Biografía de Tadeo Isidoro Cruz.

Biografía de Tadeo Isidoro Cruz

El 1829 los montoneros marchaban para incorporarse a las divisiones de López. Hicieron parada en una estancia donde el nombre ignoraba. Uno de los hombres tuvo una pesadilla, cuyo grito despierta a la mujer que dormía con él, nadie sabe lo que soñó; al otro día los montoneros fueron desbaratados por Suarez donde la persecución duro nueve leguas, donde el hombre aparece muerto en una zanja, partido el cráneo con un sable. La mujer se llamaba Isidora Cruz y tenía un hijo que tuvo el nombre de Tadeo Isidoro.

Los que han comentado la historia de Tadeo Isidoro destacan su llanura de formación pero gauchos idénticos a él nacieron y murieron en Paraná y en las cuchillas orientales.

Cuando en 1874 muere de viruela, nunca había visto una montaña, ni un molino y ni una ciudad. En 1849 fue a Buenos Aires con una tropa a vaciar el cinto; cruz no salió de una fonda. Paso ahí muchos días, donde un borracho se burlo de él. Cruz no le replico, pero el otro le menudeaba las burlas y entonces cruz le tendió una puñalada.

Prófugo, hubo de encubrirse en un fachinal, donde noches después  un chajá le advirtió que había sido acorralado por la policía. Probó el cuchillo, se quito las espuelas, prefirió pelear antes que entregarse. Fue herido en diversos lugares pero peleo con más coraje que nunca.

Cruz fue destinado a un fortín; como soldado raso participio en guerras civiles, a veces por su provincia, a veces en contra. En 1856 en las lagunas de Cardozo, fue uno de los que peleo contras los indios.

Hacia 1869 estaba casado y tenía un hijo, dueño de una fracción de campo. En ese momento de podia decir que estaba feliz, pero no muy dentro de él.

En 1870 recibió la orden de apresar a un malevo que debía  dos muertes a la justicia. Había asesinado, en una borrachera, a un moreno, y a un vecino del partido de Rojas.

El informe decía que procedía de laguna colorado donde hacia cuarenta años habíase desventurado los montoneros donde se encontraba Manuel Mesa, el desconocido que engendro a Cruz.

El criminal urdió su caballo en idas y vueltas, pero lo acorralaron. Se había  guarecido en un pajonal.

Cruz y los suyos avanzaron hacia las matas. Grito un chajá y Tadeo Isidoro Cruz tuvo la impresión de haber vivido ese momento. El criminal avanzo para pelear. Cruz lo entrevió, y terrible era su barba que parecía comérselo.

Cruz, mientras combatía, comenzó a comprender que un destino no era mejor que otro, que el otro en algún momento había sido él, por lo que arrojo el quepis y grito que no iba a matar a un valiente y se puso a pelear contra los soldados junto a Martin Fierro.

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