EN DÓNDE ESTAMOS. NUEVOS PROBLEMAS, RIESGOS Y DESAFÍOS

EN DÓNDE ESTAMOS.

NUEVOS PROBLEMAS, RIESGOS Y DESAFÍOS

La llegada del coronavirus ha tomado por sorpresa a América Latina, en un período de debilidad económica y una situación de atraso y abandono de los sistemas de salud y protección social que han evolucionado durante décadas.

Se deben aprender lecciones de las crisis que han causado grandes pérdidas de vidas y daños económicos devastadores. América Latina, con menor impacto, instituciones más fuertes y mayor capacidad, requerirá un período más largo y esfuerzos más sostenidos que otras regiones que no han salido de la reciente desaceleración económica y la inestabilidad social. En este capítulo identificaremos lecciones, riesgos y desafíos tras la pandemia.

Crisis económica y medidas de emergencia

En el capítulo anterior podemos observar que, desde el siglo XXI(21), la economía de América Latina muestra signos de lento crecimiento y reflexión social. En el período 2015-2019, la tasa promedio de PIB bajo un 0.88 % por año y expectativas en la próxima década, de lo contrario el crecimiento no será suficiente y estamos en riesgo.

El impacto económico de la pandemia mostró un lento crecimiento de socios comerciales en la región (China, Europa, EE. UU.) se está desacelerando principalmente, las fluctuaciones en los precios de los recursos naturales que exporta, la interrupción de la cadena de suministro global, el colapso de la industria del turismo y una mayor evitación de riesgos de los principales mercados financieros del mundo y, por lo tanto, posibles reducciones de las Inversión extranjera.

Para enfrentar estas amenazas, los gobiernos han aplicado tres medidas principales:

• una política monetaria más holgada,
• una expansión del gasto fiscal y
• el apoyo de las instituciones financieras internacionales.

 La mayoría de los países han implementado paquetes que incluyen el apoyo a las microempresas, aumentos del gasto en el área de salud (compras de insumos sanitarios, ampliación de la capacidad hospitalaria, medicamentos), rebajas al momento de pagar algunos impuestos etc. El esfuerzo fiscal ha sido variable.

 Por ejemplo Brasil, Chile y Perú, aplicaron en 2020 estímulos fiscales que fluctúan entre el 6.5% y el 8% de su PIB, cifras que contrastan con el 1.4% de Colombia y menos del 1% de México

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Los esfuerzos fiscales conducirán inevitablemente a más deuda. Esta situación abrirá nuevos retos en el futuro para resolver el enorme déficit debido a la trágica experiencia de la crisis de la deuda de la década de 1980, que explica la decisión del gobierno mexicano de no endeudarse, muchas sociedades resistirán las políticas de continencia.

Las reformas tributarias fueron planteadas en la agenda política de la región, y la urgencia de retomar el crecimiento debe convertirse en una importante meta de política pública.

Pobreza y desigualdad

Los avances logrados en la primera década en la reducción de la pobreza y la mejora de la distribución del ingreso significaron la integración de millones de latinos a la clase media.

Al mismo tiempo, conduce a un aumento de las expectativas de bienestar en áreas mayoritariamente pobres, y se vuelve más difícil atender a la clase media emergente, cuando el crecimiento se desacelera. El débil dinamismo económico de la última década ha desacelerado la trayectoria de la pobreza y la desigualdad en la región, en marcado contraste con el progreso logrado durante la última década.

Este fracaso ciertamente ha afectado las protestas sociales registradas desde 2019 en muchos países pidiendo un trato social más equitativo (por ejemplo, para las mujeres) y servicios públicos de mejor calidad, como salud, educación, agua, pensiones, transporte, como parte del proceso de privatización. y privilegios.

O porque el Estado ha reducido su tamaño, se ha deteriorado o se ha vuelto incapaz de pagar a una parte de la población.

Entre los problemas pospandemia más explosivos se encuentran el subempleo y el aumento de la informalidad, vinculados al aumento de la pobreza y la desigualdad en diversas dimensiones, todo lo cual corre el riesgo de socavar la gobernabilidad democrática. La recuperación económica puede provocar la pérdida de algunos puestos de trabajo, pero pronto ejecutará programas con el aumento de la actividad y el inicio de nuevas inversiones.

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