CONCEPTO DE CIUDADANÍA

3. Conclusiones

El concepto de ciudadanía ha sido siempre polémico. Sin embargo, en los últimos años se ha vuelto un tema central en los contextos político y social, por consiguiente en lo teórico. Somos testigos de cómo la ciudadanía se ha transformado en un lema popular o una estrategia política para quienes luchan por la democracia en las calles, pero existe actualmente un debate teórico sobre este concepto, como hemos leído en el Módulo del curso.

El concepto de ciudadanía ha sufrido diversas variaciones, por acción de los hechos históricos, la evolución del hombre, el paso del tiempo y teóricamente ha sido abordada desde enfoques diferentes, aunque predominan la tradición liberal y los enfoques sociohistóricos.

Los teóricos liberales han elaborado un concepto de ciudadanía que tiene como objetivo alcanzar la igualdad de derechos de los ciudadanos frente al Estado. Esta concepción nos da un significado de ciudadanía que implica el acceso a los derechos políticos. Me parece, casualmente por lecturas que he hecho para otro trabajo, tiene sus raíces en la Grecia antigua -Platón y Aristóteles- y allí se separaba lo público de lo privado, por lo que hubo dos tipos distintos de leyes: las que se refieren al derecho público y las que se refieren al derecho de familia.

Después, con Rousseau, el tema vuelve a ser dicha separación, esto es, entre lo público y lo privado. La ciudadanía está conceptualmente ligada a lo público, y por consiguiente tiene limitaciones. Ser ciudadano significa participar, es decir, ganar acceso al sistema político a través de procedimientos como el voto. La distinción entre el espacio que se considera político y el que se considera privado, no político, ha reforzado una lógica doble de los derechos ciudadanos. Lo grave de este enfoque es que al participar, ya no hay más luchas lícitas para la ciudadanía.

Ahora tenemos conceptos como el de la ciudadanía global, donde estaríamos sujetos no a unas normas de un grupo, ni de una sociedad, sino a una ética común, y me parece que si a ello se aspira, es una utopía aún aunque sea el punto de llegada que esperamos confiando en que todos creamos en un destino común, por encima de las diferencias.

En realidad creo que mientras las sociedades cambien y lo harán, el concepto de ciudadanía también, porque está sujeto a las sociedades y éstas evolucionan siempre de la mano de la tecnología y los cambios económicos que ésta genera y que a su vez inciden en otros aspectos.

Un ejemplo: Marshall analiza el problema del cambio de significado de los derechos ciudadanos a lo largo de la historia en las sociedades capitalistas modernas. En sus estudios sobre la ciudadanía en Gran Bretaña, al comparar las políticas sociales del Estado hacia las madres trabajadoras en dos países distintos -Francia y Estados Unidos-, demostró que las mujeres no pueden ser analizadas como un grupo universal. Mientras que las políticas francesas promovieron la aceptación del derecho de las madres a recibir ayuda económica, las políticas estadounidenses consideraron tal ayuda como caridad. El estudio sugiere que las diferencias no sólo se pueden apreciar en un determinado tiempo y espacio dentro de la misma sociedad sino también a través de la comparación de sociedades diferentes.

En este curso indagamos sobre la ciudadanía, pero la verdad, yo creo que si todos fuéramos concientes y pusiéramos en práctica el ser ciudadano, pondríamos en marcha algo realmente revolucionario porque el concepto, sea cual sea el enfoque, implica el derecho y la obligación a la movilización por la búsqueda del respeto a los derechos que todos tenemos, especialmente los derechos humanos.

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