¿Corrupción sin límites éticos?

¿Corrupción sin límites éticos?

La  popularidad y competencia del deporte del fútbol a principios del siglo XX fue tanta que se vio la necesidad de crear un organismo regulador de este deporte a nivel mundial, fue entonces cuando Francia, Bélgica, Dinamarca,  Holanda, España, Suecia y Suiza deciden asociarse y fundan el 21 de mayo de 1904 la FIFA (Fédération Internationale de Football Association). El 1° de mayo de 1904 se enfrentaron por primera vez en un partido internacional oficial las selecciones de Francia y Bélgica; la Federación fue creciendo con la unión de Sudáfrica en 1909, Argentina y Chile en 1912 y Estados Unidos en 1913. Las leyes básicas del futbol mundial como reglas sobre competiciones, transferencias, asuntos de dopaje entre otros, están consagradas en los estatutos de la FIFA, los cuales a lo largo de la historia han pasado por varias revisiones creando un marco legal importante para la labor de la Federación. (FIFA, historia, 2016)

        Es evidente que la FIFA con el paso de los años fue expandiéndose logrando llegar a los lugares menos conocidos del mundo a través de sus 209 asociaciones, haciendo del fútbol algo más que un juego, ya que con él no solamente se mueven emociones y sentimientos que involucran  a jugadores y espectadores, sino que también se mueven millones de dólares; logrando con lo primero su objetivo principal de expansión para el que fue creada, respaldándose en su código ético en el cual vela por la reputación e imagen  del futbol y la suya propia como organización sin ánimo de lucro, tratando de evitar  prácticas ilegales que puedan perjudicarla.

        Si tiene tan buenos principios de control y transparencia entonces  ¿Por qué ha terminado convirtiéndose en un cartel? Desde su fundación la FIFA no había sido protagonista de un escándalo así de grande, ahora después de diecisiete años de dirección de Joseph Blatter, quien forjó la idea de que la FIFA no necesita ser controlada  por que cuenta con autonomía para afrontar y resolver sus problemas, terminó haciendo a un lado sus principios éticos y dejándose llevar por la codicia y la sed de poder hasta el punto de  involucrase en actividades ilícitas, llenas de conductas antiéticas que le permitían la manipulación y le daban la autoridad de sobornar a los empresarios interesados en la transmisión y promoción de los eventos deportivos más grandes, sin importar que se estuviera corrompiendo el fútbol, extrayendo con estas prácticas millones de dólares que no eran destinados a apoyar los proyectos de desarrollo del fútbol sino que llenaban los bolsillos de los principales dirigentes, los cuales se derrochaban en inmuebles, aviones, vehículos, pagos de hoteles lujosos entre otros. La confianza para realizar estas prácticas, a la  sombra de la pasión mundial por el futbol, la seguridad de responder solamente ante las autoridades de Suiza donde tiene su sede, el impacto económico y político a nivel mundial dado al escoger los países en los cuales se jugarán las competencias mundiales, la lealtad comprada con los millones de dólares entregados a países subdesarrollados para propósitos de futbol y la falta de control fue lo que le permitió llegar a tal nivel de corrupción.

        Los participantes de estas actividades ilícitas realizaron transferencias a través de  bancos de Estados Unidos para hacer la distribución de los dineros obtenidos de los sobornos y bastó con esto para que las autoridades estadounidenses iniciaran una investigación, apoyada en sus leyes anticorrupción, la cual arrojó como resultado la detención de los grandes dirigentes y sus cómplices, dejando en evidencia como la Federación Internacional de Fútbol Asociado terminó convirtiéndose en un cartel corrupto y sin límites éticos asociado para delinquir.

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