CONCEPTO DE VIOLENCIA DE GÉNERO

ÍNDICE

Concepto de violencia de género.

Reacción de la sociedad ante este problema social.

INSTITUCIONES: ¿Protegen o perjudican a la mujer? (Pareja, familia, Gobierno, Iglesia)

Fundaciones que trabajan en el problema.

Papel de la educación.

Repercusión de la violencia de género.

Causas y consecuencias.

1.CONCEPTO DE VIOLENCIA DE GÉNERO

Desde hace unos años, en nuestra sociedad, se vino percibiendo en gran medida el uso de la palabra género. En una banda tenemos una connotación más positiva, la del uso de esta palabra para referirse cómo nos indica la OMS (Organización Mundial de la Salud) a los roles socialmente construidos, los comportamientos, las actividades o atributos que una sociedad determinada considera apropiados para hombres y mujeres, como separación del termo sexo, que nos indica las características biológicas de una persona (De Juan y Pérez, 2007). Una definición más amplia, nos la muestra Bodelón (2012, p.18).

"El concepto de género alude tanto al conjunto de características y comportamientos, como a los roles, funciones y valoraciones impuestas a cada sexo a través de diferentes procesos de socialización mantenidos por la ideología de instituciones patriarcales. Este concepto no es universal si no que si concreta en cada sociedad según contextos espaciales, temporales y culturales".

En el otro lado, vemos que el uso extendido de esta palabra se vio acusado por una problemática social, la violencia de género.

En la actualidad, existen muchos estudios sobre esta temática y para su definición todos los autores y autoras coinciden en que se produce violencia de género cuando existe un maltrato tanto a nivel físico como psicológico en contra de la mujer debido a su sexo, como consecuencia de sometimiento respecto al hombre.

Una definición más concreta y precisa se muestra en los estudios de tipo social de LLanes (2010, p.17).

"La violencia, tanto física como psicológica, que se ejerce contra las mujeres por razón de su sexo, como consecuencia de su tradicional situación de sometimiento al varón en las sociedades de estructura patriarcal. Están incluidos una larga lista de atentados contra su dignidad desde violencia física, sexual y psicológica”.

El término de violencia de género no se puede emplear indiscriminadamente como sinónimo total de violencia doméstica, puesto que no siempre el son. Vemos así, violencia doméstica como todas aquellas situaciones de maltrato a nivel físico y psicológico que se podan producir en el ámbito del hogar respecto a cualquier miembro que los componga como la producida o desde hasta uno de los progenitores, hijos o hijas o desde personas mayores (Llanes, 2010).

3. · INSTITUCIONES: ¿Protegen o perjudican a la mujer? (Pareja, familia, Gobierno, Iglesia)

1. Familia y televisión – Afianzando los roles femeninos y masculinos.

Desde pequeñas se nos inculca que necesitamos la figura de un hombre para ser felices. En las películas de Disney se ejemplifica a un hombre como un “salvador” de una doncella en apuros, constantemente vemos anuncios en la televisión de anuncios de webs de internet donde buscar “tu pareja perfecta” o “tu media naranja”, en las series vemos a chicas jóvenes detrás del prototipo de hombre perfecto, un hombre que las proteja y se case con ellas en un futuro. Pero muy rara vez se expone el modelo de una mujer autónoma, solitaria, que no subyugue su felicidad a atarse emocionalmente a un varón.

Nuestra familia representa un papel muy importante, ya que en ellos y ellas recae el deber de la primera socialización. En muchos casos como se comportan nuestros progenitores nos marca y nos enseña unas pautas de actuación. Si hay violencia en el ambiente se reflejará posteriormente en las hijas e hijos. También la mercantilización de juguetes sexistas que padres y madres compran a sus hijos e hijas determina mucho su futuro. A los niños se le suelen comprar figuras de acción de hombres extremadamente musculosos que saben solucionar cualquier situación y se enfrentan a numerosos peligros, esto refuerza su virilidad. A las niñas se les suele regalar bebés o cocinitas, ya se las orienta al trabajo de ama de casa y de madre de familia. Ahí tenemos el origen de los roles sexistas. La sociedad nos hace sumisas y destinadas a estar al servicio del hombre y esto es una realidad que aún perdura. Aún se sigue escuchando eso de que el hombre que lava y plancha sus propios calzoncillos es un “partidazo”, debe ser que en las mujeres ya viene de serie.

Desde pequeñas nos enseñan a ser dependientes. Nos bombardean todo el rato con mensajes subliminales vendiéndonos eso de que “somos el sexo débil” y que necesitamos la protección de un macho, y que además nos quiera y complemente nuestra vida. Lo que no nos enseñan es que nuestra vida ya está completa, y que no necesitamos a nadie para ser felices. Nuestra felicidad depende directamente de nosotras mismas.

2. Jerarquía Eclesiástica – Cómo influye en nuestra forma de pensar.

La mitificación del amor romántico y la necesidad del matrimonio están ligadas fuertemente al trasfondo cristiano en el que vivimos. Es asombrosa la mella que hace la moral cristiana en gente que de entrada se considera atea. La cristiandad nos expone a la mujer como sumisa, fiel y atada a su marido. Debe satisfacerle en todos los sentidos. Está mal visto que la mujer ejerza su libertad sexual, aunque este soltera y se la estigmatiza por querer ejercer esta libertad con

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