COMUNIDAD LGBTI

Estamos en tiempos, en los que el objetivo de la sociedad es encontrar una dirección común que los lleve hacia el desarrollo, el progreso y a la superación de los desafíos que se presentan diariamente en el camino; pero que a su vez sigue arraigada a las mismas prácticas tradicionales y conservadoras guiadas en la mayoría de los casos por la religión y los prejuicios que nos acompañan desde hace siglos y que la mayoría del tiempo restringe esa avance social ,Ya que las personas le temen a el cambio y a la diferencia.

Los problemas más graves para el logro de este desarrollo se puede decir que es la violencia y la inequidad causados por esas prácticas costumbristas. Para poder desterrar estas dos es necesario tomar conciencia de las diferencias culturales, como lo es la comunidad LGBTI. La sociedad juega un papel importantísimo, el principal dentro de la aceptación y la construcción de una sana convivencia. Para lograr que sea posible que esto se dé, debe empezarse por reconocer quienes conforman esta comunidad: lesbianas, gays, bisexuales y las personas transgénero, hacen parte de ella. Estas personas que a diario son víctimas de burlas, discriminación, persecución y rechazo, por no mencionar actos más violentos y atropellos contra su integridad, actos que vulneran sus derechos humanos.

La libertad sexual se trata de la responsabilidad que debe asumir cada individuo con sus derechos sexuales y reproductivos, es decir, todo lo que tiene que ver con el cuerpo, la mente, la dignidad, las decisiones individuales y de pareja acerca del ejercicio de la sexualidad. Es importante educar a grandes y pequeños de la importancia de adoptar una postura de respeto y también de lo que es la libertad de expresión.

Ahora mismo, no se ve mucho el respeto por esos derechos, ya que hay una increíble falta de igualdad en estos, Además de que no se conocen razones ni porqués de las situaciones ni tampoco se mira al homosexual como una persona si no como un ser con: “comportamientos inhumanos, mundanos y pecaminosos”, como una “personas pervertida”, o como un “ser desagradable ante los ojos de Dios”,

Los prejuicios hacia estos grupos, nace por la ignorancia sobre su naturaleza; ellos no deciden ser homosexuales, como muchos creen; mucho menos van a ser peores padres de lo que pueden ser los heterosexuales; no es que les guste exhibirse en marchas, necesitan protestar para hacerse respetar.

La sociedad juega un papel importantísimo, el principal dentro de la aceptación y la construcción de una sana convivencia. Para lograr que sea posible que esto se dé, debe empezarse por reconocer quienes conforman esta comunidad: lesbianas, gay, bisexuales y las personas transgénero, hacen parte de ella. Estas personas que a diario son víctimas de burlas, discriminación, persecución y rechazo, por no mencionar actos más violentos y atropellos contra su integridad, actos que vulneran sus derechos humanos.

Generando pensamientos clínicos para la atención de estos pacientes. Trabajando con una actitud de responsabilidad hacia la aplicación de la ética con el fin de garantizar la distinción a las características de esta comunidad. Recordando que las preferencias sexuales no son un impedimento para ejercer su función.

En conclusión, para la construcción de una ciudadanía, encaminada hacia el progreso económico y cultural, es necesario empezar por la aceptación de la diferencia. Los homosexuales como minoría deben trabajar en equipo, para defenderse de las acusaciones que reciben a diario por una sociedad y un Estado que debería protegerlos, esto se debe a que sabemos muy bien como reclamar nuestros derechos, pero no como acatar los de los demás. Tenemos los mecanismos y recursos para acabar con la discriminación homosexual, más importante aún, para cambiar nuestra calidad de vida. Pero primero se debe comenzar por cambiar nuestros pensamientos anticuados

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