Crisis Europea

Sr. Presidente,

Distinguidos Jefes de Estado y de Gobierno,

Distinguidos Delegados y Delegadas,

Señoras y Señores,

Sr. Presidente, quisiera expresarle mis más sinceras felicitaciones por haber asumido tan importante reto.

Le deseo mucho éxito y le aseguro que tiene usted todo mi apoyo.

Excelencias,

Señoras y Señores,

Venimos a reafirmar nuestra Carta Fundacional, nuestra fe en los principios fundamentales de la paz, la justicia, los derechos humanos y la igualdad de oportunidades para todos, para hacer un mundo mejor.

Evaluamos la situación del mundo, dialogamos sobre las principales situaciones del momento, exponemos nuestra visión del camino a seguir.

Excelencias,

Distinguidos Delegados y Delegadas,

Esta es nuestra hora.

La hora de que las Naciones Unidas sean verdaderamente «Unidas».

Unidas en un propósito. Unidas en la acción.

Hoy estamos reunidos con el propósito de llegar a una solución a la Crisis Económica Europea, y comenzar a acordar medidas para salir de esta.

Actualmente Grecia, España, Portugal, Irlanda e Italia y, en menor grado, Bélgica, Holanda y Eslovenia, todos miembros de la Eurozona, se encuentran actualmente en recesión. En el resto de la Unión Europea, la recesión se da en el Reino Unido, Dinamarca y la República Checa.

La Gran Recesión de 2008-2009 implicó menos ventas, producción, empleos, salarios y utilidades, y en los países europeos mediterráneos (España, Francia, Italia, Grecia, entre otros) derrumbó el turismo, una de las principales fuentes de divisas y empleos.

En consecuencia, la deuda hacia otros países o deuda publica, creció a niveles insospechados y en algunos países simplemente ya no puede pagarse. La deuda pública constituye el gran problema macroeconómico en Grecia, Portugal e Italia, fundamentalmente.

De otra parte, en Irlanda y España el gran problema es la deuda privada (instituciones o empresas privadas).

Al producirse la Gran Recesión, muchos créditos quedaron impagos, lo que paralizó la construcción y puso en dificultades a los bancos locales, endeudados a su vez con bancos alemanes y franceses.

Por supuesto no hay deudores irresponsables sin banqueros irresponsables. Y esa es la preocupación de Alemania y Francia: si no les pagan, quiebran sus bancos y los Estados tendrían que entrar a rescatarlos fiscalmente, asumiendo enormes costos.

Cuando la crisis internacional ya se hace evidente, cae la demanda de materias primas, rubro principal de las exportaciones de América Latina, y también caen sus precios internacionales, las remesas de los trabajadores y los flujos de capitales.

La crisis europea es gravísima: recurrir solamente al ajuste no tiene una solución fácil y próxima, particularmente en los países mediterráneos de la Eurozona. Y afectará al resto del mundo, pues Europa sigue siendo la economía más grande del mundo.

Una leve esperanza

La evolución de Europa dependerá críticamente de cuál será el enfoque dominante. Pero si Francia y Alemania no logran un acuerdo, esta última se quedará sola y la Unión Europea sufrirá una parálisis casi total.

Por otro lado, para que la Eurozona mantenga en su seno a países como Grecia, España y Portugal, los países ricos tendrán además que ofrecerles cooperación no rembolsable, como tiempo pasado, algo así como un nuevo Plan Marshall, no créditos que no pueden pagar, a fin de que incrementen su stock de capital, para poder acelerar el alza de su productividad hasta niveles comparables con los de Alemania y Francia.

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