médicos han demostrado que el ser solidario favorece la salud física y emocional y mejora la calidad de vida, en el contexto laboral es indispensable ser amable, ya que esto favorece el ambiente laboral, mejora las relaciones interpersonales y se siente bien cuando se hace ya que lo ideal es tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros.
El servidor público, como su nombre lo indica, debe interiorizar su papel dentro de la sociedad y tener claro que no trabaja para si sino para las personas, el tipo de servidor que se disfraza con una sonrisa hipócrita y disfruta de lo que le pueda ocurrir a su compañero de trabajo, son personas con las cuales no se puede tratar y que por obvias razones no tienen la vocación para servir a la sociedad, aunque se camuflen detrás de su nombramiento.
Otro aspecto importante a tener en cuenta por los servidores públicos es el nivel de autoestima, el servidor público que se caracteriza por poseer un nivel de autoestima correcto es aquel que lucha con su yo, poniendo por delante el propósito de su trabajo, antes que sus propias intensiones, tiene todo planeado en orden de prioridades, siendo el éxito personal, social y laboral su principal objetivo.
El servidor público debe ser prudente, es decir, debe controlar sus palabras al momento de decirlas con el fin de no herir a las demás personas cuando les habla, un lenguaje claro y amable debe ser el factor fundamental al momento en que un servidor público se dirige al ciudadano.
Es muy importante el clima y la cultura organizacional, el servidor publico debe entender que el aporte social acompañado de sus principios éticos, son tan importantes que inciden en la excelencia de la institución.
El reconocimiento y aplicación de los mandatos y principios nos conducen al tema de la calidad. Cuando atendemos a nuestros ciudadanos conforme a los preceptos de calidad y excelencia en el servicio, somos capaces de ofrecer un óptimo servicio. Sin embargo no basta con dar calidad, sino también brindar excelencia en el servicio. Para comprender mejor la relación entre calidad y excelencia, veamos lo que cada una de ellas representa: la calidad Es dar una atención que satisfaga las necesidades del usuario y cumpla sus expectativas. La buena calidad de un servicio no solo que complace al usuario sino que contribuye a mejorar la imagen de la institución, la excelencia por su lado es encantar al usuario entregándole un valor agregado no considerado tangiblemente dentro del proceso de atención. Por ejemplo, cuando atendemos con tono amable, sonreímos o mostramos una actitud cálida y amigable. De esta manera, sorprendemos al usuario dándole algo que no pidió, que lo
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