DISCURSO DE MÉXICO CON VALORES.

¡Oh mi México querido! País de mil colores que engalana la hermosura de su gente, una nación creada para el progreso, visión de aquellos valientes constituyentes que clamaban una república unificada por sus valores. Te extraño mi fiel México, cuando en tus calles se escuchaba las risas infantiles al tiempo de un juego inocente cuyo talón de Aquiles se hace de un delincuente. Añoro tu beso de respeto, que se respiraba en tu gente, la vos de un elocuente y mirada de un coqueto que se exigía en cada momento. Aun te recuerdo gozando de cada valor, como en tus escuelas se enseñaba, tal vez no de la forma correcta, pero dime si en los valores se ha pagado el error de ella.

Regréseme al tiempo de los guerreros valientes, donde se respiraba el amor de tu gente, tu sociedad conservadora y revolucionaria, cuando el gobierno excedía su poder y tú protestabas. Dime dónde están esos valores que te identificaban, la base de cada uno de ellos justificados por la democracia, una mente tolerante que luchaba por sus derechos con ansias. Amada patria que hemos ganado bélicas batallas, cual sonido ensordecedor de la metralla, mas hemos perdido las agallas para conservar lo que tus ardientes constituyentes buscaban. Si extraño tus celebres palabras, las mismas que un día dijo Zapata, la tierra es para quien la trabaja.

Por eso os digo, que reclamo la recuperación de los valores bajo la sombra de un tierno olivo, pues de ellos depende el avance progresivo de mi México querido, como has cambiado tanto, hemos escuchado el canto de tus valores, pero ahora, ahora se ha opacado por sus sinsabores.

Demando la puesta de los valores olvidados, mas digo que la solución viene desde abajo, está ahí donde todos hemos llegado, y que un grato recuerdo nos hemos llevado. ¡Sí! La abyección de los antivalores está ahí en ese espacio, que se llena de voces inocentes por doquiera, en esa área que lleva por nombre “escuela” que en ella se encuentra la persona que lucha y vela, por el progreso de su sociedad. Así es, el maestro y escuela una vacuna para la ignorancia, un antídoto para la desgracia que en nuestros tiempos azota nuestra nación. La poca puesta en práctica de nuestros valores primordiales nos hace vulnerables ante las situaciones.

Escuela y maestros, exhorto su presencia bélica didáctica, para recuperar terreno perdido, para recuperar a mi México querido, y esos valores tan abandonados. No todo depende de nosotros apreciables pedagogos, pero somos importantes para influir en la recuperación de estos, tenemos que predicar con el ejemplo, el respeto, tolerancia, honestidad, responsabilidad, etc., son valores que debemos aplicar en tiempo. Maestros y futuros docentes, continuemos la visión de un México con valores elocuentes, no dejemos de lado la importancia de cada uno de ellos.

Te exijo a ti, a usted, a todos nosotros que caminamos sobre la vitalidad humana, a una conciencia

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