Discurso comunalidad

“Yo soy como soy y tú eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o como tú”

Subcomandante Marcos, EZLN, 1994.

Hoy soy la voz de mi pueblo, la voz de un pueblo indígena que exige su derecho a la libre autodeterminación. Y no es cosa nueva, por siglos, nosotros, los indígenas hemos preservado lo que nuestros ancestros nos han trasmitido: saber convivir con la madre Tierra, la que nos da la vida, nuestro alimento y cobijo.

El Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, el artículo 2° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas obligan a respetar la naturaleza pluri-cultural, plurilingüística y de pluralismo jurídico existente en el país, dentro del derecho a la autonomía de las comunidades indígenas, en particular, el respeto hacia sus autoridades propias y sus sistemas normativos.

La forma de organización interna en los sistemas colectivos, resulta una jerarquía plena, ya que las formas de gestión de su auto adscripción y auto gobierno deben ser siempre un pleno derecho. No está por demás hacer mención que las comunidades con sistemas normativos propios representan un gran ejemplo de ejercicio de derechos colectivos y de ciudadanía.

El teórico de la comunalidad, el Mtro. Jaime Martínez Luna, Comunero de Guelatao de Juárez, nos explica que: al lado del Territorio Sagrado, la Asamblea General Comunitaria y las Fiestas y los Ritos Sagrados, El Tequio es uno de esos cuatro elementos que conforman a la comunalidad, y como parte de la vida comunal es fundamental en los Sistemas Normativos Indígenas.

Las personas que vivimos en un sistema distinto de organización a la occidental, sentamos las bases de esa organización en una forma ancestral de ver y entender el mundo y relacionarnos con el entorno.

Vivir en comunidad está basado en el trabajo, en la faena o tequio, en la familia, en la naturaleza, en la solidaridad y el mutualismo, en la religiosidad, y por último, en un sistema de cargos y el autogobierno, lo que no se ajusta necesariamente a lo establecido en la normatividad del Estado occidental.

En la Sierra Norte del estado de Oaxaca éste tipo de organización sigue vigente, las comunidades serranas comparten el tequio como actividad comunal en beneficio del pueblo.

En la comunidad zapoteca de San Juan Tabaá, el tequio se utiliza para la realización de trabajos comunitarios como la construcción, la limpieza de ciertas áreas, caminos, colindancias y demás actividades que tienen relación con el bienestar colectivo. En el caso de nuestros paisanos que han migrado, ellos también contribuyen con el tequio comunitario, ya que, no quedan exentos del trabajo comunal.

Como en las demás comunidades que se rigen por asamblea y NO por partidos políticos, existen obligaciones y después derechos para los ciudadanos. Estas obligaciones son: asistencia y cumplimiento de cargos y comisiones encomendados en la Asamblea General Comunitaria, los pagos de cooperaciones, y la participación en los tequios acordados.

Por último, es importante apuntar primero que estos procesos de organización comunal como el tequio, generan los mejores mecanismos para la construcción del tejido social, elemento fundamental de la verdadera vida comunitaria. Y segundo, que actualmente, los pueblos indígenas hemos reclamado una transformación política y de reconocimiento mayor a nuestros derechos colectivos.

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