CARTA ABIERTA (Memoria, Verdad y Justicia)

CARTA ABIERTA A LA JUNTA MILITAR

“24 de Marzo”, desde que soy chica me han hablado y enseñado sobre este día. He oído historias desgarradoras de abuelas que perdieron a sus nietos y nietas y madres que perdieron a sus hijos e hijas durante la dictadura militar. Historias de esperanza por encontrar a sus seres queridos, a su familia.

Yo no he vivido en esa época, pero al buscar información y preguntar a mis familiares acerca de las terribles cosas que llegó a hacer la junta militar por obtener y mantener el poder, no encuentro las palabras para describir el sufrimiento y el miedo de las personas que han tenido que vivir en esos tiempos.

El 24 de Marzo de 1976, hoy son cuarenta y cinco años desde que ellos tomaron  el poder, así de fácil, dejando a todos los ciudadanos de la Argentina sin derechos, suspendiendo la democracia. Generaron terror en la sociedad argentina, persiguiendo, secuestrando, torturando y asesinando a miles de personas inocentes, siendo víctimas estudiantes, trabajadores, sindicalistas, docentes y militantes políticos. Censuraron a la prensa, corrompieron las instituciones, explotaron al pueblo y disolvieron a un país.

Hasta hoy, se sabe que son más de treinta mil los desaparecidos, víctimas del genocidio vivido en nuestro país. Miles de personas fueron masacradas en secreto, muchas fueron violadas y torturadas. Luego, los cadáveres fueron encontrados por diferentes personas en ríos y lagos de todo el país. La junta prohibió la visibilización de estos hallazgos y calló a los que encontraron los cuerpos. Por otro lado, también debo mencionar que muchos fueron detenidos y llevados presos, sin opción de un habeas corpus, sin derecho a un juicio y menos a un abogado para defenderse. Muchos de los detenidos eran mujeres embarazadas, a las cuales, al parir, se les arrebataban los bebés. Estos eran dados y hasta vendidos a otras familias. Así fue como se les robó la identidad a miles de niños que hoy en día no saben quienes son su verdadera familia..

Además de las persecuciones, los ciudadanos argentinos debieron sobrellevar una situación económica no muy favorable. La mayoría de la población se encontraba sin trabajo, muchos fueron despedidos. Los salarios se habían reducido y los horarios de trabajo aumentaron, por lo que no alcanzaba para mantener a una familia con condiciones dignas. Los precios habían subido, y en el contexto de la dictadura los trabajadores no podían protestar ni hacer huelgas para mejorar su condición debido al miedo de ser secuestrados y mutilados.

Actualmente, la situación del país es muy distinta. Muchos de los hijos, nietos y familiares desaparecidos fueron encontrados y reunidos con sus familiares. Hoy puedo decir que existe la democracia y que la población no vive con el miedo de esa época. A pesar de esto, todavía hay que seguir luchando y pedir justicia por todas esas personas que fueron víctimas, y vuelvo a reiterar, de este genocidio.

Todo está guardado en la memoria, esto no debe suceder NUNCA MÁS.

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