CORRIENTES LATINOAMERICANAS
alondraromzxApuntes12 de Noviembre de 2018
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v) Corrientes latinoamericanas:
Estructuralistas (siglo xx). Corriente de pensamiento económico que se desarrolló en América Latina a finales de los años cuarenta y a comienzos de la siguiente década del siglo pasado, la cual tuvo su base en la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cepal). Su principal representante y fundador es Raúl Prebisch, el cual formuló junto con el alemán Hans Walter Singer la teoría del deterioro de los términos del intercambio. En ella, explican cómo el comercio internacional impedía el desarrollo económico de los países pobres a partir de las estructuras e instituciones socio-económicas heredadas de la colonia que bloquearon las posibilidades de desarrollo, es decir, formularon la tesis que plasmaba la existencia de una tendencia hacia el deterioro de los términos de intercambio para los países subdesarrollados que exportaban productos primarios e importaban productos manufacturados, razonamiento que tuvo particular incidencia en el trabajo de la cepal en los años cincuenta.
Este argumento puso en vigor la necesidad de una política de industrialización sostenida para los países subdesarrollados, concretándose en algunos países del área de América Latina. A Prebisch se le considera el fundador y principal exponente de la escuela económica llamada estructuralismo latinoamericano. También desarrolló la interpretación según la cual las empresas coloniales y el comercio internacional no han sido útiles para el desarrollo económico sino que, al desarticular las estructuras e instituciones socioeconómicas de las colonias, generaron una serie de problemas, como la dependencia de las exportaciones y el crecimiento desequilibrado, que bloquearon las posibilidades de desarrollo. Para que los países del tercer mundo puedan entrar en una senda de desarrollo, es necesario que se les permitiera un cierto proteccionismo en el comercio exterior y estrategias de sustitución de importaciones.
Entre fines de los años cincuenta y comienzos de los sesenta, varios autores latinoamericanos propusieron y desarrollaron una interpretación de la inflación que contribuyó a fundamentar y consolidar el apelativo de estructuralista con que se ha conocido a esta corriente teórica (Noyola, 1957; Sunkel, 1958; Prebisch, 1963; Pinto, 1968).
Osvaldo Sunkel, Pedro Paz, Leopoldo Solís, Aldo Ferrer, Aníbal Pinto, Víctor I. Urquidi, Celso Furtado y Juan F. Noyola, economistas del pensamiento latinoamericano, al examinar el sistema de relaciones económicas internacionales que afectaba a las economías subdesarrolladas, utilizaron el término centro-periferia, el cual ha sido ampliamente empleado por otras corrientes teóricas. El término “estructuralista” de esta corriente se deriva del énfasis otorgado a las peculiaridades de la transformación de la estructura productiva de la generalidad de los países latinoamericanos, y se contrapone en tono polémico con el enfoque monetarista ortodoxo.
Teoría de la Dependencia. El análisis dependentista surgió durante la década de los años sesenta en América Latina como respuesta a la crisis económica que golpeó a la mayoría de los países latinoamericanos a principios de la mencionada década, atribuida al deterioro secular de los términos de intercambio que no permitía generar las divisas suficientes para importar los bienes intermedios y de capital que tal proceso exigía.
La propuesta de a qué se puede denominar dependentismo ha sido discutida por diversos autores. Por ejemplo, Blomströn y Hettne (1990) distinguen cuatro corrientes en la escuela de la dependencia. En la primera ubican al estructuralismo de la cepal; en una segunda, que denominan neomarxista, colocan los trabajos de Theotonio Dos Santos, Ruy Mauro Marini y Vania Bambirra; en una tercera corriente sitúan a Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto; y en una cuarta corriente incluyen a André Gunder Frank. Pirela (1990) propone considerar el pensamiento económico latinoamericano como perteneciente a un mismo paradigma en el que es posible distinguir tres tendencias: la institucionalista encabezada por Prebisch que incluiría las ideas oficiales de la cepal; la tendencia académica estatista, en la que incluye a Cardoso, a Celso Furtado y a Dos Santos, quienes centran en el Estado las tareas para salir del subdesarrollo; y la tendencia radical que incluye entre otros, a Marini, quienes plantearían la revolución como solución al subdesarrollo (Pirela, 1990).
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