El Aborto En Mexico

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define al aborto como: “la interrupción del embarazo antes de que el producto sea viable”, es decir antes de que pueda sobrevivir por sí mismo fuera del útero. La interrupción puede surgir de manera espontánea -debido a causas fisiológicas- o puede ser inducido.

El aborto inducido es una práctica segura, siempre y cuando se realice en condiciones adecuadas y por personal capacitado, incluso podemos realizarlo fuera de los servicios de salud usando medicamentos si contamos con la información correcta sobre las dosis y las vías de administración, además de contar con supervisión médica y acudir posteriormente a una revisión.

Una Interrupción insegura, es aquella que se realiza por personas “que carecen de las aptitudes necesarias o en un ámbito en el que no se cumplen los mínimos criterios médicos, o con la concurrencia de ambas circunstancias” (OMS). Por lo general, este tipo de práctica se da en los lugares donde el aborto es completamente ilegal.

LLEVANDO INFORMACIÓN A LAS MUJERES por medio de tecnologías de comunicación.

Ana, una joven de 21 años de edad que vive en el Distrito Federal, está embarazada, le pide ayuda a una amiga. Ella le informa sobre una línea de atención telefónica confidencial a la cual puede llamar. Sujetando una pequeña tarjeta con la leyenda “¿Necesitas un aborto seguro?”, Ana marca nerviosamente el número de atención telefónica. Una operadora contesta amablemente, con voz tranquilizadora, y le ofrece a Ana información confidencial sobre sus opciones.

Cuando Ana le dice a la operadora que le gustaría obtener más información sobre el aborto con medicamentos una opción para el aborto en la que se utilizan tabletas la operadora le da dos números más: el número de un/a prestador/a de servicios de aborto seguro y el número del Fondo de Aborto para la Justicia Social, MARIA, un grupo que ofrece apoyo financiero a las mujeres que buscan ayuda para la interrupción segura del embarazo en la Ciudad de México.

Hace tan solo unos años, el desenlace de la historia de Ana hubiera sido diferente. Hasta el año 2007, la interrupción del embarazo no era legal en el Distrito Federal (y continúa siendo restringida por la ley en los demás estados del país). Esto significa que las mujeres tenían que recurrir a abortos clandestinos, que a menudo eran peligrosos. En 2006, casi 150,000 mujeres en México fueron hospitalizadas por complicaciones relacionadas con el aborto, según el Instituto Guttmacher, (organización de investigación y políticas públicas con sede en EE. UU).

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