Desarrollo Económico en México

Desarrollo económico en México

Finales siglo XIX y principios del siglo XX

María del Sol Márquez Rueda

A01274175

Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey

Campus Puebla

Historia Económica

Prof. Miguel Abad Carrillo

14 de julio de 2022

Desarrollo económico en México

Finales siglo XIX y principios del siglo XX

La segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX se caracterizó por cambios acelerados en las estructuras económicas, políticas y sociales del mundo. La independencia de las colonias europeas en América sumada a la reorientación del colonialismo sobre África y Asia reorganizaron el mapa geopolítico del mundo. Ahora bien, para fines del presente escrito se analizan las características, posibles causas y consecuencias en cuanto a las oportunidades y obstáculos que enfrentó México las cuales permitieron su desarrollo económico e integración en los nuevos mercados internacionales.

México colonial se caracterizaba por un gobierno estable, una economía rica y una sociedad multirracial. Sin embargo, para la segunda mitad del siglo XIX había perdido más de la mitad de su territorio y estaba envuelta en una extrema inestabilidad política, severa depresión económica y conflictos sociales. El país se sujetaba a reformas liberales pretendían movilizar los recursos económicos y financieros y con cierta recesión económica por las consecuencias de la guerra con Estados Unidos y posteriormente por la lucha entre liberales y conservadores. Los diferentes conflictos que sucedían en el territorio dañaron severamente la agricultura, el comercio, la industria y la minería, así como la compleja pero delicada infraestructura de la nación.

De igual manera, aún en la segunda mitad del siglo XIX, el territorio mexicano se caracterizaba por ser una economía rural cerrada, escasa de derechos de propiedad individual, fragmentada en mercados locales, costros de transacción elevados acompañada de un atraso económico relacionado con el bajo nivel de ingreso per cápita. Lo anterior, fácilmente se puede relacionar con el atraso institucional que existía, esto se refiere a que la incapacidad de establecer los incentivos y sanciones que definían adecuadamente los comportamientos económicos y daban lugar a poderes monopólicos basados en el acceso privilegiado a la información, favores personales y otros mecanismos que afectaban y debilitaban el sistema económico.  

Como se mencionó anteriormente, las reformas liberales a partir de 1856 e abrió el mercado mexicano y se implementó una reforma que dio fin al proteccionismo de las tres décadas anteriores. Con la liberalización del comercio, México fue dependiendo más de la economía internacional que en este momento se encontraba en una fase expansiva. Hasta entonces México participaba poco en el comercio internacional: únicamente vendía unos productos de lujo (tintes, vainilla, maderas, pieles y cueros) y principalmente plata. Inglaterra recibía en 1856 el 77% de todas las exportaciones y los Estados Unidos apenas el 16%.

Durante el Porfiriato, la participación de los Estados Unidos en el comercio con México fue aumentando, al mismo tiempo que se orientó cada vez más a la exportación de materias primas. Con la reorientación del comercio, el valor real de las exportaciones aumentó de 5 millones de dólares en 1870 a 158 millones de dólares en 1911, siendo uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional. Se estima que el comercio fue cada vez más importante en el Producto Interno Bruto (PIB), pasó de 14% en 1856 a 24% en 1900. Las exportaciones mexicanas tuvieron la oportunidad de colocarse en el mercado internacional por su gran demanda, al tiempo que fueron diversificándose, pues el país vendía con profusión no solo metales preciosos, sino minerales industriales y una gran variedad de productos agrícolas.

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