“El poder es la capacidad de dirigir o impedir las acciones actuales o futuras de otros grupos e individuos”
PepePacoLuisEnsayo7 de Febrero de 2016
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EL FIN DEL PODER
Autor: Moisés Naim.
Profesor: Dr. Ortiz Solalinde
Alumno: Oscar Moreno Aurioles
“El poder es la capacidad de dirigir o impedir las acciones actuales o futuras de otros grupos e individuos”
El fin del poder una obra donde el autor Moisés Naim doctor por parte del MIT que fue ministro en Venezuela, director del Banco Central y director ejecutivo del Banco Mundial. Un libro con grandes recomendaciones como las de Bill Clinton, Foreign Affairs, Booklist y Mark Zuckeberg.
En la obra se explica que el poder es la capacidad que tiene una persona de imponer o impedir las acciones actuales o futuras de otras personas o grupos, en la práctica existen cuatro maneras o formas principales los cuales los analiza como canales con los que se ejerce el poder estos son, La fuerza en donde es el más conocido se emplea bajo la amenaza donde se emplea el uso de la fuerza, este instrumento contundente del cual ejerce el poder en situaciones extremas. Donde esta fuerza puede ser de un “ejercito conquistador, un policía con armas, un bravucón en el patio del colegio”.
El código como segundo canal es en el uso de la moral, la tradición, las costumbres culturales, las expectativas sociales y los valores que son transmitidos durante generaciones o impartidos a los niños en las escuelas. En la actualidad vivimos en un mundo que se rige por estos códigos que a veces seguimos y a otras veces no. Cuando dejamos que otros dirijan nuestro comportamiento mediante la invocación de esos códigos. Este da cauce al poder donde no se emplea la coacción.
Como tercer lugar tenemos el mensaje, es conocido como el poder dentro de la publicidad. “se le atribuye el mérito de que la gente se pase de McDonald´s a Burger King o de que las ventas de Apple superen las de IBM o Dell”. Para este canal se gastan miles de millones de dólares para todos estos anuncios dentro de programas de radio y televisión, carteles y páginas web, dentro de revistas y hasta los videojuegos. Para este mensaje o canal no se emplea ni la fuerza ni un código moral. Este canal es famoso por contar con la capacidad de persuadir a otros y hacerles ver la situación de tal forma que se sientan impulsados a promover los objetivos o intereses del que es el persuasor.
Por ultimo canal encontramos la recompensa, una frase para este canal es una muy famosa “No lo haría ni aunque me paguen”. Lo normal es más bien lo contrario la gente acepta una recompensa a cambio de que hacer cosas que en otro caso no haría. Cualquier persona con la capacidad de ofrecer recompensas materiales dispone de una ventaja muy importante a la hora de lograr que otros se comporten de manera coincidente con sus intereses. “este puede ser el canal tal vez más común de los cuales se usa para ejercer el poder”.
En algunas sociedades se utiliza la fuerza para imponer la participación de creencias así como lo es la religión; un ejemplo son las leyes de algunos países que exigen ciertos tipos de conducta en su sociedad y castigan a los que no las siguen. Aun así cada uno de estos cuatro canales como lo son la fuerza, código, mensaje y la recompensa funcionan de distinta manera y el comprender estas diferencias es parte del saber sobre el poder.
El autor se respalda sobre un esquema de un profesor de la universidad de Pensilvania Ian MacMillan que lo que el profesor propuso fue un modelo conceptual para la explicación de las complejidades que se llegan a dar en el poder. Observa que el poder tiene en parte una manipulación. Pero esta manipulación puede adoptar diferentes formas dependiendo de las respuestas de dos preguntas:
La primera “¿la manipulación cambia la estructura de la situación actual o cambia la valoración que hace la otra parte de la situación?
En segunda “¿La manipulación ofrece a la otra parte una mejora o la empuja aceptar un resultado que no es una mejora?”.
Dentro de lo que señalan el papel de la fuerza como coacción, el código como obligación, el mensaje como persuasivo y la recompensa como incentivo determina las respuestas a esas preguntas en cualquier situación real.
El poder pierde su fuerza
Insurgentes, nuevos partidos políticos con propuestas alternativas, jóvenes empresas pequeñas e innovadoras, piratas informáticos, activistas sociales, nuevos medios de comunicación, masas de gente sin líderes u organización aparente que de repente toman plazas y avenidas con el fin de protestar contra el gobierno o personas que llegan a entusiasmar a otras millones, estos son ejemplos de los nuevos y numerosos actores que están haciendo un desbalance en el viejo orden.
Todos estos contribuyen a la degradación del poder de quienes hasta ahora lo habían ejercido de manera duradera y de una manera asegurada como lo son los grandes ejércitos, partidos políticos, sindicatos, conglomerados, empresas, iglesias y canales de televisión.
¿Pero qué es lo que ha cambiado?
Como punto de partida el autor toma la caída del muro de Berlín, que fue liberado medio continente del yugo de una tiranía, esto abrió fronteras económicas y nuevos mercados, el final de la Guerra Fría y de una lucha ideológica y fue factor para una disminución al ejército en grandes masas y la seguridad del país donde se efectuaba una gran cantidad de dinero.
Pocos años más tarde después de que tiraran derribaran los alemanes el muro de Berlín, se logró la primera comunicación entre un Protocolo de Transferencia de Hipertexto y un servidor a través de internet y fue el surgimiento de la World Wide Web. Esto fue de gran impacto y fue cambio en el mundo. El fin de la Guerra Fría y el nacimiento de internet fueron factores que contribuyeron a la aparición y ascenso de los micropoderes.
Este no fue el único cambio que ha sufrido el mundo ni el más reciente porque también debemos considerar los mensajes de texto, Facebook, Twitter en todas las revueltas en las que actúan, existe un debate sobre la importancia que le dan a las redes sociales si en verdad tienen gran influencia sobre estos temas y si son a gran escala.
“El poder está degradándose debido a la gran cantidad de cambios que están ocurriendo en todos estos ámbitos. Para analizar esos cambios con detalle y lo que suponen para el poder,” el autor los sintetiza en tres grandes categorías las denomina como: revoluciones y son la revolución del más la revolución de la movilidad y la revolución de la mentalidad.
La primera que es donde se incluye el aumento que se produce con respecto al número de todo, al aumento de habitantes de un país, el crecimiento acelerado de todos los indicadores que tienen que ver con la condición humana: esperanza de vida, nutrición, educación, ingresos entre otros.
Esto nos lleva a la segunda revolución que es la de la movilidad con la expansión del aumento en esas masas es por la que se da este segunda revolución. La tercera que refleja los cambios en la mentalidad, con estas revoluciones las grandes barreras que protegían a los poderosos ya no los protegen tanto como antes y están barreras ya son más fáciles de atacar.
“las revoluciones del más, de la movilidad y de la mentalidad están atacando el modelo de organización que de manera tan convincente habían propugnado Max Weber y sus seguidores en sociología, economía y dentro de otros campos, y los están atacando precisamente en los puntos de los que derivaba su fuerza. Las grandes organizaciones eran más eficientes porque funcionaban con costes menores, gracias a las economías de escala; hoy, sin embargo, recursos como las materias primas, la información, el talento humano y los clientes son más fáciles de obtener, y la distancia y la geografía ya no son factores de tanto peso como lo eran antes”.
Estas grandes organizaciones ahora se benefician de la autoridad, modernidad y sofisticación, los titulares los ocupan los pequeños recién llegados que se enfrentan a los grandes poderosos. A medida que estos disminuyen las ventajas del modelo de organización a gran escala, racional, coordinado y centralizado, aumentan las oportunidades para los micropoderes de abrirse camino empleando un modelo de éxito muy distinto.
El fin del monopolio supremo del uso de la Fuerza
Cuanto más han crecido actores pequeños en importancia y eficacia en la guerra moderna, más han ido erosionando uno de los principios fundamentales que regía la política y el poder durante los últimos siglos. Max Weber describe al Estado como una asociación que reivindica el monopolio del uso legítimo de la violencia.
En la actualidad ese monopolio del uso de la fuerza se ha desintegrado a múltiples niveles. Muchos gobiernos desde México y Venezuela hasta Pakistán y Filipinas han perdido el control de grandes aéreas de su territorio, que grupos armados utilizan como bases para actividades que apoyan y defienden lucrativas empresas criminales transfronterizas.
Incluso los grupos guerrilleros han cambiado antes el grupo buscaba expulsar a los invasores o a los colonizadores y ganar y restablecer su soberanía. Según los teóricos de la guerrilla, el apoyo popular era fundamental para su legitimidad en sus territorios de actuación. El Che Guevara escribió alguna vez “El guerrillero necesita toda la ayuda de la gente de la zona. Esta es una condición indispensable”. En los días de hoy la guerrilla traspasa cada vez más las fronteras: ya no depende del apoyo popular, por la sencilla razón de que ya no está vinculada a un territorio físico.
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