Discurso Del Dia Del Maestro

DISCURSO – DIA DEL MAESTRO

Hoy hacemos un alto en nuestras tareas para recordar y conmemorar al Gran Maestro Argentino Domingo Faustino Sarmiento y a través de el a todos los docentes argentinos que con responsabilidad y vocación llevan adelante la tarea difícil tarea de ensenar.

Sin duda, Sarmiento es una de las figuras controvertidas de nuestra historia, pero hay que decir que su propuesta educativa generó el acceso masivo a la escolaridad para los niños en edad de asistir a las aulas. Durante su Presidencia (1868-1874) se propuso elevar el nivel social de amplios sectores de la sociedad a partir de una fuerte acción educativa impulsada por el Estado. En ese entonces la educación era privilegio de un sector muy reducido de la sociedad, perteneciente o muy estrechamente relacionada con la clase dominante. Sarmiento lucho por una educación popular: “Lo que necesitamos primero –dijo– es civilizarnos, no unos doscientos individuos que cursan las aulas, sino unos doscientos mil que no cursan ni las escuelas”.

Entendía a la educación como el gran igualador de las condiciones del ser humano. Por eso hoy, recordamos como todos los años, a este personaje de la historia Argentina que si bien fue en algunas ocasiones criticado por sus decisiones políticas, no hay dudas que fue uno de los padres de la Patria, un gran pedagogo cuya máxima preocupación se centró en crear y desarrollar instituciones capaces de generar y de mantener la educación.

Y en este día tan especial no podemos dejar de destacar a los miles y miles de hombres y mujeres que día a día siguen apostando a la educación con una única finalidad que es la de sembrar, sembrar y sembrar para que crezca una Argentina grande y prospera a partir de la formación de ciudadanos críticos, autónomos, abiertos y respetuosos de la diversidad, capaces de hacer de este país una Gran Nación. Es una tarea que no tiene una retribución en dinero, porque es impagable.

Por eso es necesario destacar a los docentes que han llevado adelante su tarea, y hasta en el último rincón del país han sabido plantar un mástil para izar la bandera y que luchan cada dia por crear ese espacio propicio para que todos los chicos tengan la oportunidad y el derecho de aprender; un espacio de libertad, igualdad, inclusión y pluralidad donde se les ofrecen las herramientas intelectuales, políticas y afectivas para renovar a la sociedad.

Recordemos, por último, algunas ideas sobre la tarea de educar…

No se educa cuando se imponen convicciones, Sino cuando se generan convicciones personales.

No se educa cuando se imponen conductas, Sino cuando se proponen valores que motivan.

No se educa cuando se impone el sometimiento, Sino cuando se despierta el coraje de ser libres.

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