El perdón es la clave

                                 
                         El perdón es la clave

Actualmente México vive una situación muy delicada respecto a el bullying, pues se da entre niños y adultos,  puede ser en el trabajo, en la escuela, con nuestro grupo de amigos, en casa, y a veces sin darnos cuenta llegamos a ser víctimas, victimarios y otras veces testigos. Pero esta situación es más delicado con los niños pequeños, pues ellos son más propensos a quedar traumados psicológicamente con lo que se les dice, ya que son tan vulnerables que llegan al grado de creerlo y si los padres no están al pendiente de sus hijos, pueden caer en una depresión muy fuerte, que los marcar durante toda su vida o hasta puede llegar a terminar en el suicidio. Y es aquí cuando podemos preguntar ¿En caso de ser nosotros la víctima, seremos capaces de llegar a perdonar a nuestro “acosador” después de todo el daño hecho?


Tal es el caso de ¨Mi bully y yo¨ de Trixia Valle y Renata Legarreta que nos cuentan su autobiografía, siendo de niñas completamente opuestas. Por un lado Trixia crece afectada psicológicamente por el bullying que sufre en su escuela ¨World school¨, y por otro lado tenemos a Renata, que molestaba a Trixia, así como a otros niños.

Lo que pasaba con Renata es que no se podía controlar sus sentimientos, y explotaba de manera agresiva con cualquiera que se le cruzara enfrente.
Para que este autocontrol no exista se necesita de diferentes factores;  es probable que en su casa no le ponían límites, así como no tenía la atención indicada por parte de sus padres, así que buscaba tener un control sobre los demás en la escuela.

Pero una persona al convertirse en bully no necesariamente necesita tener una familia disfuncional, como lo dice Renata en el libro:

      “Mi papá, el mayor de nueve hermanos, amante de la ópera y de México, un hombre bueno de corazón, se entregaba entero, su amor por mí siempre fue evidente.” “mi mamá, alegre...¡su risa es algo que la caracteriza! Es fuerte de carácter, imponente algunas veces, pero siempre presente.” (P. 33)

 Más bien lo que paso con Renata es que a los dos años estuvo a punto de morir, y su mamá al tener miedo de que le volviera a pasar algo, la sobreprotegía demasiado, a tal grado que hizo creer a Renata que era perfecta, y por ende ella se creía superior al resto de sus compañeros.

Además lo único que le preocupaba a sus papás eran sus buenas calificaciones, y el verla feliz, pues era lo único que les importaba. Esto llevo a Renata a no sentir ninguna culpa sobre los demás niños a los que molestaba, ya que sus padres no eran capaces de autocorregirla y se podría decir que le aplaudían cualquier cosa que hiciera.

Al entrar los niños a la escuela “World school”, ellos se desprenden de sus papás por primera vez sintiéndose vulnerables aún, pero par alguien con el carácter de Renata el adaptarse fue algo muy fácil.

...