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ETICA (PARA PREGRADO) Act 3: Reconocimiento Unidad 1

soportit24 de Mayo de 2013

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TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCION GENERAL AL CURSO

UNIDAD 1: ÉTICA EN LA ANTIGÜEDAD

INTRODUCCIÓN: EL UNIVERSO DE LA ÉTICA Y LA MORAL

CAPÍTULO 1: ASPECTOS BÁSICOS

Lección 1: la problematicidad de la ética y la moral

Lección 2: aclaración etimológica de los términos ética y moral

CAPITULO 2: ÉTICA EN LA ANTIGÜEDAD GRIEGA Y HELENISTA

Introducción: Los clásicos griegos

Lección 3: Platón o los ideales morales

Lección 4: Aristóteles: el bien como felicidad

Lección 5: Helenismo: epicúreos y estoicos

CAPÍTULO 3: ÉTICA EN LA EDAD MEDIA

Introducción: ética de la salvación cristiana

Lección 6: San Agustín

Lección 7: Santo Tomas

LECTURAS ANEXAS A LA UNIDAD

UNIDAD 2: ÉTICA MODERNA Y CONTEMPORÁNEA

CAPÍTULO 1: ÉTICA EN LA MODERNIDAD

Introducción: los sistemas éticos de la modernidad

Lección 8: el formalismo kantiano 4

Lección 9: el utilitarismo

CAPÍTULO 2: PERSPECTIVAS ÉTICAS CONTEMPORÁNEAS

Lección 10: la ética como análisis del lenguaje

Lección 11: ética de los valores

Lección 12: el liberalismo ético y la ética ciudadana

Lección 13: teoría de la justicia

Lección 14: neoaritotelismo y comunitarismo

Lección 15: ética y multiculturalismo

CAPÍTULO 3: ÉTICA Y DERECHOS HUMANOS

Lección 16: ética y convivencia social

Lección 17: características de los conflictos

Lección 18: derechos humanos

LECTURAS ANEXAS A LA TEMÁTICA

BILIOGRAFÍA

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UNIDAD 1

ÉTICA EN LA ANTIGÜEDAD

INTRODUCCIÓN: EL UNIVERSO DE LA ÉTICA Y LA

MORAL

En esta primera unidad se va a dar cuenta de los siguientes dos aspectos: de

algunas distinciones básicas y de la historia de la ética en la antigüedad griega

y la antigüedad medieval. La unidad combina aspectos temáticos con aspectos

históricos.

Acercarse al universo de lo ético y de lo moral es querer adentrase al campo de

la acción humana y a sus circunstancias; es descubrir cómo desde los orígenes

de la humanidad y desde la reflexión filosófica los hombres se hicieron morales

y viven moralmente, al igual que poseen carácter y modos de ser que se van

perfeccionando constantemente a través de la práctica y la experiencia

cotidiana. Pretender abordar estos dos conceptos tan sui géneris, es

apropiarnos un poco más de su saber y de la razón que comportan, es

posibilitar en todos nosotros convicciones y orientaciones sobre las cuales

orientar nuestra conducta.

Querer ser éticos y querer ser morales es buscar en la vida la posibilidad de

vivir mejor, es aceptar unos mínimos normativos (leyes morales) que dirigen la

conducta humana hacia su perfección.

Ser éticos y ser morales, no es otra cosa que afirmar nuestra condición

humana desde nuestro carácter y nuestras costumbres morales. La ética y la

moral, no sólo conducen nuestra vida sino que la posibilitan, la dignifican, a la

vez que la dotan de conciencia y de sentido.

Si bien es cierto que a diario se habla de crisis de valores, de crisis moral, de

vacío ético, no es menos cierto que debemos ser mejores sujetos éticos y

morales. La conclusión es simple, si la ética y la moral nos ayudan a ser

mejores personas, nos ayudan a ser buenos y a comportarnos moralmente

mejor... entonces, ¿qué necesitamos para convencernos de su importancia?

Sin más preámbulos empecemos, entonces, con el desarrollo de algunas

distinciones básicas para el discurso ético, para luego, concentrarnos en la

presentación de varios autores importantes en la historia de la ética,

especialmente Aristóteles, figura central de la ética antigua.

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CAPÍTULO 1: ASPECTOS BÁSICOS

LECCIÓN 1: LA PROBLEMATICIDAD DE LA ÉTICA Y LA

MORAL

Problemas morales y problemas éticos

En las relaciones cotidianas de unos individuos con otros surgen

constantemente problemas como éstos: ¿debo cumplir la promesa x que hice

ayer a mi amigo a pesar de darme cuenta de que su cumplimiento me

producirá ciertos perjuicios? Si alguien se acerca a mí sospechosamente en la

noche y temo que pueda atacarme, ¿debo disparar sobre él, aprovechando que

nadie puede observarme, para evitar el riesgo de ser atacado? ¿Es justo

cometer actos violentos que lesionan los derechos humanos de personas

indefensas, para beneficiar intereses políticos de un grupo? ¿Debo decir la

verdad siempre, o hay ocasiones en que debo mentir? Quien en una guerra de

invasión sabe que su amigo Z está colaborando con el enemigo, ¿debe callar,

movido por su amistad, o debe denunciarlo como traidor? ¿Podemos

considerar que es bueno el hombre que se muestra caritativo con el mendigo

que toca a su puerta, y que durante el día -como patrón- explota

implacablemente a los obreros y empleados de su empresa? Si un individuo

trata de hacer el bien, y las consecuencias de sus actos son negativas para

aquellos a los que se proponía favorecer, ya que les causa más daño que

beneficio, ¿debemos considerar que ha obrado correctamente, desde un punto

de vista moral, cualesquiera que hayan sido los resultados de su acción?

En todos estos casos se trata de problemas prácticos, es decir, problemas que

se plantean en las relaciones reales de unos individuos con otros, o al juzgar

ciertas decisiones y acciones de ellos. Se trata, a su vez, de problemas cuya

solución no sólo afecta al sujeto que se los plantea, sino también a otra u otras

personas que sufrirán las consecuencias de su decisión y de su acción. Las

consecuencias pueden afectar a un solo individuo (¿debo decir la verdad o

debo mentir a X?), pero en otros casos, se trata de acciones que afectan a

varios de ellos o a grupos sociales (por ejemplo, los delitos de lesa

humanidad). Finalmente, las consecuencias pueden afectar a una comunidad

entera como la nación (¿debo guardar silencio, en nombre de la amistad, ante

los pasos de un traidor?).

En situaciones como las que acabamos de enumerar, los individuos se

enfrentan a la necesidad de ajustar su conducta a normas que se tienen por

más adecuadas o dignas de ser cumplidas. Esas normas son aceptadas 7

íntimamente o reconocidas como obligatorias; de acuerdo con ellas, los

individuos comprenden que tienen el deber de actuar en una u otra dirección.

En estos casos decimos que el hombre se comporta moralmente, y en este

comportamiento suyo se pone de manifiesto una serie de rasgos característicos

que lo distinguen de otros tipos de conducta humana. Acerca de este

comportamiento, que es el fruto de una decisión reflexiva, y por tanto no

puramente espontáneo o natural, los demás juzgan, conforme también a nor-

mas establecidas, y formulan juicios como éstos: “X hizo bien al mentir en

aquellas circunstancias”; “Z debió denunciar a su amigo traidor”, etcétera.

Así, pues, tenemos por un lado actos o modos de comportamiento de los

hombres ante ciertos problemas que llamamos morales, y, por el otro, juicios

con los que dichos actos son aprobados o desaprobados moralmente. Pero, a

su vez, tanto los actos como los juicios morales presuponen ciertas normas que

señalan lo que se debe hacer. Así, por ejemplo, el juicio “Z debió denunciar a

su amigo traidor”, presupone la norma “pon los intereses de la patria por

encima de la amistad”.

Nos encontramos, pues, en la vida real con problemas prácticos del tipo de los

enumerados a los que nadie puede sustraer-se, y, para resolverlos, los

individuos recurren a normas, realizan determinados actos, formulan juicios,

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