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Cosas De La Vida


Enviado por   •  19 de Febrero de 2014  •  1.319 Palabras (6 Páginas)  •  312 Visitas

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“Hay mujeres que por temor a la soledad se aferran a un mal amor y prefieren romper lazos familiares antes que terminar con ese hombre que sólo las está utilizando”: Rocío Sánchez Azuara.

Alfredo llevaba cuatro horas ensayando lo mismo: él es un buen hombre enamorado de una mujer que lo engaña con otros dos. No repasaba el guión de una telenovela o una obra de teatro, sino de una aparición en el programa Cosas de la Vida, transmitido por Televisión Azteca.

Una semana antes del ensayo, Alfredo leyó en la sección de avisos clasificados del periódico El Universal: “Vacantes para extra de televisión”. Presa del desempleo, este joven de 32 años no dudó en tomar la oportunidad.

Llegó a una pequeña oficina ubicada cerca de las instalaciones del Museo del Chopo, por la estación Buenavista. Las paredes estaban tapizadas de carteles de estrellas de la televisión. Los empleados de la agencia le tomaron sus datos generales, le pidieron un par de fotografías y le avisaron que la oferta consistía en aparecer en el programa conducido por Rocío Sánchez Azuara a cambio de mil 200 pesos.

Alfredo no era la única persona en esa oficina, había cuando menos unas treinta más haciendo fila para dejar sus datos. Los aspirantes provenían de una amplia variedad de niveles sociodemográficos: amas de casa, cuarentones, estudiantes de preparatoria… Todos con una característica en común: urgidos de dinero.

“Dejé mis datos y me dijeron: nosotros te marcamos, yo pensé que no me iban a marcar”, me cuenta Alfredo Esparza. Contrario a sus expectativas, días después recibió una llamada. Un empleado de la agencia le avisó que debía presentarse al día siguiente nuevamente en las mismas oficinas.

Llegó a las nueve de la mañana, como le pidieron. Junto con él, un hombre trajeado de aproximadamente cincuenta años y un joven de no más de veinte fueron convocados para competir por el papel. Les entregaron dos páginas a manera de guión. Venía una síntesis muy escueta del caso: una mujer se fue a vivir con su pareja a Cancún durante seis meses, pero el hombre la dejó botada y en venganza la chica anduvo con su mejor amigo; al regresar a México, sin un quinto, ella se aprovechó de un tercero, un trabajador bien intencionado que la llenaba de atenciones. Alfredo rivalizaba por representar este último papel.

Ninguno de los tres aspirantes era siquiera algo parecido a un buen actor. Es más, ni siquiera uno promedio, pero Alfredo fue el que menos errores cometió, así que resultó elegido. Después lo trasladaron a las instalaciones de Televisión Azteca, junto con el resto de los protagonistas de esa historia. Ensayaron por horas hasta que después de la comida llegó Rocío Sánchez Azuara con una advertencia: “La vamos a pasar muy bien, nada más no se salgan del guión”.

Mientras iniciaba el programa, Alfredo platicó con sus compañeros. Descubrió que muchos se dedican a ser protagonistas y extras de talk shows con regularidad. Hay varias tarifas, por aparecer en las “crestomatías” e historias programadas la paga es de 600 pesos y por un principal mil 200. Algunos están fascinados con sus participaciones, al grado tal que después las ven de nuevo en las reuniones familiares.

Mientras se sorprendía con este mundo, este joven egresado de Comercio Exterior escuchó el llamado de uno de los miembros de la producción. Le avisó que se preparara, pues pronto saldría al escenario.

Alfredo no se tomó en serio su papel. Disfrutaba más la experiencia de ventilar en público su falsa privada que mantener la esperanza de recibir los mil 200 pesos que le prometieron. Cumplió con rigor el guión. Durante los cortes comerciales, la conductora se acercaba a los panelistas para tranquilizarlos y recordarles que era indispensable que se apegaran al papel, pues de lo contrario no recibirían su paga.

El show continuó: en pleno programa la falsa infiel fue descubierta por los tres hombres a los que supuestamente engañaba. Incluso la psicóloga que regularmente habla en el programa les dio consejos a los simulados afectados de cómo superar la crisis.

Sólo que, al final, Alfredo cometió un error: se salió del guión. Como ocurrencia, mencionó al

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