EL CAUDILLISMO EN MEXICO

El caudillismo en México

Etimológicamente, la palabra caudillo, proviene del latín: capitellium, y significa cabeza. Por ello, cuando hablamos de caudillismo, nos referimos a un fenómeno social y político que ocurrió principalmente en América Latina durante  el siglo XIX, este periodo se caracteriza porque el poder público se depositaba y mantenía entre las cabezas  o líderes militares o de los sectores populares.

Los líderes accedían al poder por medio de mecanismos difusos y mayormente por medio del uso de la fuerza y a través de golpes de Estado. Una vez en el poder, su carisma y estrategias políticas les ayudaban a conseguir la legitimidad del pueblo, mientras combatían a los grupos que se opusieran a su reconocimiento.

En México, la mayoría de caudillos accedieron al poder por vías legales, incluso democráticas, pero poco legitimas. Esto ocasionó un largo periodo de inestabilidad política, que repercutió en el desarrollo nacional y cuya herencia en la vida política del país aun es visible.

Tras la derrota del Porfiriato y el triunfo de la Revolución Mexicana, los líderes revolucionaron comenzaron a reclamar el poder al que todos creía tener derecho, la legitimidad que presumían era la que la propia revolución les otorgaba.

Es durante esta época que el gremio sindical obtiene una gran fuerza. Con tal de mantener una aparente paz social, se comenzaron a realizar alianzas políticas para consolidar un poder hegemónico, se evito la represión y el uso de la fuerza pública, se optó por las negociaciones y las alianzas, y fue así que los sectores mejor organizados podían obtener mejores beneficios.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por mantener la paz social, la inestabilidad política sería el freno a esta paz. México no encontraba la vía de acceso al poder que permitiera paz y estabilidad en cada transición. Cada sucesión presidencial de esta época, era presidida por rebeliones militares, el panorama político estaba tan dividido que existían cientos de partidos políticos.

Contrario a la mayoría de países latinoamericanos, en México, el caudillismo no derivo en un autoritarismo militar, sino que se lograron fincar las bases de una republica democrática como la que conocemos ahora.

En México se siguió la ruta institucional, algunas de las demandas revolucionarias comenzaron a hacerse realidad con la finalidad de calmar a los sectores populares, mientras que estos sectores populares comenzaron a formalizarse y aglomerarse; por esta vía institucional se abriría paso para la unión de los más importantes caudillos previamente organizados en más de 150 partidos, para formar el partido más importante de la vida política mexicana, el cual, gracias a sus propias transformaciones, mantendría el poder hegemónico del país por varias décadas.

El asesinato del general Obregón, durante su segundo periodo presidencial no consecutivo, marcaría el fin del caudillismo. Después de este suceso era necesario evitar la dispersión política de los grupos políticos a lo largo y ancho del país, mantener el dominio revolucionario. Ante esta necesidad, nace el Partido Nacional Revolucionario (PNR), fundado en 1929 por iniciativa de Plutarco Elias Calles, quien durante su periodo en la presidencia, notó el problema que representaba el caudillismo y reconoció que la única manera de alcanzar la estabilidad era transitar a un régimen de instituciones. Este partido fue un pacto para la repartición del poder por la vía pacifica, dentro de este partido se convenían y negociaban las transiciones del poder, aglutinando a los lideres sociales mas importantes de todo el país, se convirtió en un partido incluyente hasta ser reconocido como el partido oficial. Es así como el caudillismo en México se disuelve a través de la vía institucional, así comenzó la construcción del país democrático que hoy conocemos.

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